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domingo, marzo 9

Dos muertos

Él se mira: está muerto.
Lo sabe. Y mata, y muere.
Pero muere de nuevo.


De "Diálogos del Conocimiento"
Vicente Aleixandre (1898-1984)
Poeta Andaluz, de Sevilla
Premio Nobel de Literatura


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domingo, mayo 7

Niño perdido

A primera hora de la tarde, en Nürburgring, ha finalizado el "Gran Premio de Europa" de Fórmula 1. Instantes después de bajar del podio el ganador de la carrera y siete veces campeón del mundo, Michael Schumacher, ha protagonizado un hecho enternecedor. Según diversas fuentes, cuando Michael se dirigía a los boxes, se le ha acercado en la pista un niño que aseguraba haberse perdido. El pequeño se encontraba completamente solo. Parece ser que entre el gentío de la zona VIP el niño se ha separado de su padres y se ha extraviado. Además de lloroso, se encontraba un poco nervioso y arisco, probablemente por lo sucedido.
La descripción dada es la siguiente: complexión mediterránea, moreno, bien peinado, vestido completamente de azul. Asegura llamarse Fernando.
Fernandito, como cariñosamente lo llaman en los boxes de Ferrari, ha pasado la tarde regular, a pesar de que los ingenieros y mecánicos del Cavallino han procurado entretenerlo. Fernandito, en su inocencia, se empeñaba en subirse al monoplaza de Schumacher (Ferrari 248 F1), mientras llorando decía: "esto sí es un coche de verdad, me quiero subir, me quiero subir..."
Si alguien puede dar razón sobre él o sus padres, que se ponga en contacto con el encargado de seguridad del Circuito o con las autoridades policiales o Interpol, ya que el pequeño Fernandito llora desconsoladamente. Hagamos, entre todos, que Fernandito acabe bien el día.

miércoles, marzo 29

El Cenador de la Poesía: Vicente Aleixandre

SE QUERÍAN Se querían. Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada, labios saliendo de la noche dura, labios partidos, sangre, ¿sangre dónde? Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz. Se querían como las flores a las espinas hondas, a esa amorosa gema del amarillo nuevo, cuando los rostros giran melancólicamente, giralunas que brillan recibiendo aquel beso. Se querían de noche, cuando los perros hondos laten bajo la tierra y los valles se estiran como lomos arcaicos que se sienten repasados: caricia, seda, mano, luna que llega y toca. Se querían de amor entre la madrugada, entre las duras piedras cerradas de la noche, duras como los cuerpos helados por las horas, duras como los besos de diente a diente solo. Se querían de día, playa que va creciendo, ondas que por los pies acarician los muslos, cuerpos que se levantan de la tierra y flotando... Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo. Mediodía perfecto, se querían tan íntimos, mar altísimo y joven, intimidad extensa, soledad de lo vivo, horizontes remotos ligados como cuerpos en soledad cantando. Amando. Se querían como la luna lúcida, como ese mar redondo que se aplica a ese rostro, dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida, donde los peces rojos van y vienen sin música. Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios, ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas, mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal, metal, música, labio, silencio, vegetal, mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.
De "La destrucción o el amor" (1935) VI Vicente Aleixandre Poeta Andaluz - Premio Nobel de Literatura 1977