Ayer leí este artículo de opinión de Jaime Peñafiel en el diario digital Estrella Digital: "Al tiempo le pido tiempo que el tiempo, tiempo me da, y ese mismo tiempo me ha demostrado... que Iñaki Urdangarín mintió al negar, en el año 2004, la compra de un palacete en la residencial y exclusiva zona de Pedralbes, donde todavía vive. Con una “pequeña” diferencia en metros: 300, actualmente, frente a 2.150 entre vivienda (ésta de 1.200 metros) y jardín.
Nunca entendí por qué negó la compra de tal inmueble, que los duques de Palma estrenarán antes del verano. Posiblemente pensaba que los 6 millones de euros que pagó eran muchos millones para quien, cuando se casa con la segunda hija del Rey Juan Carlos, sólo tenía unos ingresos de 60.000 euros anuales, importe de su ficha como jugador de balonmano del F.C. Barcelona. Más los 1.700 euros mensuales que la infanta Cristina recibía por su trabajo en La Caixa.
El presupuesto de obras fue tasado, en principio, en 600.000 euros. La cifra final ha superado, con mucho, el millón, ya que la reforma ha sido casi total.
El palacete original, del que no queda casi nada, se ha transformado en una construcción moderna y blanca, con enormes cristaleras, fácilmente visible desde el exterior, ya que los gigantescos árboles que la tapaban han sido talados. Una casa nada que ver con el vulgar chalet rural castellano, de 1.800 metros útiles, diseñado por el arquitecto del Patrimonio, Manuel del Río (¿ya no está?), que los españoles regalamos, con dinero de los Presupuestos Generales del Estado, al Príncipe Felipe y que éste comenzó a habitar en junio del 2002. Actualmente es la residencia oficial de la pareja.
Si la construcción de este pabellón no es para figurar en ninguna revista de arquitectura, la decoración... para qué les cuento.
Como si a todos les hubiera tocado la lotería o heredado a una tía rica, también la infanta Elena estrena casa en Madrid, una casa en propiedad y no el piso alquilado en el que residían desde que contrajeron matrimonio, piso propiedad de Jaime Fierro, el famoso decorador.
Al igual que la residencia de Felipe y Letizia, la de Elena y Jaime tampoco es comparable con la nueva de la infanta Cristina, una pasada de casoplón que sólo un multimillonario, como Iñaki Urdangarín, puede construirse.
No hay duda que el duque de Palma es un hombre no sólo consorte de la infanta sino un hombre con-suerte... en los negocios.
Lo que siempre digo, no hay nada como el honor de casarse con una infanta... "
Comentario:
No todos tenemos una hipoteca a 30 años para pagar pisuchos de escasos cien metros cuadrados. Ni la espada de Damócles de un trabajo precario con un sueldo mísero que hay que alargar milagrosamente hasta final de mes. Hay quien, desde que nace, sabe que todo lo que pida le será dado y que nunca tendrá que preparar oposiciones, ni buscar trabajo. Para eso están los Presupuestos Generales del Estado. Lo de esta familia debe de ser, imagino, como la carta a los reyes magos de un niño de familia con posibles: todo lo que desea, lo pide y aparece debajo del abeto.
Otra cosa, respecto a Jaime Peñafiel: Este señor, me parece recordar, que era de la camada de periodistas aduladores que rodea a la casa real. ¿Qué le ha pasado? ¿Es que no le mandó la casa real una felicitación en la navidad pasada?