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miércoles, junio 6

Una imagen triste

En el barrio hay un punto de venta y distribución de droga. Nadie ha tomado medidas, parece que todos lo aceptan como algo normal, inevitable. Todos excepto los vecinos, que están un poco molestos con los coches de aquellos que vienen "a comprar": aparcan en doble fila, sobre la acera, ocupan un vado cercano... 

Y a "los que vienen a comprar" los puedes ver desorientados, nerviosos por la falta de su dosis, casi amontonados, mirando a todos lados, esperando que llegue su turno... es una imagen muy triste. 

 Tan triste que he decidido que no ilustrará esta entrada aunque, si vosotros queréis verla (libre y conscientemente), la podéis ver pulsando sobre este enlace.

martes, mayo 16

Se admiten fumadores


He sido fumador hasta no hace muchos meses. No llevo la cuenta, pienso que hacerlo es síntoma de haber tenido una gran pérdida. Yo tuve una liberación, no por la dependencia, que no era mucha, más bien por lo absurdo que me sentía fumando. Aclaro esto pensando en que será lo primero que se plantee el lector de este comentario: "Este es un renegado del tabaco y se ha vuelto un intransigente con los fumadores". De todos modos, he de aclarar que siempre he procurado no tragarme otro humo que no fuera el mío y no hacer tragar a nadie mi humo. Conservo en esto la misma actitud que tenía de fumador.
Por ello, pienso que la Ley Anti-tabaco que entró en vigor en Enero de 2006 ha sido totalmente cobarde, un "quiero y no puedo". Algo con pinta de progresista y adelantado a su tiempo, pero totalmente insuficiente y de cara a la galería. Esperaba poder entrar en una cafetería y tomarme mi café sin tener que tragarme el humo de una minoría maleducada, empeñada en echarnos encima el humo de sus cigarrillos. Pero no, la ley deja en manos del propietario la decisión de permitir o no el consumo de tabaco en los locales de hostelería. La mayoría han optado por permitirlo.
Hablé de el con el dueño de una cafetería que conozco. Me dijo que sondeó entre sus clientes fumadores una posible prohibición de fumar en su cafetería y todos los fumadores le dijeron que buscarían otra cafetería donde no se les prohibiera fumar (tristemente, muchos eran médicos de un hospital cercano). A los que no fuman, supongo que no les preguntó, de todos modos llevan años tragando humos ajenos... su opinión no es relevante.
El caso es que, practicamente en todas las cafeterías y bares de mi ciudad, "se admiten fumadores". Y para colmo escuchas a los fumadores quejándose de que la ley coarta su libertad, que los margina...
Su libertad a cambio de mi salud. Curioso sentido de la libertad.