El Presidente en el Pleno de la Reforma del Estatuto.
El pleno del Parlamento andaluz ha aprobado hace unas horas la reforma del Estatuto de Autonomía. En su Preámbulo se "reconoce la realidad nacional de Andalucía como nacionalidad", y el Título Preliminar, que mantiene la definición de Andalucía como "nacionalidad histórica", al igual que el vigente Estatuto. El proyecto de Estatuto tiene un total de 244 artículos, 11 títulos y cinco disposiciones adicionales, entre ellas la deuda histórica, como fuente excepcional de financiación para garantizar los niveles mínimos, y otra que pide que la inversión del Estado sea equivalente a la población andaluza. El texto recurre, en la disposición adicional quinta, al artículo 150.2 de la Constitución para reclamar competencias como puertos y aeropuertos, el servicio meteorológico, tráfico y seguridad vial, la cuenca del Guadalquivir o museos archivos y bibliotecas ubicados en la comunidad. Se incorpora un nuevo Título de Derechos Sociales, de forma que los ciudadanos podrán recurrir a la justicia por los incumplimientos del Estatuto, la ampliación de la paridad entre hombres y mujeres a los órganos colegiados o consultivos de la Junta, y el derecho a la muerte digna y a la libertad sexual, entre otros. Las relaciones bilaterales entre la comunidad y el Estado se establecerán en la comisión mixta de Asuntos Económicos y Fiscales Estado-Comunidad, de nueva creación, mientras que se atribuye a Andalucía la gestión y ejecución de los fondos europeos.
El Proyecto de Estatuto es totalmente insuficiente, a mi entender. Insuficiente en competencias e insuficiente en el establecimiento de unas fuentes de financiación claras y permanentes, que no queden hipotecadas al capricho de decisiones externas. Además, no se recoge la definición de Andalucía como Nación, quedándose en unas figuras retóricas como "nacionalidad" y "nacionalidad histórica" la primera establecida en el Preámbulo y la segunda en el Titulo Preliminar. La definición habría de ser Nación y debería de ser establecida claramente en el cuerpo del articulado del Estatuto, no en preámbulos ni similares. Este proyecto de Estatuto nace totalmente viciado, ya que queda supeditado a los acuerdos establecidos por el Estado español con Catalunya, donde se ha establecido en que sí y en que no podemos gastar los fondos de compensación interterritorial. Ahora queda el vergonzante trámite de llevarlo al Congreso y Senado de Madrid y tener que excuchar, inexplicablemente, como un senador murciano o un diputado gallego dan su opinión, y lo que es peor, su voto sobre nuestro Estatuto. Después, lo votara en Referendum el Pueblo Andaluz. Votaremos "sí", aunque algunos lo hagamos tapándonos la nariz.
Hasta entonces, nos queda que escuchar y leer las crónicas del españolismo cavernario haciendo sus comentarios, sus chascarrilos y sus chistes estúpidos sobre lo que, mayoritariamente, ha aprobado nuestro Parlamento: aquel que representa la voluntad soberana del Pueblo Andaluz.
Penoso será recordar que algunos de esos "voceros españolistas" son andaluces o se atribuyen un supuesto origen andaluz.
Enlace con el Proyecto de Estatuto de Andalucía pulsándo aquí.