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viernes, diciembre 4

Andalucía, 4 de Diciembre


Para muchos andaluces y andaluzas el 4 de diciembre es el  verdadero Día de Andalucía, en lugar de la fecha establecida institucionalmente del 28 de Febrero. Consideramos que, aún siendo importante la fecha del 28 de febrero en el proceso de autogobierno, fue el día 4 de diciembre de 1977 cuando Andalucía entera se lanzó a la calle para exigir que se la tratara como lo que era y es: una Nación con derecho a decidir plenamente dónde y cómo quiere estar. Así, aquel  4 de diciembre de 1977, el Pueblo Andaluz se lanzó a la calle a exigir un marco legal que diera a Andalucía la capacidad de autogobierno que, como Nacionalidad Histórica, le correspondía.

Aquel día, Andalucía entera fue una fiesta: la fiesta de la Libertad.

Me veo a mi mismo, en la nebulosa de mis recuerdos infantiles, con mi padre y mi hermano en la manifestación organizada en Granada. Y recuerdo a los furgones de la Policía Armada avanzando a toda velocidad entre la multidud que atestaba la Gran Vía granadina..

En Málaga, ocurrió la tragedia: la Policía Armada disparaba por la espalda a un joven manifestante de diecinueve años: Manuel José García Caparrós, andaluz de Málaga, caía muerto en la Alameda Colón. Su crimen permanece aún impune.

Esta es la crónica del "El País" sobre aquel día.


«Tensión en Málaga por la muerte del joven manifestante
Partidos, centrales y ciudadanos responsabilizan al presidente de la Diputación
Una fotografía de Manuel José García Caparrós, malagueño, de diecinueve años, rodeada de velas y claveles rojos, sirve hoy en el pavimento de la Alameda Colón para señalar el lugar que encontró su muerte el día, en que Andalucía y Galicia se echaron a la calle para pedir su autonomía. Un millón cuatrocientas mil personas, aproximadamente, se habían dado cita en las calles de las capitales de las dos regiones para, en un ambiente de alegría y exaltación, solicitar sus estatutos. Las provocaciones de la extrema derecha no consiguieron romper el orden de las concentraciones, pero los sucesos de Málaga dieron esa nota triste.»

JOAQUÍN MARÍN - Málaga
EL PAÍS - 06-12-1977


«Numerosos impactos de bala señalan el lugar donde cayó muerto el domingo el joven Manuel José  García Caparrós, junto a los muros del antiguo edificio del periódico Sur, situado en la Alameda de Colón, de Málaga. En el lugar exacto, una foto del finado, unas velas encendidas y unos claveles rojos sirven de punto de concentración de muchos malagueños que acuden al lugar para testimoniar su pésame a los compañeros de la víctima de la autonomía andaluza.

Parlamentarios, partidos políticos, centrales sindicales y ciudadanos en general, coinciden en señalar que la chispa que encendió todo fue la actitud tomada por el presidente de la Diputación, Francisco Cabeza López, que se negó a que la bandera andaluza ondease junto a la nacional en la sede del organismo provincial. A pesar de esta actitud, que se cataloga en los comunicados de los partidos y de las centrales como una auténtica provocación, la manifestación pro autonomía, con más de 150.000 personas, pasó junto a la Diputación sin mayores incidentes. El edificio, en cuyo balcón ondeaba sólo la bandera nacional, estaba custodiado por efectivos antidisturbios de la Policía Armada. Junto a ellos, con banderas nacionales, se encontraban varios militantes de extrema derecha, conocidos en Málaga por sus acciones violentas. Los manifestantes, al pasar, pedían la dimisión del presidente y, en general, seguían su camino. Algunos, especialmente de los que venían al final de la marcha, se quedaron junto al edificio de la Diputación. Un joven escaló la fachada y colocó una bandera verdiblanca junto a la nacional. Después empezaron los enfrentamientos. Los agentes del orden cargaron contra los concentrados, que arrojaron piedras contra los ventanales del edificio. Las cargas de la Policía Armada fueron de una violencia extrema, como no se recordaba en Málaga.

Mientras tanto, el grueso de la manifestación continuaba su recorrido, sin saber que a su retaguardia se estaban produciendo enfrentamientos de gravedad.

El punto final de la manifestación era la zona del Puente de las Américas. Allí, desde un paso elevado, los parlamentarios malagueños y los organizadores pusieron fin al acto con unas palabras encendidas de entusiasmo del diputado socialista Rafael Ballesteros, aclamados incesantemente por los manifestantes. La manifestación, que se había desarrollado en un clima festivo y a la que la presencia de mujeres y niños confería un carácter auténticamente ciudadano, terminó con vivas a Andalucía, al pueblo andaluz y a la autonomía.

La muerte de Manuel José García

La ingente muchedumbre empezó a dispersarse con todo orden, haciendo el camino de vuelta hacia el centro de la ciudad, pero al llegar al puente de Tetuán se encontró con que allí se estaba librando una auténtica batalla, de una dureza inigualable. Los botes de humo y las balas de goma en un principio, más tarde aparecerían las de plomo, sembraron la confusión. Abundaron las carreras, los atropellos, las caídas al suelo de mujeres y niños.. Los manifestantes arrojaban piedras contra los policías, a un pelotón de los cuales rodeó. Este grupo de agentes, según la nota oficial del gobernador civil, hizo uso de sus armas reglamentarias y fue entonces cuando cayó sobre el pavimento, herido mortalmente, el joven de diecinueve años Manuel José García Caparrós, trabajador de una fábrica de cervezas y militante de Comisiones Obreras, que fue recogido por vanos compañeros y conducido a la residencia sanitaria de la Seguridad Social, donde ingresó cadáver.

Incidentes nocturnos

La noticia de la muerte de Manuel José se esparció rápidamente por toda la ciudad. La comisión organizadora celebró una reunión de urgencia, mientras que los parlamentarios se dirigieron al Gobierno Civil. A primeras horas de la tarde se hizo pública una nota oficial del Gobierno Civil, cuya veracidad es puesta en duda por los diversos partidos y organizaciones, sindicales.

La nota del Gobierno Civil afirmaba: «Numerosos grupos de manifestantes, sobre todo al final de la manifestación, se fueron concentrando ante dicho edificio oficial, comenzando a lanzar contra su fachada objetos diversos, para terminar apedreándola con gran intensidad y produciéndose rotura de cristales y lunas. En tal momento se dio orden de despejar el gran número de concentrados ante dicho edificio, lo que se efectuó seguidamente por las fuerzas de orden público. En el punto indicado se produjo la colisión de los manifestantes con las fuerzas de la Policía Armada, que fueron atacadas con piedras, de las que quedó literalmente sembrada la calzada. Un pelotón de las fuerzas de orden público fue acorralado, y agotados sus elementos antidisturbios se vio precisado a hacer uso de sus armas cortas.». Para intervenir en las investigaciones que se llevan a cabo para esclarecer los incidentes, llegó ayer a Málaga el subdirector general de Seguridad, José Sáinz.»

Leído en Andalucía Libre

jueves, septiembre 11

Des de Andalucía


Dolça Catalunya, 
pàtria del meu cor,
quan de tu s'allunya
d'enyorança es mor.
Jacint Verdaguer 
L'Emigrant (Catalunya, 1845-1902)

Moltes felicitats a tots els catalans. Una salutació des de Andalucia.  

+info: onze de septembre - Els Segadors  

Fotografía: El Fosar de les Moreres - Wikimedia 

lunes, agosto 11

¡Vive!


Hoy, 11 de Agosto, hace 72 años que Blas Infante fue asesinado. Había sido secuestrado unos días antes en su casa en Coria del Río. Murió en el kilómetro 4 de la Carretera de Carmona mientras gritaba ¡Viva Andalucía libre!

D. Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza es, aún hoy en día, el máximo exponente del Nacionalismo Andaluz y un ejemplo a seguir por todos los andaluces y andaluces que aman su Nación. Cuatro años después de su secuestro y asesinato y, para darle algún viso de "legalidad", el Tribunal de Responsabilidades Políticas creado después de la guerra le condena a muerte y a una multa económica a sus descendientes por, según un documento del 4 de mayo de 1940 escrito en Sevilla: "...porque formó parte de una candidatura de tendencia revolucionaria en las elecciones de 1931 y en los años sucesivos hasta 1936 se significó como propagandista de un partido andalucista o regionalista andaluz..." Aquel golpe de estado y aquellas balas fascistas acabaron, no sólo con su vida, también con la esperanza de un Estatuto de Autonomía para Andalucía cuando ya era inminente su aprobación. Callaron su voz, pero su obra y su pensamiento no. Vive en muchos de nosotros.

«Se mata a un hombre, pero no se puede matar una idea. Y Blas Infante fue la voz que encarnó una idea de Andalucía y la plasmó en un programa. Y este programa no fue nunca un instrumento de partido o de gobierno. Fue mucho más: una ética de la convivencia, un proyecto de redención y una esperanza de justicia para el pueblo andaluz. (...) Por ello, cuando la descarga final ahogó su grito de ¡ Viva Andalucía Libre ! , él esperaba que por cada gota de sangre derramada nacerían nuevas fuerzas para la libertad y la autonomía del pueblo andaluz.»

LACOMBA, Juan Antonio, "Málaga, Personajes en su historia".
Ed. Arguval. Málaga 1986 Leído en Andalucía: Documentos y Narraciones

sábado, agosto 9

Soldados de la Vida

El infinito roto 
«Mi nacionalismo, antes que andaluz, es humano. Creo que, por el nacimiento, la naturaleza señala a los soldados de la vida el lugar en donde han de luchar por ella. Yo quiero trabajar por la causa del espíritu en Andalucía porque en ella nací. Si en otra parte me encontrare, me esforzaría por esta causa con igual fervor.» 
(Manuscrito AEE) D. Blas Infante Pérez de Vargas - Padre de la Patria Andaluza
  (Casares, 5 de julio de 1885 – Sevilla, 11 de agosto de 1936)

Fotografía: El Infinito Roto 
Autor: Landahlauts

miércoles, julio 2

Cortitos de bibliografía


Estos días hemos asistido, aún sin querer, a los fastos por la victoria en la Eurocopa 2008 de la Selección Española de Fútbol. En ellos hemos podido contemplar una imagen emocionante: al jugador andaluz, Sergio Ramos, luciendo una camiseta con la fotografía de su amigo Antonio Puerta y una bandera de Andalucía (una Arbonaida) en sus manos. Era su forma de rendir un sentido homenaje a un compañero tristemente desaparecido y a la tierra que vio nacer a los dos y que tanto aman: a Andalucía.

Así informaba la edición electrónica del periódico ABC sobre el particular:

«...Y allí estaba Sergio Ramos, con el torso desnudo y la bandera de la región de Andalucía...»

Después de leer esto podemos sospechar varias carencias muy graves en el servicio de biblioteca y documentación del diario ABC:

1.- Carecen de Libro de Estilo: si lo tuvieran se habrían dado cuenta que, Andalucía, no es región, sino Comunidad Autónoma. En realidad, hoy por hoy, sólo la Región de Murcia tiene esa denominación, la de región.

2.- Carecen de una actualización fiable de sus fondos: tienen una enciclopedia muy, muy antigua. Una de aquellas que se refería a Euskadi como las "Provincias Vascongadas" y que mencionaban a Castilla la Nueva y a Castilla la Vieja. Una enciclopedia en la que aparecerá el Sahara como la provincia número 53, y Francisco Franco como Caudillo de España ...por la Gracia de Dios.

3.- No han leído, ni obra en su poder, el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Si lo tuvieran y leyeran su Preámbulo, sabrían que ya en 1919 se describió a Andalucía "como realidad nacional" y que la Constitución Española (la vigente, les guste o no) "reconoce a Andalucía como una nacionalidad...". Asimismo, el el artículo 1, en su Título Preliminar define a Andalucía "como nacionalidad histórica y en el ejercicio del derecho de autogobierno que reconoce la Constitución..."

Luego, se les llena la boca de palabros como "Constitución", "legalidad", "respeto al ordenamiento constitucional", "ordenamiento jurídico"... Flaco servicio hacen a esa Constitución que tanto quieren y al orden democrático vigente cuando emplear tales términos. Da la impresión de que pisotean todas esas palabras tan grandilocuentes para mantener contenta a la parroquia españolista que los sustenta.

Además, si en realidad tienen esas carencias en alguno de sus departamentos, siempre podrían haber consultado la Wikipedia: es gratis, muy accesible y está en permanente actualización.

Fotografía: Costa Tropical
Autor: Landahlauts

lunes, diciembre 4

Manuel José García Caparrós



Para muchos andaluces y andaluzas el 4 de diciembre es el Día de Andalucía, en lugar de la fecha establecida institucionalmente del 28 de Febrero. Consideramos que, siendo importante la fecha del 28 de febrero en el proceso autonómico, fue el día 4 de diciembre cuando Andalucía entera exigió que se la tratara como lo que era: una Nación con derecho a decidir dónde y cómo quería estar. Para ello, el 4 de diciembre de 1977 el pueblo andaluz se lanzó a la calle en pos del establecimiento de un marco legal capaz de darle a Andalucía la capacidad de autogobierno que, como nacionalidad histórica, le correspondía. Andalucía entera fue una fiesta.

De pronto, en Málaga, ocurrió la tragedia: la Policía Armada disparaba por la espalda a un joven manifestante de diecinueve años: Manuel José García Caparrós, andaluz de Málaga, caía muerto en la Alameda Colón. Su crimen, un crimen de estado, permanece aún impune.

Esta es la crónica del El País sobre aquel día.

Tensión en Málaga por la muerte del joven manifestante.
Partidos, centrales y ciudadanos responsabilizan al presidente de la Diputación.
Una fotografía de Manuel José García Caparrós, malagueño, de diecinueve años, rodeada de velas y claveles rojos, sirve hoy en el pavimento de la Alameda Colón para señalar el lugar que encontró su muerte el día, en que Andalucía y Galicia se echaron a la calle para pedir su autonomía. Un millón cuatrocientas mil personas, aproximadamente, se habían dado cita en las calles de las capitales de las dos regiones para, en un ambiente de alegría y exaltación, solicitar sus estatutos. Las provocaciones de la extrema derecha no consiguieron romper el orden de las concentraciones, pero los sucesos de Málaga dieron esa nota triste.

JOAQUÍN MARÍN - Málaga EL PAÍS - 06-12-1977


Numerosos impactos de bala señalan el lugar donde cayó muerto el domingo el joven Manuel José García Caparrós, junto a los muros del antiguo edificio del periódico Sur, situado en la Alameda de Colón, de Málaga. En el lugar exacto, una foto del muchacho asesinado, unas velas encendidas y unos claveles rojos sirven de punto de concentración de muchos malagueños que acuden al lugar para testimoniar su pésame a los compañeros de la víctima de la autonomía andaluza.


Parlamentarios, partidos políticos, centrales sindicales y ciudadanos en general, coinciden en señalar que la chispa que encendió todo fue la actitud tomada por el presidente de la Diputación, Francisco Cabeza López, que se negó a que la bandera andaluza ondease junto a la nacional en la sede del organismo provincial. A pesar de esta actitud, que se cataloga en los comunicados de los partidos y de las centrales como una auténtica provocación, la manifestación pro autonomía, con más de 150.000 personas, pasó junto a la Diputación sin mayores incidentes. El edificio, en cuyo balcón ondeaba sólo la bandera nacional, estaba custodiado por efectivos antidisturbios de la Policía Armada. Junto a ellos, con banderas nacionales, se encontraban varios militantes de extrema derecha, conocidos en Málaga por sus acciones violentas. Los manifestantes, al pasar, pedían la dimisión del presidente y, en general, seguían su camino. Algunos, especialmente de los que venían al final de la marcha, se quedaron junto al edificio de la Diputación. Un joven escaló la fachada y colocó una bandera verdiblanca junto a la nacional. Después empezaron los enfrentamientos. Los agentes del orden cargaron contra los concentrados, que arrojaron piedras contra los ventanales del edificio. Las cargas de la Policía Armada fueron de una violencia extrema, como no se recordaba en Málaga.

Mientras tanto, el grueso de la manifestación continuaba su recorrido, sin saber que a su retaguardia se estaban produciendo enfrentamientos de gravedad.

El punto final de la manifestación era la zona del Puente de las Américas. Allí, desde un paso elevado, los parlamentarios malagueños y los organizadores pusieron fin al acto con unas palabras encendidas de entusiasmo del diputado socialista Rafael Ballesteros, aclamados incesantemente por los manifestantes. La manifestación, que se había desarrollado en un clima festivo y a la que la presencia de mujeres y niños confería un carácter auténticamente ciudadano, terminó con vivas a Andalucía, al pueblo andaluz y a la autonomía.

La ingente muchedumbre empezó a dispersarse con todo orden, haciendo el camino de vuelta hacia el centro de la ciudad, pero al llegar al puente de Tetuán se encontró con que allí se estaba librando una auténtica batalla, de una dureza inigualable. Los botes de humo y las balas de goma en un principio, más tarde aparecerían las de plomo, sembraron la confusión. Abundaron las carreras, los atropellos, las caídas al suelo de mujeres y niños.. Los manifestantes arrojaban piedras contra los policías, a un pelotón de los cuales rodeó. Este grupo de agentes, según la nota oficial del gobernador civil, hizo uso de sus armas reglamentarias y fue entonces cuando cayó sobre el pavimento, herido mortalmente, el joven de diecinueve años Manuel José García Caparrós, trabajador de una fábrica de cervezas y militante de Comisiones Obreras, que fue recogido por vanos compañeros y conducido a la residencia sanitaria de la Seguridad Social, donde ingresó cadáver.

La noticia de la muerte de Manuel José se esparció rápidamente por toda la ciudad. La comisión organizadora celebró una reunión de urgencia, mientras que los parlamentarios se dirigieron al Gobierno Civil. A primeras horas de la tarde se hizo pública una nota oficial del Gobierno Civil, cuya veracidad es puesta en duda por los diversos partidos y organizaciones, sindicales.

La nota del Gobierno Civil afirmaba: «Numerosos grupos de manifestantes, sobre todo al final de la manifestación, se fueron concentrando ante dicho edificio oficial, comenzando a lanzar contra su fachada objetos diversos, para terminar apedreándola con gran intensidad y produciéndose rotura de cristales y lunas. En tal momento se dio orden de despejar el gran número de concentrados ante dicho edificio, lo que se efectuó seguidamente por las fuerzas de orden público. En el punto indicado se produjo la colisión de los manifestantes con las fuerzas de la Policía Armada, que fueron atacadas con piedras, de las que quedó literalmente sembrada la calzada. Un pelotón de las fuerzas de orden público fue acorralado, y agotados sus elementos antidisturbios se vio precisado a hacer uso de sus armas cortas. Para intervenir en las investigaciones que se llevan a cabo para esclarecer los incidentes, llegó ayer a Málaga el subdirector general de Seguridad, José Sáinz.»


Nada se aclaró de aquella muerte. Sólo que un andaluz perdió la vida, víctima de un crimen de estado. De un estado que trató de silenciar su voz, la de tantos andaluces, la de Andalucía entera...