Un suceso que sin duda, en su momento, fue una tragedia. Sólo el tiempo permite verlo de un modo más distante, tanto que a más de uno se le escapará una sonrisa (negra) porque... no me negarán ustedes que la cosa tiene su miga:
Un muerto y un herido grave provocados por un suceso absurdo. Probablemente nunca sabremos si aquel agricultor tenía un macabro sentido del humor, o simplemente, pretendía echar una siesta de un modo seco, calentito y confortable (sin prever los "efectos colaterales").
La noticia apareció en el Diario Patria, de Granada, en el año 1941.