América del Sur parece que nunca levantará cabeza. Ahora que hay un grupo de países del tercer mundo cuyas economías resultan ser de las más pujantes del mundo, incluso en nuevas tecnologías (India), ninguno de ellos es iberoamericano. Para colmo, esta especie de maldición sudamericana es contagiosa, parece ser que entre ellos hay una interconexión invisible que transmite sus males. Fijémonos, por ejemplo en sus gobernantes: tuvieron una época de dictadores sanguinarios, épocas de listillos corruptos. Ahora, regresa una época de caudillos iluminados. De un tiempo a esta parte están apareciendo, respaldados por el voto de sus conciudadanos, una serie de individuos mesiánicos, de discursos grandilocuentes y populistas. Arrastran de sus conciudadanos, entre otras cosas por su situación paupérrima y desesperada, propicia para buscar cualquier remedio. Algo parecido a cuando un enfermo terminal, desahuciado de la medicina convencional, acude a un curandero charlatán para que le aplique un supuesto ungüento milagroso, al precio que sea.
Así, en tiempos en los que, nos guste o no, la economía esta globalizada, en que todo está interrelacionado y conectado, ellos pretenden recuperar la sociedad autarquica y autosuficiente. Hinchan el pecho y se muestran gallitos ante un supuesto enemigo exterior que es el causante de todas sus penurias. Lástima, tendrían que empezar por buscar la causa de sus miserias dentro, en vez de fuera. No sé si aparecerá en "Il Principe" de Niccolò Machiavelli, pero es algo digno de figurar allí: la táctica de muchos dirigentes de buscar un enemigo exterior da mucho resultado cuando no quieres que tu pueblo vea las miserias y tropelías que cometes, además de exacerbar el sentimiento patrio.
Deberían recordar que el dinero es cobarde: difícilmente podrá volver la inversión extranjera a Bolivia o Venezuela aún después de que estos dos caudillos mesianicos se hayan marchado. Una vez más, el pueblo será el que acabe pagándolo todo. Para las compañías transnacionales sólo serán unos número rojos ínfimos en una parte del balance de un ejercicio con resultado positivo.