¿Recordáis que hace unos días os hablé de "
El Extraño Caso de los Cincuenta Euros"?
Os pedía ayuda para intentar explicar aparición de un billete de cincuenta euros, introducido por una mano desconocida, debajo de la puerta de mi casa.
Hubo conjeturas de todo tipo:
Iván dijo que había sido el ministro Solbes (lo tuyo es fe)...
Edurne, con el mágico influjo de las cuevas de Zugarramundi, apuntaba una posible autoría a las brujas o a los Reyes Magos.
Halo, mujer práctica, me deseaba que se siguiera repitiendo la visita del extraño donante de billetes, para poder comprarme algo a final de mes.
Manolo quería dejar la bella Costa del Sol y convertirse en mi vecino.
Miguel... ¡¡ay, Miguel!!... insinuar que yo soy banquero...
Lola Gracia pensaba en que fuera alguien con dinero negro que, arrepentido, se había puesto a repartirlo para reactivar la economía.
Merce.... otra mujer práctica: me dijo que la avisara si se repetía para venirse a vivir al piso contiguo (que precisamente, ella no lo sabe, está puesto en venta). También pensó que fuera algún deudor arrepentido.
Mari Carmen y su jarro de agua fría: "¿no serán falsos, Landa?" ¡¡¡Pues no!!!
Quetemeto: Aprovechó que esos días teníamos unos vientos huracanados para asegurar que el billete había venido volando ¡¡¡desde la costa oeste de Andalucía!!!
An, desde Galiza, me mandaba un buen deseo: que se repitiera el próximo sábado.
Peritoni: con los pies en el suelo, me decía que el billete se me había caído de la cartera.
Bornne: también de la escuela de "los pies en el suelo" y con un pelín de curiosidad me preguntaban si estaban doblados, en sobre... (doblados por la mitad, Bornne).
Bahtian: insinuando que tengo cuentas en Suiza.
Isobel: despistada ella también, me mandó un saludo solidario entre despistados.
Uno fue otro amigo de la fantasía y de la magia "el Ratoncito Pérez" (a mi no se me caen ya los dientes!!!)
Novicia Dalila, que no perdió la ocasión de intentar convencerme de que eran suyos (buen intento, pero no coló).
Y, por último,
Conciertoarte (en
mi álter ego de El País), pensó en la posibilidad de que fuera a cuenta de los 400 euros de Hacienda (que no veo yo a Hacienda repartiendo a domicilio como el Telepizza, pero bueno).
Pues bien... tal y como dije, el billete había aparecido realmente debajo de mi puerta. Y, tal y como dije, esta es la explicación de lo que pasó (una vez me he enterado):
Hace unas semanas compré por encargo de un amigo, unos libros. Él vive en Mataró (en la capital del Maresme). Por medio de otro amigo común, le hice llegar los libros. Al entregarlos en Mataró, recibió el dinero de los libros para que hacermelo llegar. Yo, con mi despiste congénito, había olvidado esta "deuda". Este amigo común vino ese sábado a "liquidarme", pero yo no estaba e introdujo el billete por debajo de la puerta (sin nota explicativa, ni nada). Y... ese fue el origen del misterio.
Contado así, lo sé, pierde magia, encanto... y toda esa dosis de humor que le habéis dado vosotros. Pero, esa es la verdad. Palabrita del "Ninio" Jesús.
Gracias por vuestra colaboración y ayuda.