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martes, octubre 3
Vexilología
El vocabulario vexilológico, como seguramente todos sabéis 😁, es el lenguaje de las banderas. En este vocabulario, la bandera al revés tiene dos significados posibles:
- El primero indica que es una forma de declarar rendición ante el enemigo.
- El segundo significa solicitud de petición de auxilio por amotinamiento, secuestro...
Yo... ahí lo dejo. Aunque nunca sabremos cuál de los dos motivos llevó en este caso a poner esta bandera al revés.
jueves, noviembre 5
Tender puentes
Ahora la idea frente al "problema de Catalunya" es "tender puentes".
Después de décadas exigiendo que "a mi me hablas en español", después de llamarlos "polacos" o "catalufos".
Cuando hay quien se sigue empeñando en llamar Carmen a las Carmes y Carlos a los Carles....
Y mientras, leíais el ABC, veíais TVE y claro... "jamás os podíais imaginar que las cosas llegaran a donde están llegando".
Recojan lo sembrado. Y bienvenidos al mundo real.
miércoles, octubre 29
La Constitución de Antequera
Artículo 1
1º. Andalucía es soberana y autónoma; se organiza en una democracia republicana representativa, y no recibe su poder de ninguna autoridad exterior al de las autonomías cantonales que le instituyen por este Pacto
Constitución Federal Andaluza (1883)
Etiquetas:
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federal,
independencia,
libertad
Andalucía
29200 Antequera, Andalucía
viernes, febrero 28
Verde, Blanco y Verde
Uno no escoge el país donde nace;
pero ama el país donde ha nacido.
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
pero debe dejar huella de su tiempo.
Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie puede taparse los ojos, los oídos,
enmudecer y cortarse las manos.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir,.
una historia que nacer
una meta que alcanzar.
No escogimos el momento para venir al mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
en que nacerá y crecerá
la semilla que trajimos con nosotros.
Título: Uno no escoge
Autora: Gioconda Belli
Audición relacionada: Andalusian National Athem - Reincidentes
jueves, febrero 28
Blanco y verde
“La bandera andaluza, símbolo de esperanza y de paz que aquí hemos izado esta tarde, no nos traerá ni la paz ni la esperanza ni la libertad que anhelamos, si cada uno de nosotros no la lleva ya plenamente izada en su corazón”.
Blas Infante, Ayuntamiento de Cádiz, 12 de Julio de 1.936.
viernes, julio 8
La provincia 53
Excaballero legionario. Sirvió en el Sáhara, cuando era la provincia número 53 de España. Y parece orgulloso de ello: sentado en un banco de la calle Larios, en Málaga, arremanga su camisa para que los transeúntes puedan contemplar el escudo de la Legión que tatuó en su brazo hace muchos años.
España abandonó el Sáhara, en virtud del Acuerdo de Tripartito de Madrid de 1975, el 26 de febrero de 1976. Abandonó a su suerte a los saharauis que, desde entonces, viven en un territorio ocupado por Marruecos, soportando pobreza, falta de libertades y represión.
Poco lugar queda para el orgullo...
Fotografía: Excaballero Legionario
Autor: Landahlauts
Etiquetas:
colonia,
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malaga,
marruecos,
ocupacion,
sahara
Andalucía
Ubicación desconocida
jueves, abril 28
Algú ho havia de dir!
A los que creen, que puede que alguno quede, que la Caixa tiene alguna vinculación afectiva con el catalanismo militante, convendría mostrarles una foto que seguramente les hará cambiar de opinión. Es una fotografía tomada de una sucursal de la Caixa en Andalucía, concretamente en Granada. Está tomada desde el exterior.
Las empresas y los medios de comunicación no tienen ideología. Tienen una Cuenta de Resultados, y buscan que en ella aparezca beneficios, cuantos más... mejor. Y esa, que es la única ideología que los mueve. La presunta catalanidad de la Caixa finaliza, al sur, justo donde terminan las tierras de la comarca del Montsià.
Algú ho havia de dir!
Si quieren ver algún otro ejemplo parecido... pulsen aquí
Fotografía: la Caixa y la estanquera
Autor: Landahlauts
sábado, diciembre 4
Llegará un día...
«Llegará un día en que tendremos que lamentar no haber sido más libres, más fuertes y más enamorados. Cuando no quede nada que defender. Cuando sólo las estatuas de sal anden entre las ruinas de lo que fuimos.
Hoy, 20 años después de aquel invierno de 1973, cuando lleno de pasión escribí y canté la Verdiblanca, me encuentra otra vez con mi pueblo, con las viejas heridas de siempre, con su collar de corazones rotos, de horizontes perdidos sin golondrinas ni balcones.
Hoy 20 años después, han desertado las estrellas de los sueños. Y la aventura de vivir y la utopía anida en las prisiones de la soledad. Hemos perdido el espíritu cívico, la solidaridad y la vergüenza. Estamos corrompidos por la crueldad, el egoísmo y el silencio. No tenemos capacidad de reacción y contentos con nuestros señores, somos una bicoca para el poder de turno. Años servidores.
Incapaces de interpretar los signos, con sus viejos, aburridos y arcaicos discursos, los partidos políticos ignoran las claves esenciales de la vida, la convivencia, el porque de las olas, la armonía y el orden de la Naturaleza. Y nos conducen al abismo de la desesperación y la apatía, como van las ballenas suicidas a las playas de la destrucción.
Hoy como decía aquella vieja jornalera de los Corrales “Hoy mi niño, hay de tó pa’ la boca, pero falta alegría”.
Nos hemos acostumbrados a convivir con la mentira, la manipulación y la hipocresía. A justificarnos con ellas en nombre de la supervivencia. Hemos perdido voluntariamente las alas de la libertad ignorando que tras el miedo de vivir, el egoísmo, la indiferencia, la intolerancia, la bestia negra del fascismo nos espera.
Algo va a cambiar muy pronto. Algo va a reventar antes de que encontremos la razón de tantísima soledad, el sentido final de la belleza que buscamos, la estrella perdida. Por eso ha llegado el momento de recuperar el protagonismo de nuestras vidas. Nuestro propio destino, los sentidos del arte, la emoción y la valentía. Porque un ser humano es, como una nación y un corazón es como un universo y todos juntos debemos ser un pueblo. Tenemos que ser un pueblo.
Hay que terminar pronto con esa puta del Sur, la que devora a sus hijos como Saturno. La del paro, la droga, la ignorancia, la humillación y el conformismo. Y devolverle su memoria de luces, su magia primitiva y oculta. La grandeza de su instituto. Y recordarle que llegará un día en que tendremos que lamentar no haber sido más libres, más fuertes y más enamorados. Cuando no quede nada que defender. Cuando sólo las estatuas de sal anden entre las ruinas de lo que fuimos.
Por eso hoy, mientras espero vigilante en el horizonte a que lleguen los bárbaros que acaben pronto con este tiempo narcotizado, enseño los dientes y muerdo los cuchillos de la utopía,. Y pongo alas a mi corazón por el cielo radical y luminoso del futuro. Para luchar contra el pasado y sus símbolos. Contra su expresión y su cultura con la fuerza telúrica de la noche y el extraño poder del amor que hace girar el mundo.
Por eso yo levanto la bandera de mi pueblo. Por eso yo pronuncio el nombre hermoso de mi tierra. Y espero y deseo que las nuevas generaciones, con el poder que da la vida, recuperen los ritmos, la emoción, el arte y el firmamento. Y los arrojen contra este mundo que se derrumba y desaparecen en propio fracaso y en la memoria de los tiempos para siempre.
El pasado ya no existe. Hablemos sólo de su cadáver.
¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!»
Carlos CANO
Audición relacionada: Verdiblanca - Carlos Cano
Fotografía: Decoración Vegetal
Autor: Landahlauts
Uno no escoge
Uno no escoge el país donde nace;
pero ama el país donde ha nacido.
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
pero debe dejar huella de su tiempo.
Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie puede taparse los ojos, los oídos,
enmudecer y cortarse las manos.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir,.
una historia que nacer
una meta que alcanzar.
No escogimos el momento para venir al mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
en que nacerá y crecerá
la semilla que trajimos con nosotros.
Título: Uno no escoge
Autora: Gioconda Belli
Audición relacionada: Andalusian National Athem - Reincidentes
Fotografía: Fuente
Autor: Landahlauts
viernes, diciembre 4
Andalucía, 4 de Diciembre
Para muchos andaluces y andaluzas el 4 de diciembre es el verdadero Día de Andalucía, en lugar de la fecha establecida institucionalmente del 28 de Febrero. Consideramos que, aún siendo importante la fecha del 28 de febrero en el proceso de autogobierno, fue el día 4 de diciembre de 1977 cuando Andalucía entera se lanzó a la calle para exigir que se la tratara como lo que era y es: una Nación con derecho a decidir plenamente dónde y cómo quiere estar. Así, aquel 4 de diciembre de 1977, el Pueblo Andaluz se lanzó a la calle a exigir un marco legal que diera a Andalucía la capacidad de autogobierno que, como Nacionalidad Histórica, le correspondía.
Aquel día, Andalucía entera fue una fiesta: la fiesta de la Libertad.
Me veo a mi mismo, en la nebulosa de mis recuerdos infantiles, con mi padre y mi hermano en la manifestación organizada en Granada. Y recuerdo a los furgones de la Policía Armada avanzando a toda velocidad entre la multidud que atestaba la Gran Vía granadina..
En Málaga, ocurrió la tragedia: la Policía Armada disparaba por la espalda a un joven manifestante de diecinueve años: Manuel José García Caparrós, andaluz de Málaga, caía muerto en la Alameda Colón. Su crimen permanece aún impune.
Esta es la crónica del "El País" sobre aquel día.
«Tensión en Málaga por la muerte del joven manifestante
Partidos, centrales y ciudadanos responsabilizan al presidente de la Diputación
Una fotografía de Manuel José García Caparrós, malagueño, de diecinueve años, rodeada de velas y claveles rojos, sirve hoy en el pavimento de la Alameda Colón para señalar el lugar que encontró su muerte el día, en que Andalucía y Galicia se echaron a la calle para pedir su autonomía. Un millón cuatrocientas mil personas, aproximadamente, se habían dado cita en las calles de las capitales de las dos regiones para, en un ambiente de alegría y exaltación, solicitar sus estatutos. Las provocaciones de la extrema derecha no consiguieron romper el orden de las concentraciones, pero los sucesos de Málaga dieron esa nota triste.»
«Numerosos impactos de bala señalan el lugar donde cayó muerto el domingo el joven Manuel José García Caparrós, junto a los muros del antiguo edificio del periódico Sur, situado en la Alameda de Colón, de Málaga. En el lugar exacto, una foto del finado, unas velas encendidas y unos claveles rojos sirven de punto de concentración de muchos malagueños que acuden al lugar para testimoniar su pésame a los compañeros de la víctima de la autonomía andaluza.
Parlamentarios, partidos políticos, centrales sindicales y ciudadanos en general, coinciden en señalar que la chispa que encendió todo fue la actitud tomada por el presidente de la Diputación, Francisco Cabeza López, que se negó a que la bandera andaluza ondease junto a la nacional en la sede del organismo provincial. A pesar de esta actitud, que se cataloga en los comunicados de los partidos y de las centrales como una auténtica provocación, la manifestación pro autonomía, con más de 150.000 personas, pasó junto a la Diputación sin mayores incidentes. El edificio, en cuyo balcón ondeaba sólo la bandera nacional, estaba custodiado por efectivos antidisturbios de la Policía Armada. Junto a ellos, con banderas nacionales, se encontraban varios militantes de extrema derecha, conocidos en Málaga por sus acciones violentas. Los manifestantes, al pasar, pedían la dimisión del presidente y, en general, seguían su camino. Algunos, especialmente de los que venían al final de la marcha, se quedaron junto al edificio de la Diputación. Un joven escaló la fachada y colocó una bandera verdiblanca junto a la nacional. Después empezaron los enfrentamientos. Los agentes del orden cargaron contra los concentrados, que arrojaron piedras contra los ventanales del edificio. Las cargas de la Policía Armada fueron de una violencia extrema, como no se recordaba en Málaga.
Mientras tanto, el grueso de la manifestación continuaba su recorrido, sin saber que a su retaguardia se estaban produciendo enfrentamientos de gravedad.
El punto final de la manifestación era la zona del Puente de las Américas. Allí, desde un paso elevado, los parlamentarios malagueños y los organizadores pusieron fin al acto con unas palabras encendidas de entusiasmo del diputado socialista Rafael Ballesteros, aclamados incesantemente por los manifestantes. La manifestación, que se había desarrollado en un clima festivo y a la que la presencia de mujeres y niños confería un carácter auténticamente ciudadano, terminó con vivas a Andalucía, al pueblo andaluz y a la autonomía.
La muerte de Manuel José García
La ingente muchedumbre empezó a dispersarse con todo orden, haciendo el camino de vuelta hacia el centro de la ciudad, pero al llegar al puente de Tetuán se encontró con que allí se estaba librando una auténtica batalla, de una dureza inigualable. Los botes de humo y las balas de goma en un principio, más tarde aparecerían las de plomo, sembraron la confusión. Abundaron las carreras, los atropellos, las caídas al suelo de mujeres y niños.. Los manifestantes arrojaban piedras contra los policías, a un pelotón de los cuales rodeó. Este grupo de agentes, según la nota oficial del gobernador civil, hizo uso de sus armas reglamentarias y fue entonces cuando cayó sobre el pavimento, herido mortalmente, el joven de diecinueve años Manuel José García Caparrós, trabajador de una fábrica de cervezas y militante de Comisiones Obreras, que fue recogido por vanos compañeros y conducido a la residencia sanitaria de la Seguridad Social, donde ingresó cadáver.
Incidentes nocturnos
La noticia de la muerte de Manuel José se esparció rápidamente por toda la ciudad. La comisión organizadora celebró una reunión de urgencia, mientras que los parlamentarios se dirigieron al Gobierno Civil. A primeras horas de la tarde se hizo pública una nota oficial del Gobierno Civil, cuya veracidad es puesta en duda por los diversos partidos y organizaciones, sindicales.
La nota del Gobierno Civil afirmaba: «Numerosos grupos de manifestantes, sobre todo al final de la manifestación, se fueron concentrando ante dicho edificio oficial, comenzando a lanzar contra su fachada objetos diversos, para terminar apedreándola con gran intensidad y produciéndose rotura de cristales y lunas. En tal momento se dio orden de despejar el gran número de concentrados ante dicho edificio, lo que se efectuó seguidamente por las fuerzas de orden público. En el punto indicado se produjo la colisión de los manifestantes con las fuerzas de la Policía Armada, que fueron atacadas con piedras, de las que quedó literalmente sembrada la calzada. Un pelotón de las fuerzas de orden público fue acorralado, y agotados sus elementos antidisturbios se vio precisado a hacer uso de sus armas cortas.». Para intervenir en las investigaciones que se llevan a cabo para esclarecer los incidentes, llegó ayer a Málaga el subdirector general de Seguridad, José Sáinz.»
Aquel día, Andalucía entera fue una fiesta: la fiesta de la Libertad.
Me veo a mi mismo, en la nebulosa de mis recuerdos infantiles, con mi padre y mi hermano en la manifestación organizada en Granada. Y recuerdo a los furgones de la Policía Armada avanzando a toda velocidad entre la multidud que atestaba la Gran Vía granadina..
En Málaga, ocurrió la tragedia: la Policía Armada disparaba por la espalda a un joven manifestante de diecinueve años: Manuel José García Caparrós, andaluz de Málaga, caía muerto en la Alameda Colón. Su crimen permanece aún impune.
Esta es la crónica del "El País" sobre aquel día.
«Tensión en Málaga por la muerte del joven manifestante
Partidos, centrales y ciudadanos responsabilizan al presidente de la Diputación
Una fotografía de Manuel José García Caparrós, malagueño, de diecinueve años, rodeada de velas y claveles rojos, sirve hoy en el pavimento de la Alameda Colón para señalar el lugar que encontró su muerte el día, en que Andalucía y Galicia se echaron a la calle para pedir su autonomía. Un millón cuatrocientas mil personas, aproximadamente, se habían dado cita en las calles de las capitales de las dos regiones para, en un ambiente de alegría y exaltación, solicitar sus estatutos. Las provocaciones de la extrema derecha no consiguieron romper el orden de las concentraciones, pero los sucesos de Málaga dieron esa nota triste.»
JOAQUÍN MARÍN - Málaga
EL PAÍS - 06-12-1977
EL PAÍS - 06-12-1977
«Numerosos impactos de bala señalan el lugar donde cayó muerto el domingo el joven Manuel José García Caparrós, junto a los muros del antiguo edificio del periódico Sur, situado en la Alameda de Colón, de Málaga. En el lugar exacto, una foto del finado, unas velas encendidas y unos claveles rojos sirven de punto de concentración de muchos malagueños que acuden al lugar para testimoniar su pésame a los compañeros de la víctima de la autonomía andaluza.
Parlamentarios, partidos políticos, centrales sindicales y ciudadanos en general, coinciden en señalar que la chispa que encendió todo fue la actitud tomada por el presidente de la Diputación, Francisco Cabeza López, que se negó a que la bandera andaluza ondease junto a la nacional en la sede del organismo provincial. A pesar de esta actitud, que se cataloga en los comunicados de los partidos y de las centrales como una auténtica provocación, la manifestación pro autonomía, con más de 150.000 personas, pasó junto a la Diputación sin mayores incidentes. El edificio, en cuyo balcón ondeaba sólo la bandera nacional, estaba custodiado por efectivos antidisturbios de la Policía Armada. Junto a ellos, con banderas nacionales, se encontraban varios militantes de extrema derecha, conocidos en Málaga por sus acciones violentas. Los manifestantes, al pasar, pedían la dimisión del presidente y, en general, seguían su camino. Algunos, especialmente de los que venían al final de la marcha, se quedaron junto al edificio de la Diputación. Un joven escaló la fachada y colocó una bandera verdiblanca junto a la nacional. Después empezaron los enfrentamientos. Los agentes del orden cargaron contra los concentrados, que arrojaron piedras contra los ventanales del edificio. Las cargas de la Policía Armada fueron de una violencia extrema, como no se recordaba en Málaga.
Mientras tanto, el grueso de la manifestación continuaba su recorrido, sin saber que a su retaguardia se estaban produciendo enfrentamientos de gravedad.
El punto final de la manifestación era la zona del Puente de las Américas. Allí, desde un paso elevado, los parlamentarios malagueños y los organizadores pusieron fin al acto con unas palabras encendidas de entusiasmo del diputado socialista Rafael Ballesteros, aclamados incesantemente por los manifestantes. La manifestación, que se había desarrollado en un clima festivo y a la que la presencia de mujeres y niños confería un carácter auténticamente ciudadano, terminó con vivas a Andalucía, al pueblo andaluz y a la autonomía.
La muerte de Manuel José García
La ingente muchedumbre empezó a dispersarse con todo orden, haciendo el camino de vuelta hacia el centro de la ciudad, pero al llegar al puente de Tetuán se encontró con que allí se estaba librando una auténtica batalla, de una dureza inigualable. Los botes de humo y las balas de goma en un principio, más tarde aparecerían las de plomo, sembraron la confusión. Abundaron las carreras, los atropellos, las caídas al suelo de mujeres y niños.. Los manifestantes arrojaban piedras contra los policías, a un pelotón de los cuales rodeó. Este grupo de agentes, según la nota oficial del gobernador civil, hizo uso de sus armas reglamentarias y fue entonces cuando cayó sobre el pavimento, herido mortalmente, el joven de diecinueve años Manuel José García Caparrós, trabajador de una fábrica de cervezas y militante de Comisiones Obreras, que fue recogido por vanos compañeros y conducido a la residencia sanitaria de la Seguridad Social, donde ingresó cadáver.
Incidentes nocturnos
La noticia de la muerte de Manuel José se esparció rápidamente por toda la ciudad. La comisión organizadora celebró una reunión de urgencia, mientras que los parlamentarios se dirigieron al Gobierno Civil. A primeras horas de la tarde se hizo pública una nota oficial del Gobierno Civil, cuya veracidad es puesta en duda por los diversos partidos y organizaciones, sindicales.
La nota del Gobierno Civil afirmaba: «Numerosos grupos de manifestantes, sobre todo al final de la manifestación, se fueron concentrando ante dicho edificio oficial, comenzando a lanzar contra su fachada objetos diversos, para terminar apedreándola con gran intensidad y produciéndose rotura de cristales y lunas. En tal momento se dio orden de despejar el gran número de concentrados ante dicho edificio, lo que se efectuó seguidamente por las fuerzas de orden público. En el punto indicado se produjo la colisión de los manifestantes con las fuerzas de la Policía Armada, que fueron atacadas con piedras, de las que quedó literalmente sembrada la calzada. Un pelotón de las fuerzas de orden público fue acorralado, y agotados sus elementos antidisturbios se vio precisado a hacer uso de sus armas cortas.». Para intervenir en las investigaciones que se llevan a cabo para esclarecer los incidentes, llegó ayer a Málaga el subdirector general de Seguridad, José Sáinz.»
Leído en Andalucía Libre
sábado, mayo 23
Sucesos recurrentes
¿Recordáis la polémica suscitada en algunos medios de comunicación, hace unas semanas, por la pitada al himno de España y a Juan Carlos I? Pues hay un detalle muy curioso que encontré en Wikipedia, leyendo sobre el Futbol Club Barcelona: no era esta la primera vez en que algo así ocurría.
«El momento de mayor distanciamiento entre el club y la monarquía española tuvo lugar bajo el reinado de Alfonso XIII y durante la dictadura de Primo de Rivera. En el estadio de Les Corts, los aficionados del Barcelona habían manifestado críticas a la dictadura y exhibido algunas pancartas contra el régimen. Finalmente, el 14 de junio de 1925 los 14.000 aficionados del estadio abuchearon la Marcha Real, interpretada por una banda de música. Días más tarde, el Capitán General y Gobernador Civil de Barcelona Joaquín Milans del Bosch dictó una orden que clausuró el estadio durante seis meses y obligó a dimitir a Hans Gamper como presidente del club y a exiliarse a Suiza durante una temporada. La orden de clausura del estadio justificaba la medida indicando que «en la citada sociedad hay personas que comulgan con ideas contrarias al bien de la Patria», como recoge el historiador Jaume Sobrequés en su obra FC Barcelona, Cien años de historia. Fue la sanción más dura que ha recibido el club en toda su historia. »
Fotografía tomada de internet.
jueves, mayo 14
Albania Televisión
Un comentario de un lector hecho el 12 de Marzo pasado a mi entrada Panem et Circense (referida a la retransmisión de la final de Copa por parte de TVE):
«Está claro porqué compra TVE los derechos de este partido: evitará así que se escuche la pitada al Rey y no llegaremos a ver las pancartas que habrá en el campo pidiendo la autodeterminación para Euskal Herria y Catalunya.»
Vytautas Aššāšīn
Anoche, en la Final de la Copa, comprobamos que Vytautas llevaba razón. Anoche asistimos a un triste espectáculo (y no me refiero sólo a que perdiera el Athletic): me refiero a la censura en una televisión pública de Europa Occidental. Una televisión pública que, recordemos, pagamos entre todos y que, a partir de agosto, pagaremos aún más. Algo digno de la Televisión de China o la de Albania en sus mejores tiempos de censura comunista. Un "fallo humano": esa fue la poco creíble excusa que dio TVE para emitir en diferido el himno de España durante la retransmisión de la Final de Copa entre el Barça y el Athletic de Bilbao. La realidad es que el himno de España no se escuchó porque quedaba ahogado entre los silbidos de las aficiones. Por ello, TVE emitió 45 minutos después (en el intermedio del primer tiempo) un himno que los técnicos de sonido del Ente habían dejado limpio de polvo y paja. En el Estado español hay ciudadanos que no consideran que ese sea su himno, que no se sienten representados por Juan Carlos I y que no aman a España, ni se sienten vinculados emocionalmente a ella. No sé si son mayoría... minoría... ni tampoco importa demasiado. Pero ellos también pagan impuestos, y también tienen voz y derecho a ser escuchados.
No se puede obligar por decreto a amar a España, ni a su himno, ni a su rey, ni a sus colores... No es tan fácil mandar en el corazón. Los sentimientos no entiende de ataduras ni de obligaciones, deberían de saberlo...
Nota: Si queréis saber cómo se oyó realmente el himno, sin censura, podéis escuchar aquí la retransmisión de la Cadena Ser. En palabras de los comentaristas fue: "la versión más pitada de la historia", "mayoritariamente pitada por más de la mitad del público que se encuentra aquí"... Y reconocen la censura de TVE.
Fotografía: El Corazón Manda
Autor: Landahlauts
Fotografía: El Corazón Manda
Autor: Landahlauts
jueves, diciembre 4
Una ilusión
Hoy es 4 de Diciembre. Estas son algunas imágenes de nuestra historia.
Manifestación de Andaluces y Andaluzas en Catalunya, en la Plaça de Sant Jaume
Hoy, 4 de Diciembre, en este blog se vuelve a ver La Arbonaida, la bandera blanca y verde de Andalucía.
Y vuelve a sonar: Má Vlast (Mi Patria) de Bedřich Smetana.
Y vuelve a sonar: Má Vlast (Mi Patria) de Bedřich Smetana.
lunes, diciembre 4
Manuel José García Caparrós
Para muchos andaluces y andaluzas el 4 de diciembre es el Día de Andalucía, en lugar de la fecha establecida institucionalmente del 28 de Febrero. Consideramos que, siendo importante la fecha del 28 de febrero en el proceso autonómico, fue el día 4 de diciembre cuando Andalucía entera exigió que se la tratara como lo que era: una Nación con derecho a decidir dónde y cómo quería estar. Para ello, el 4 de diciembre de 1977 el pueblo andaluz se lanzó a la calle en pos del establecimiento de un marco legal capaz de darle a Andalucía la capacidad de autogobierno que, como nacionalidad histórica, le correspondía.
Andalucía entera fue una fiesta.
De pronto, en Málaga, ocurrió la tragedia: la Policía Armada disparaba por la espalda a un joven manifestante de diecinueve años: Manuel José García Caparrós, andaluz de Málaga, caía muerto en la Alameda Colón. Su crimen, un crimen de estado, permanece aún impune.
Esta es la crónica del El País sobre aquel día.
Tensión en Málaga por la muerte del joven manifestante.
Partidos, centrales y ciudadanos responsabilizan al presidente de la Diputación.
Una fotografía de Manuel José García Caparrós, malagueño, de diecinueve años, rodeada de velas y claveles rojos, sirve hoy en el pavimento de la Alameda Colón para señalar el lugar que encontró su muerte el día, en que Andalucía y Galicia se echaron a la calle para pedir su autonomía. Un millón cuatrocientas mil personas, aproximadamente, se habían dado cita en las calles de las capitales de las dos regiones para, en un ambiente de alegría y exaltación, solicitar sus estatutos. Las provocaciones de la extrema derecha no consiguieron romper el orden de las concentraciones, pero los sucesos de Málaga dieron esa nota triste.
Numerosos impactos de bala señalan el lugar donde cayó muerto el domingo el joven Manuel José García Caparrós, junto a los muros del antiguo edificio del periódico Sur, situado en la Alameda de Colón, de Málaga. En el lugar exacto, una foto del muchacho asesinado, unas velas encendidas y unos claveles rojos sirven de punto de concentración de muchos malagueños que acuden al lugar para testimoniar su pésame a los compañeros de la víctima de la autonomía andaluza.
Parlamentarios, partidos políticos, centrales sindicales y ciudadanos en general, coinciden en señalar que la chispa que encendió todo fue la actitud tomada por el presidente de la Diputación, Francisco Cabeza López, que se negó a que la bandera andaluza ondease junto a la nacional en la sede del organismo provincial. A pesar de esta actitud, que se cataloga en los comunicados de los partidos y de las centrales como una auténtica provocación, la manifestación pro autonomía, con más de 150.000 personas, pasó junto a la Diputación sin mayores incidentes. El edificio, en cuyo balcón ondeaba sólo la bandera nacional, estaba custodiado por efectivos antidisturbios de la Policía Armada. Junto a ellos, con banderas nacionales, se encontraban varios militantes de extrema derecha, conocidos en Málaga por sus acciones violentas. Los manifestantes, al pasar, pedían la dimisión del presidente y, en general, seguían su camino. Algunos, especialmente de los que venían al final de la marcha, se quedaron junto al edificio de la Diputación. Un joven escaló la fachada y colocó una bandera verdiblanca junto a la nacional. Después empezaron los enfrentamientos. Los agentes del orden cargaron contra los concentrados, que arrojaron piedras contra los ventanales del edificio. Las cargas de la Policía Armada fueron de una violencia extrema, como no se recordaba en Málaga.
Mientras tanto, el grueso de la manifestación continuaba su recorrido, sin saber que a su retaguardia se estaban produciendo enfrentamientos de gravedad.
El punto final de la manifestación era la zona del Puente de las Américas. Allí, desde un paso elevado, los parlamentarios malagueños y los organizadores pusieron fin al acto con unas palabras encendidas de entusiasmo del diputado socialista Rafael Ballesteros, aclamados incesantemente por los manifestantes. La manifestación, que se había desarrollado en un clima festivo y a la que la presencia de mujeres y niños confería un carácter auténticamente ciudadano, terminó con vivas a Andalucía, al pueblo andaluz y a la autonomía.
La ingente muchedumbre empezó a dispersarse con todo orden, haciendo el camino de vuelta hacia el centro de la ciudad, pero al llegar al puente de Tetuán se encontró con que allí se estaba librando una auténtica batalla, de una dureza inigualable. Los botes de humo y las balas de goma en un principio, más tarde aparecerían las de plomo, sembraron la confusión. Abundaron las carreras, los atropellos, las caídas al suelo de mujeres y niños.. Los manifestantes arrojaban piedras contra los policías, a un pelotón de los cuales rodeó. Este grupo de agentes, según la nota oficial del gobernador civil, hizo uso de sus armas reglamentarias y fue entonces cuando cayó sobre el pavimento, herido mortalmente, el joven de diecinueve años Manuel José García Caparrós, trabajador de una fábrica de cervezas y militante de Comisiones Obreras, que fue recogido por vanos compañeros y conducido a la residencia sanitaria de la Seguridad Social, donde ingresó cadáver.
La noticia de la muerte de Manuel José se esparció rápidamente por toda la ciudad. La comisión organizadora celebró una reunión de urgencia, mientras que los parlamentarios se dirigieron al Gobierno Civil. A primeras horas de la tarde se hizo pública una nota oficial del Gobierno Civil, cuya veracidad es puesta en duda por los diversos partidos y organizaciones, sindicales.
La nota del Gobierno Civil afirmaba: «Numerosos grupos de manifestantes, sobre todo al final de la manifestación, se fueron concentrando ante dicho edificio oficial, comenzando a lanzar contra su fachada objetos diversos, para terminar apedreándola con gran intensidad y produciéndose rotura de cristales y lunas. En tal momento se dio orden de despejar el gran número de concentrados ante dicho edificio, lo que se efectuó seguidamente por las fuerzas de orden público. En el punto indicado se produjo la colisión de los manifestantes con las fuerzas de la Policía Armada, que fueron atacadas con piedras, de las que quedó literalmente sembrada la calzada. Un pelotón de las fuerzas de orden público fue acorralado, y agotados sus elementos antidisturbios se vio precisado a hacer uso de sus armas cortas. Para intervenir en las investigaciones que se llevan a cabo para esclarecer los incidentes, llegó ayer a Málaga el subdirector general de Seguridad, José Sáinz.»
Nada se aclaró de aquella muerte. Sólo que un andaluz perdió la vida, víctima de un crimen de estado. De un estado que trató de silenciar su voz, la de tantos andaluces, la de Andalucía entera...
De pronto, en Málaga, ocurrió la tragedia: la Policía Armada disparaba por la espalda a un joven manifestante de diecinueve años: Manuel José García Caparrós, andaluz de Málaga, caía muerto en la Alameda Colón. Su crimen, un crimen de estado, permanece aún impune.
Esta es la crónica del El País sobre aquel día.
Tensión en Málaga por la muerte del joven manifestante.
Partidos, centrales y ciudadanos responsabilizan al presidente de la Diputación.
Una fotografía de Manuel José García Caparrós, malagueño, de diecinueve años, rodeada de velas y claveles rojos, sirve hoy en el pavimento de la Alameda Colón para señalar el lugar que encontró su muerte el día, en que Andalucía y Galicia se echaron a la calle para pedir su autonomía. Un millón cuatrocientas mil personas, aproximadamente, se habían dado cita en las calles de las capitales de las dos regiones para, en un ambiente de alegría y exaltación, solicitar sus estatutos. Las provocaciones de la extrema derecha no consiguieron romper el orden de las concentraciones, pero los sucesos de Málaga dieron esa nota triste.
JOAQUÍN MARÍN - Málaga
EL PAÍS - 06-12-1977
Numerosos impactos de bala señalan el lugar donde cayó muerto el domingo el joven Manuel José García Caparrós, junto a los muros del antiguo edificio del periódico Sur, situado en la Alameda de Colón, de Málaga. En el lugar exacto, una foto del muchacho asesinado, unas velas encendidas y unos claveles rojos sirven de punto de concentración de muchos malagueños que acuden al lugar para testimoniar su pésame a los compañeros de la víctima de la autonomía andaluza.
Parlamentarios, partidos políticos, centrales sindicales y ciudadanos en general, coinciden en señalar que la chispa que encendió todo fue la actitud tomada por el presidente de la Diputación, Francisco Cabeza López, que se negó a que la bandera andaluza ondease junto a la nacional en la sede del organismo provincial. A pesar de esta actitud, que se cataloga en los comunicados de los partidos y de las centrales como una auténtica provocación, la manifestación pro autonomía, con más de 150.000 personas, pasó junto a la Diputación sin mayores incidentes. El edificio, en cuyo balcón ondeaba sólo la bandera nacional, estaba custodiado por efectivos antidisturbios de la Policía Armada. Junto a ellos, con banderas nacionales, se encontraban varios militantes de extrema derecha, conocidos en Málaga por sus acciones violentas. Los manifestantes, al pasar, pedían la dimisión del presidente y, en general, seguían su camino. Algunos, especialmente de los que venían al final de la marcha, se quedaron junto al edificio de la Diputación. Un joven escaló la fachada y colocó una bandera verdiblanca junto a la nacional. Después empezaron los enfrentamientos. Los agentes del orden cargaron contra los concentrados, que arrojaron piedras contra los ventanales del edificio. Las cargas de la Policía Armada fueron de una violencia extrema, como no se recordaba en Málaga.
Mientras tanto, el grueso de la manifestación continuaba su recorrido, sin saber que a su retaguardia se estaban produciendo enfrentamientos de gravedad.
El punto final de la manifestación era la zona del Puente de las Américas. Allí, desde un paso elevado, los parlamentarios malagueños y los organizadores pusieron fin al acto con unas palabras encendidas de entusiasmo del diputado socialista Rafael Ballesteros, aclamados incesantemente por los manifestantes. La manifestación, que se había desarrollado en un clima festivo y a la que la presencia de mujeres y niños confería un carácter auténticamente ciudadano, terminó con vivas a Andalucía, al pueblo andaluz y a la autonomía.
La ingente muchedumbre empezó a dispersarse con todo orden, haciendo el camino de vuelta hacia el centro de la ciudad, pero al llegar al puente de Tetuán se encontró con que allí se estaba librando una auténtica batalla, de una dureza inigualable. Los botes de humo y las balas de goma en un principio, más tarde aparecerían las de plomo, sembraron la confusión. Abundaron las carreras, los atropellos, las caídas al suelo de mujeres y niños.. Los manifestantes arrojaban piedras contra los policías, a un pelotón de los cuales rodeó. Este grupo de agentes, según la nota oficial del gobernador civil, hizo uso de sus armas reglamentarias y fue entonces cuando cayó sobre el pavimento, herido mortalmente, el joven de diecinueve años Manuel José García Caparrós, trabajador de una fábrica de cervezas y militante de Comisiones Obreras, que fue recogido por vanos compañeros y conducido a la residencia sanitaria de la Seguridad Social, donde ingresó cadáver.
La noticia de la muerte de Manuel José se esparció rápidamente por toda la ciudad. La comisión organizadora celebró una reunión de urgencia, mientras que los parlamentarios se dirigieron al Gobierno Civil. A primeras horas de la tarde se hizo pública una nota oficial del Gobierno Civil, cuya veracidad es puesta en duda por los diversos partidos y organizaciones, sindicales.
La nota del Gobierno Civil afirmaba: «Numerosos grupos de manifestantes, sobre todo al final de la manifestación, se fueron concentrando ante dicho edificio oficial, comenzando a lanzar contra su fachada objetos diversos, para terminar apedreándola con gran intensidad y produciéndose rotura de cristales y lunas. En tal momento se dio orden de despejar el gran número de concentrados ante dicho edificio, lo que se efectuó seguidamente por las fuerzas de orden público. En el punto indicado se produjo la colisión de los manifestantes con las fuerzas de la Policía Armada, que fueron atacadas con piedras, de las que quedó literalmente sembrada la calzada. Un pelotón de las fuerzas de orden público fue acorralado, y agotados sus elementos antidisturbios se vio precisado a hacer uso de sus armas cortas. Para intervenir en las investigaciones que se llevan a cabo para esclarecer los incidentes, llegó ayer a Málaga el subdirector general de Seguridad, José Sáinz.»
Nada se aclaró de aquella muerte. Sólo que un andaluz perdió la vida, víctima de un crimen de estado. De un estado que trató de silenciar su voz, la de tantos andaluces, la de Andalucía entera...
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jueves, noviembre 9
Manifiesto Andalucista de Córdoba de 1919
Texto acordado por el Directorio Andaluz de Córdoba
el día 1º de Enero de 1919
y refrendado por la Asamblea Autonomista
reunida en Córdoba el 25 de marzo del mismo año.
A los representantes en Cortes, Diputaciones provinciales, Ayuntamientos, Universidades, Institutos y Escuelas, Centros Obreros, Museos, Cámaras y Asociaciones Culturales, Agrícolas, Industriales y Comerciales y a todos los habitantes del territorio andaluz:
Ciudadanos andaluces:
Nuestra voz quiere llenar de imperativos de vida clamorosa y palpitante el silencio de muerte de vuestras conciencias calladas; quiere fundir los espíritus de todos vosotros en un poderoso vibrar inspirado por nuestra permanente afirmación.
Sentimos llegar la hora suprema en que habrá de consumarse definitivamente el acabamiento de la vieja España, la cual va a desvanecerse como una sombra antes de que concluya este instante solemne de la vida mundial: puente entre la eternidad de un pasado de locura, manchado de sangre y vestido de artificio, y la eternidad de un porvenir consciente de la finalidad creadora de la vida universal, a cuyo cumplimiento se ordenarán, con intensos fervores, las eficiencias puras de las energías humanas.
Ante el fatal advenimiento de esta hora decisiva, nosotros queremos intensificar en este territorio yermo y silencioso, cementerio que pueblan espíritus apagados, nuestra labor creadora de un pueblo vivo, bullicioso y feliz, que irradie con su actividad potencialidades progresivas para las nuevas eras.
Nosotros, conscientes de nuestra misión vital, invitamos fervorosamente a todos los andaluces a que, recordando como un acicate su gloriosa historia, no de guerras, sino de maravillosas civilizaciones pasadas, colaboren en la batalla nuestra; a que sientan un anhelo intenso y poderoso de la vida propia y distinta, considerándose cada individuo factor activo de la Historia nueva; a que fundan, sin temor al sacrificio, ese anhelo de eternidad que constituye el fondo último de todos los seres, con el objeto de una posteridad triunfante, la cual únicamente podrá perpetuar la vida nuestra, depurada por el dolor, dignificada por la libertad y santificada por la justicia.
Para esto requerimos a todos los habitantes de Andalucía, a fin que proclamen y de que vehemente defiendan los fundamentos siguientes:
Primero: Abolición de los Poderes Centralistas.
La necesidad de mantener y de fomentar a todo trance la general tensión alcanzada por los espíritus de todos los españoles durante los sucesos de junio y agosto de 1917 y durante los de marzo de 1918, así como la creada posteriormente con motivo de los últimos acontecimientos políticos nacionales, aspirando a una renovación integral de la vida española. Desperecemos del todo nuestro sueño secular. Hemos entreabierto los ojos unos instantes, entreviendo horizontes de dignificación. Hemos sentido varias veces una salvadora expectación, antecedente de una revolución purificadora. No volvamos a dormirnos en la abyección de nuestra existencia pasada. Todos los pueblos del mundo han sentido desgarradas sus entrañas y han producido dolorosamente una vida nueva.
Desgárrese también la vieja España. Seamos fuerzas impetuosas, elaboradoras, en la interna agitación de una nueva vida hermana a la que va a triunfar en el mundo.
Sean cuales fueren los procedimientos de que hubieren de valerse para mantener su dominio los Poderes Centralistas depredadores, estos Poderes deberán, con escarnio, ser abolidos.
Declaremos a los representantes del régimen actual y sus procedimientos, incompatibles en absoluto, por su inconsciencia e inaguantable contumacia con las aspiraciones generosas de renovación. Una barrera impenetrable de intereses políticos o partidistas y plutocráticos, consustancial de la conservación de dinastías arcaicas y de oligarquías inmundas, impide el advenimiento de las nuevas condiciones, contradictorias de absurdos privilegios.
Rechacemos la representación de un Estado que nos deshonra, sosteniendo regímenes arcaicos y feudales en todos los órdenes de la Administración: en la Hacienda, en la Enseñanza, en la Justicia; Poderes que mantienen Códigos sancionadores de bárbaras costumbres privadas, por los cuales la sociedad salvaje de este territorio ejerce una tiranía espiritual mil veces peor que la económica y que la política, sobre los hombres cultos que se preguntan si este país es una patria o un establo.
Declarémonos separatistas de este Estado que, con relación a individuos y pueblos, conculca sin freno los fueros de justicia y del interés y, sobre todo, los sagrados fueros de la libertad; de ese Estado que nos descalifica ante nuestra propia conciencia y ante la conciencia de los pueblos extranjeros. Avergoncémonos de haber sufrido y condenémoslo al desprecio o al perecimiento; esto es, al vacío del olvido absoluto en donde el recuerdo del malo se extingue, a esas castradas generaciones antecedentes, que nos hubieron de legar la deshonra de este Estado, por no haber concebido ni ejecutado en su inconsciencia, en su cobardía o en su maldad, el esfuerzo generoso que exigía de ellas la esperanza de una posteridad feliz. Reneguemos de los padres que despreciaron a los hijos, viviendo con la España antigua la historia estéril para el progreso humano de un pueblo inspirado por dogmas sombríos de muerte, que hiciera cruzada contra la naturaleza y la vida, forjando para España y para los españoles de hoy la prevención y el menosprecio universales.
Hay que romper la secular barrera y hay que romperla ahora o nunca. Ved que, con ser ínfima la cultura y la capacitación del pueblo, es mucho menor la de los hombres representantes de los regímenes que imperan. Rechazad la tiranía del interior, la más degradante de las tiranías.
Segundo: Andalucía, libre.
En todas las regiones o nacionalidades peninsulares, se observa un incontrastable movimiento de repulsión hacia el Estado centralista. Ya no le vale resguardar sus miserables intereses con el santo escudo de la solidaridad o unidad, que dicen nacional.
Aún las regiones que más aman la solidaridad, como sucede a Andalucía, van dándose cuenta de que los verdaderos separatistas son ellos: los que esparcen recelos con relación a pueblos vivos, como Cataluña o Vasconia, por el delito horrendo de querer regir por sí sus peculiares intereses. ¿ Qué diríais de un individuo o de una familia o de un pueblo cualquiera, que afirmara su voluntad de vivir, de regir su patrimonio, de usar de su propia lengua, de dictar reglas privadas para el gobierno de su propio hogar y que afirmara al mismo tiempo su deseo de solidarizarse con los demás individuos, familias, ciudades o pueblos, manteniendo la unidad o la sociedad para los fines sociales, como la representación exterior, como los servicios y negocios que no sólo a unos de ellos, sino que a todos por igual afectan?. ¿Ibais a ser tan dementes que llamaseis al individuo o pueblo que así obrara, egoísta, criminal o antisolidario?. Pues esto hacen hoy los centralistas con las regiones que quieren desarrollar su propia vida fuera de la acción negadora de un Estado incapaz.
El Estado oligárquico las ataca, porque precisamente esas regiones quieren proceder a la reforma de su organización para hacer compatible la libertad y el derecho de todos y para estar representados todos dignamente.
Del mismo modo calumniaron y vejaron también, esos Poderes, a Portugal, y Portugal huyó fuera del seno de la familia hispana. Esto hicieron con la América del Sur y la América del Sur repugnó la solidaridad, sustrayéndose a la tiranía de la metrópoli; esto hicieron con Cuba y Cuba buscó apoyo contra España en la libre Norte América; esto quieren hacer ahora con las regiones que llaman separatistas; enconando con respecto a ellas, odios y diferencias afectivas, antecedentes del disgregamiento. A un individuo se le encierra en una prisión y, como pueda, de ella se escapa; a una familia, como sucede en nuestros municipios andaluces, se la persigue por el cacique, se le niegan los medios de vivir con justicia y dignidad y se alejará, como tantas se alejan, maldiciendo del municipio, de la manada de hombres cobardes que tales crímenes conscientes. Con este procedimiento se desintegrarán todas las nacionalidades vivas de Hispania. No podrán contener sus ansias de libertad la acción opresora de los poderes centrales, porque éstos ninguna esencia representan y los nacionalistas de todas las regiones van movidos por una fervorosa esencia de liberación, siendo impotentes las armas y los ejércitos todos ante la fuerza avasalladora, incontrastable, que expansiona los ideales de liberación oprimidos.
Andalucía quedará sola. Las demás nacionalidades van afirmándose y Andalucía se verá también en la necesidad de vivir por sí; es decir, de procurar su propia vida y progreso, si no quiere ser vilipendiada más que lo fuera hasta ahora.
Andaluces: Andalucía es una nacionalidad porque una común necesidad invita a todos su hijos a luchar juntos por su común redención. Lo es también porque la Naturaleza y la historia hicieron de ella una distinción en el territorio hispánico. Lo es también porque, lo mismo en España que en el extranjero, se la señala como un territorio y un pueblo diferente. La degeneración de Andalucía será la de todos vosotros. Un pueblo abyecto y cobarde es un mero compuesto de individuos indignos y cobardes también.
Nosotros, por esto, estamos fundidos con aquella expresión de la Asamblea Regionalista de Ronda que proclamó a Andalucía como una realidad nacional, como una patria (patria es un grupo humano que siente las mismas necesidades y ha de trabajar por satisfacerlas en común), como una patria viva en nuestras conciencias.
Por eso también, queremos hacer efectiva la prescripción del artículo primero de la Constitución Andaluza, votada por la Asamblea Federalista de Antequera de 1883, que aspiró a constituir en Andalucía “una Democracia Soberana y Autónoma”, la cual subvenga exclusivamente a las necesidades desatendidas de este territorio y al progreso particular de sus habitantes. Por eso nos hemos determinado a dirigir a los Poderes Centrales la siguiente petición:
Los que suscriben, interpretando las aspiraciones de los andaluces conscientes, los cuales no se encuentran representados por las Diputaciones y los Ayuntamientos andaluces, Municipios caciquistas, granjas de los oligarcas de Madrid, al Presidente del Consejo de Gobierno, con todo respeto, piden:
1º. - Que al reformar la Constitución española en sentido autonómico, no se prive de este Derecho a la Región Andaluza, a la cual deberá otorgársele una soberanía igual en la intensidad a la solicitada por la Mancomunidad catalana, en su mensaje último al Gobierno.
2º. - La facultad de constituirse en Democracia autónoma, ordenadamente, organizando sus Poderes legislativos, Ejecutivo y Judicial, siguiendo para ello la orientación sugerida por la constitución para Andalucía tomada en consideración por la Asamblea Federalista de Antequera de 1883 y por la Asamblea regionalista de Ronda de enero de 1918, en la forma que acuerde una Asamblea, convocada al efecto, de los Municipios andaluces, integrada por representantes elegidos por sufragio directo.
No se rechace por extemporánea esta petición, arguyendo que no está Andalucía capacitada para usar su libertad. Este es el argumento que se usaba para defender la permanencia de la esclavitud individual, alegando que los esclavos no estaban capacitados para ser hombres libres.
No habiendo sido jamás Andalucía entregada a sí misma desde la conquista y dominación cristiana que vino a absorber nuestros jugos vitales y a esterilizar nuestro genio creador, no puede decirse que sea Andalucía incapaz de regirse bajo las nuevas condiciones. Cuantas veces fue libre, creó nuestra Región las únicas maravillosas civilizaciones que existieron en España. En su último período de libertad, el Andaluz salvó de la barbarie europea la cultura occidental e inspiró a Europa la civilización con que cuenta hoy en el mundo.
No se conteste que para conceder la autonomía a este Región, necesitaría tener primero conciencia de su personalidad. La personalidad de Andalucía, no obstante la negación que de ella hiciera la bárbara dominación, se destaca hoy más poderosamente que la de ninguna otra nacionalidad hispánica. Para tener conciencia o visión clara de su personalidad sólo necesita de soledad para sentirla, de facultades para liberarlas. Andalucía no es un pueblo de locos y de imbéciles incapacitados. Su incapacidad no es más que el yugo caciquil a la que la oligarquía de Madrid la somete, impidiéndole pensar en una capacidad que no habría de poder ejercer bajo el yugo del cacique que Madrid le impone.
La tiranía económica y política que se hubo de desarrollar desde la conquista de este pueblo, no puede parangonarse con la que pasó sobre pueblo alguno del mundo. Los andaluces oprimidos perdieron la esperanza de su libertad y aún se olvidaron de ella. Pero esto no quiere decir que, si llega el caso de ejercerla, no puedan demostrar los que después de tiranizados, vilipendiados fueron, que, si hubo un pueblo creador en España, este pueblo fue el de Andalucía, como lo patentiza su historia, enterrada por los dominadores y desenterrada hoy por muchos de sus hijos entusiastas, los cuales se sienten inspirado por la grandeza de la región.
3º.- La facultad de dicha Asamblea constituyente para poder conceder a los Municipios andaluces la autonomía más amplia.
No creemos a los Poderes Centrales hoy constituidos, capacitados para variar el régimen de organización general, por lo cual, en forma alternativa, para el caso de que así se entienda por el Gobierno, pedimos que éste, dándose cuenta de su situación y del peligro que para la futura federación hispánica supondría la concesión de autonomías singulares o la actitud de ciertas nacionalidades, quienes justamente habrán de tomar por si la libertad que se les niega, aconseje al Poder Regulador la convocatoria de Cortes Generales, en las cuales, representadas todas las regiones, puedan pactar la federación española.
Córdoba, a 1 de enero de 1919.
Todos los andaluces deben adherirse a esta petición, bien dirigiéndose a los Poderes Centrales directamente, bien remitiéndonos su adhesión.
Cuando os inciten a luchar contra las regiones hermanas, luchad por la libertad de Andalucía. Queremos libertad porque los Poderes Centrales jamás resolverán nuestros urgentes problemas. Planteados y resueltos los tenemos en nuestra Constitución de 1883.
Queremos resolver el problema del hambre en Andalucía, convirtiendo al jornalero en labrador y concluyendo con el latifundio y la barbarie de los terrenos por cultivar. Para esto, conforme a lo votado por la Asamblea Regionalista de Ronda, aspiramos a absorber en beneficio de la comunidad municipal el valor social del suelo, negando la propiedad privada de dicho valor; constituyendo con él la Hacienda natural del Procomún, asegurando la permanencia en la posesión privada de los cultivos, edificaciones y mejoras de los terrenos y librando de toda contribución o gravamen dichos cultivos, edificaciones o mejoras, así como toda manifestación del trabajo individual sobre las tierras.
Queremos que cada Municipio tenga la obligación de mantener un establecimiento de intermediación comercial de los artículos de consumo, el cual, sin perjuicio de las iniciativas privadas, vendrá a socializar así esta manifestación de la actividad, establecimientos que constituirán como cooperativas municipales de consumo. Queremos que los Municipios exploten por sí empresas de todo orden, agrícola e industriales, sosteniendo granjas y montando fábricas y talleres, dejando libre la iniciativa individual para el que quiera emplearla en estos fines.
Por la municipalización del valor social del suelo y el establecimiento forzoso de cooperativas municipales de comercio y por la explotación de empresas y entidades agrícolas municipales vendríase a operar la socialización de todas las actividades, sin perjuicio de la iniciativa particular, que podría seguir desarrollando sus potencialidades. Imposible sería a un particular competir con una empresa municipal, por lo cual se operaría la socialización y quedaría al mismo tiempo libre la actividad particular y, por tanto, con incentivo para explorar los campos nuevos. Esta solución armoniza todas las creencias y es la verdadera orientación que es necesario seguir para resolver los que se consideraban insolubles problemas sociales, los cuales vendrían a quedar reducidos a problemas de administración.
Queremos excitar el nacimiento de la conciencia colectiva municipal y concluir con el ominoso caciquismo:
1º. - Por la libertad económica, que vendrá como consecuencia de la aplicación de las anteriores prescripciones.
2º. - Por el establecimiento del sistema de democracias puras suizo, consagrando el derecho de petición y las iniciativas de los vecinos: por la obligación general de todo Ayuntamiento andaluz de discutir los asuntos importantes del Municipios en lugares como plaza publica, con turnos de intervención y discusión para el pueblo.
3º. - Por la autonomía de cada pueblo o municipio, incluso para dictar, con sólo las anteriores limitaciones y el respeto a los derechos individuales, sus respectivas constituciones políticas y sus leyes electorales.
Queremos crear en cada cabeza de partido andaluz, escuelas prácticas de Artes, de Agricultura y de Ingeniería, en armonía con las necesidades de la Región.
Queremos dotar de absoluta autonomía a los Centros de Enseñanza; instrucción gratuita en todos sus grados y la enseñanza obligatoria impuesta son severas sanciones.
Queremos que el Estado Regional mantenga un ejército de maestros y profesores, con pensiones periódicas en el extranjero, los cuales sirvan las escuelas y Centros docentes de la Región, aportando a ellos los alientos civilizadores de Europa. Queremos que el Estado Regional mantenga un ejército de médicos e higienistas, que cuiden de la salud de los necesitados y velen por la salubridad de los municipios y de la Región.
Queremos la reforma de los Códigos arcaicos españoles, amoldándolos al carácter andaluz y a la expansión de los espíritus libres.
Queremos dignificar a la mujer esclavizada por un bárbaro Derecho que tuvo en Roma su inspiración y que repugna al genio humano y generoso de Andalucía, la cual, cuando fue libre, aún bajo el régimen musulmán, dotó a sus mujeres de consideraciones, libertad y respectos similares a los que hoy gozan en los países más progresivos del mundo. Queremos reconocer conforme los artículos 14 y 15 de dicha Constitución, la independencia civil y social de la mujer. Toda subordinación que para ella establezcan las leyes quedará derogada desde la mayoría de edad.
Queremos la justicia gratuita y la derogación de las leyes procesales civiles actuales y su sustitución por el arbitraje obligatorio y el establecimiento de un cuerpo de Magistrados asesores, encargados de los Registros civiles de personas o cosas.
Queremos el establecimiento de los Poderes Legislativos, Ejecutivo y Judicial, conforme a lo prescrito en dicha Constitución, a saber:
Cámara legislativa compuesta de diputados de población y profesionales o de clase.
Ministros designados por el Parlamento.
Poder Judicial independiente, a cargo de un Tribunal Supremo.
Andaluces: Para esto queremos nuestra libertad; para hacer de Andalucía un pueblo como siempre fue; el más civilizado y feliz de Europa, el cuerpo de ejército más esforzado de los creadores de la civilización o de la vida.
Tercero: La Federación Hispánica.
Con ello ganará Andalucía e Hispania.
Amamos la hermandad con todas las nacionalidades peninsulares, incluso Portugal, que sólo formarán con las demás una potente supernación, cuando todas ellas sean libres dentro de la unidad; como lo son los Estados alemanes, dentro de la Federación alemana; como lo son los Estados americanos dentro de la Federación de los Estados Unidos de la América del Norte; o de los Cantonales suizos dentro de la libre Federación helvética. Libertad y Federación, para el fin progresivo de todos los pueblos del mundo. La consagración de este principio ha sido el alumbramiento gigantesco de la guerra mundial.
Ved que no puede existir unidad o solidaridad sin amor, ni amor sin respeto mutuo o libertad. Ved que la España uniformista nació muerta porque se fundó sobre la negación de los jugos vitales privativos de las nacionalidades hispanas, que constituyeron el alma potente de la España federada.
Desde entonces, desde hace cuatro siglos, la nacionalidad española fue una sombra de nacionalidad, flotando sobre un territorio inerte, inicuamente explotado por dinastías extranjeras, con la rapaz colaboración de caciques y de oligarcas.
Andaluces de todos los campos y partidos: Venid a esta labor, los hombres de ideas más opuestas, unidos por el ideal de una Andalucía grande y redimida.
Invocamos a todas las clases, principalmente a las obreras, que tienen la fuerza reformadora del Poder a la orden de su voluntad; a todas menos a una pseudo intelectualidad andaluza y española, de espíritu castrado y de alma cobarde, que abdicó el rango de clase dirigente y sólo sirve para entorpecer la ideación generosa y la valiente acción.
Y decimos a las clases acomodadas: Ved que en el orden político y social ofrecemos ordenadamente los avances de una fatal evolución. Ved que el hambre del pueblo ruge; que su organización está ya operada en casi todos los pueblos andaluces; que todos los obreros se encuentran ya asociados por la intensificación en estos últimos tiempos del hambre y de las nuevas auras de liberación. Si no os apresuráis a hacer justicia, llegará el día luctuoso en que se liberarán rencores en ineluctables venganzas.
Y decimos a los obreros: El último Congreso Socialista ha votado la defensa de las autonomías regionales y locales y del principio federativo.
La democracia trabajadora de Oriente, organiza la República federal rusa, constituida sobre la base de la libre federación de las regiones o nacionalidades, organizadas en soviets regionales y locales.
Sindicalistas: Venid a defender con la liberación de la Tierra el medio único que tenéis de ensayar su explotación por los sindicatos obreros y con los establecimientos de intermediación mercantil municipal, el medio único que también existe de explotar esta manifestación de la actividad humana en beneficio de todos, por lo que vendría a ser un Sindicato municipal.
Vengan los obreros, sobretodo los campesinos, a defender la aplicación del sagrado principio de tierra y libertad. Nuestra voz convoca principalmente a los rudos pastores de las serranías para que vengan a formar el ejército liberador de Andalucía, con los famélicos de las campiñas acotadas.
Campesinos andaluces: Sois los conductores de la Andalucía pura en las ciudades se vino a mezclar su sangre con la de extraña gente. Vuestra historia es la historia de Andalucía. Vuestros padres, hicieron de esta triste patria nuestra un vergel delicioso, en donde los más deleitosos frutos estaban de balde; en donde todo el mundo sabía leer y escribir, presidido este vergel por la gloriosa ciudad desde donde os dirigimos nuestra voz: por Córdoba, la ciudad que condensó el espíritu andaluz, acumulándole en ochenta Universidades y Bibliotecas ingentes, como no existen en la España de hoy; prodigándolo generosamente a Europa, cuya civilización vino a iniciar. De aquí salió el espíritu que fundó las Universidades europeas. Aquí la civilización tuvo asilo inexpugnable, acosado por la barbarie medieval.
Y vino esta barbarie a dominar por fin a Andalucía. Y, entonces, los dominadores se repartieron en grandes porciones el suelo de la patria y expulsaron a nuestros padres, generosos y creadores, a las playas inhospitalarias del África hosca y redujeron a los que quedaron a abdicar su genio rebelde y creador, encerrándole como esclavos en esas ergástulas que llaman gañanías, en donde pena aún su martirio la Andalucía jornalera, la verdadera y triste Andalucía.
Los caciques territoriales y políticos, por medio de la desamortización, por medio de contribuciones, vinieron a completar la obra de arruinar al pequeño labrador que cultivaba intensamente sus tierras, creándose así, junto a los estados de los nobles, los modernos latifundios.
Mienten quienes digan que Andalucía ríe. La risa de Andalucía es la mueca del genio enloquecido por el martirio, debilitado por el hambre; de un genio que tuvo y tiene por fondo un optimismo creador; una santa alegría de vivir, caricaturizado hoy por una larga tragedia de miseria y sufrimiento. Es cien veces más horrible que el llanto, la risa trágica de la degradación. Andalucía no ríe, llora. Llora al ver sus hijos, tambaleándose de hambre y de dolor, emprender el camino amargo que a la emigración conduce, buscando tierras que ella no puede darles, porque entre unos cuantos señores la esclavizaron; llora cuando percibe a sus niños jornaleros que atisban con ansia un pedazo de pan, consumida la niñez en las rudas faenas del campo; llora cuando contempla a sus mujeres jornaleras, implorar en los hogares desolados, guaridas de la miseria y de la muerte, en los tristes días de invierno, y a sus evocaciones no se responde con el alimento que la prostitución les dona por la mano de señoritos casineros, dueños de la tierra y herederos de los nobles haraganes; llora cuando les ve deformándose los cuerpos juveniles en bestiales faenas campesinas, impropias aún de hombres fuertes; llora cuando cuenta el noventa por ciento de su población esclavizada por el bárbaro latifundio; cuando en ese noventa por ciento de jornaleros, ella misma se contempla, humillada y hambrienta, en la sucia gañanía.
Dicen que los cantares andaluces son evocaciones a la muerte: ¿qué otro refugio que la deshonra y la muerte dejaron a esta diosa excelsa humillada, que se llama Andalucía?.
Andalucía no ríe: llora. Los españoles no lo ven; los extranjeros sí. Campesinos andaluces: El escándalo de vuestra existencia miserable ha pasado la frontera y, pregonado por escritores extranjeros, es la vergüenza más trágica de España y de Andalucía. ¡Arriba los corazones!. ¡No emigréis, combatid!. La tierra de Andalucía es vuestra. ¡Recobrad la tierra que vino arrebataros la dura dominación!. ¡Perezca la gañanía y tenga Andalucía un hogar riente y feliz en la granja limpia de los estudiosos campesinos!. Sois vosotros los que habéis de redimiros. Vuestra redención es la de la patria nuestra. Organizaos al requerimiento de nuestra voz. No os constituyáis en banda desorganizada, sino en ejército regular.
Andaluces todos: La hora ha llegado de reanudar vuestra interrumpida historia. Andalucía es Bética que produjo para la humanidad los mejores hombres de ciencia y los emperadores más humanos y filósofos; es el Andalus que salvó la civilización del mundo, creada por la primitiva Andalucía. Sed dignos de la grandeza pasada. Organizaos, y como los andaluces de 1835, por la Junta Regional de Andújar, imponed la reforma de los Poderes Centrales españoles; tomaos vuestra propia libertad; acordar las medidas de vuestra propia redención y sed el pueblo más eficiente en los Estados Unidos de España. Sea vuestro grito de combate y de victoria: ¡Por Andalucía, por España y la Humanidad!.
Córdoba, 1 de enero de 1919.
Blas Infante.- Por el Centro Regionalista Andaluz de Jaén: Inocencio Fé, Emilio Alvárez, Juan García Jiménez, Manuel Rosi (Secretario). Por el Centro Regionalista Andaluz de Córdoba.- Dionisio Pastor, Eloy Vaquero, Francisco Azorín, Francisco Córdoba. - Texto acordado por el Directorio Andaluz de Córdoba, el día 1º de Enero de 1919 y refrendado por la Asamblea Autonomista reunida en Córdoba el 25 de marzo del mismo año.
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martes, septiembre 19
Belfast Child
Hoy suena en La Arbonaida Belfast Child, una canción del grupo escocés Simple Minds aparecida en 1989 en el disco Street Fighting Years. Hay quien considera este disco como el principio del fin de la calidad de SM, al encontrarlo excesivamente sinfónico. Yo no lo considero el mejor, pero me gusta; en especial esta canción.
"Belfast Child" está basada en la canción tradicional "She Moved Through The Fair", con sus 6.40 minutos se convirtió en el número 1 más largo en U.K. desde "Hey Jude". Tiene esta canción un punto sinfónico y épico, resultando emocionante tanto en la letra como en la música.
Afortunadamente, y después de muchos años, los niños de Belfast cantan de nuevo y en paz, tras decenios de violencia inútil.
"When my love said to me / Meet me down by the gallow tree / For its sad news I bring /About this old town and all that its offering / Some say troubles abound / Some day soon theyre gonna pull the old town down / One day well return here, / When the belfast child sings again..."
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