Amar no puede ser delito...
Quizás la intolerancia y la hipocresía deberían de serlo...
Hemeroteca: El derecho a ser felices
Música recomendada: Somewhere Over The Rainbow - Israel Kamakawiwo'ole
Fotografía: Love is in the air
Autor: Landahlauts
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sábado, julio 4
El delito de amar
«El Tribunal Superior de Nueva Delhi dictaminó ayer el fin de la penalización de las relaciones sexuales entre adultos del mismo sexo en una sentencia histórica para la India democrática y de progreso. Este polémico artículo 377 es una antigua ley colonial británica que tipificaba como delito la homosexualidad –en concreto, «los actos sexuales contra natura»– desde hacía 148 años...»
jueves, febrero 19
Nosotros, los marginados
"Una estación de trenes británica ha instalado unas señales pidiendo a los pasajeros que no se besen con sus parejas en determinadas áreas durante las despedidas.
El aviso informa a los viajeros de que pueden dar rienda suelta a sus desahogos amorosos en el área de estacionamiento de la estación.
Las señales 'anti-besos' han sido colocadas en los muelles donde baja la gente en la estación Warrington Bank Quay, en la ciudad de Warrington, entre Liverpool y Manchester, en el noroeste de Inglaterra."
Vía: Yahoo! Noticias
Cuando leí esta noticia, tuve varias sensaciones muy distintas. La primera reacción fue de tristeza. Imaginé lo fría e impersonal que debe de ser una estación de tren sin besos de despedida, ni lágrimas de adiós...
Seguidamente, y dejándome llevar por mi calenturienta imaginación, pensé en las consecuencias de: "... el aviso informa a los viajeros de que pueden dar rienda suelta a sus desahogos amorosos en el área de estacionamiento de la estación..." Y así, imaginé, unos aparcamientos dignos de Sodoma y Gomorra, repletos de "desahogos amorosos" y sólo aptos para mayores de dieciocho años.
Por último, hubo un detalle que me provocó un tremendo enfado. Una circunstancia que me hizo sentir una profunda y sincera indignación: como heterosexual, me consideré tratado de modo injusto y marginado por la prohibición.
Me explico: a poco que uno se fije el cartelito de marras, el de "no-kissing zone", notará que la prohibición de besar en la estación de Warrington Bank Quay es, sola y exclusivamente, para parejas heterosexuales. El cartel no prohíbe besarse a las parejas del mismo sexo.
¿Qué pasa con nosotros, los heterosexuales? ¿No tenemos nuestro corazoncito? ¿No necesitamos tener muestras de afecto con nuestra pareja? ¿Por qué esa injusta desigualdad de trato entre parejas heterosexuales y homosexuales? ¿Por qué se nos pretende marginar?
¡¡Vamos, hombre... por favor!!!!
Aviso: El aparcamiento es "zona hetero", que conste.
Foto 1: Yahoo! Noticias
Foto 2: Despedidas - Landahlauts
sábado, julio 1
El derecho a ser felices
En este blog, salvo en contadas ocasiones, sólo ondea una bandera: la blanca y verde, la Arbonaida. Hay circunstancias excepcionales en que, junto a la blanquiverde, puede ondear otra bandera. Hoy es uno de esos días. Este blog se une a la fiesta por la celebración del Día del Orgullo Gay enarbolando, a modo de homenaje a toda esta comunidad, su bandera: la bandera del arco iris.
Si hace años me hubieran preguntado "¿te importaría que alguno de tus hijos fuera homosexual?, hubiera contestado, sin dudarlo, que sí. Te habría dicho que quería una familia "normal" para mis hijos. En el tema de la adopción de hijos por parejas homosexuales lo hubiera tenido aún más claro: no a las adopciones, tajantemente. Los años me han enseñado a descubrir, entre el blanco y el negro, la gama de los grises... y que las familias normales lo son cuando la sociedad las considera, cuando cada uno las considera, como tales.
No seré yo el venga a decirle a una pareja que se quiere, que vive junta, que paga sus impuestos y que está integrada dentro del resto de la sociedad... no seré yo decía, el que venga a decir que no los considero una familia por ser del mismo sexo. Hoy, que ya soy padre, si me preguntas "¿Te importaría que tu hija o tu hijo fueran gays?, te responderé que lo único que quiero para ellos es que sean buenas personas y que sean felices. Que no es poco. Si me preguntas por la adopción de hijos responderé, sabiendo ya lo difícil que es criar un hijo, que no me considero mejor padre que pueda ser cualquier persona homosexual. No creo que mi heterosexualidad me capacite más para la paternidad que la homosexualidad de otra persona. Seamos respetuosos y aprendamos otro derecho fundamental del ser humano: El derecho a ser felices.
Landahlauts felicita a todo/as, homosexuales y heterosexuales, que celebran este día
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