Mañana, 19 de Agosto de 2006, se cumplen 70 años del asesinato de Federico García Lorca.
Al amanecer de aquel día, como a tantos andaluces por aquellos tiempos, lo subieron a un camión, para "darle el paseillo", junto a Dióscoro Galindo González, Juan Arcoyas Cabezas y Francisco Galadí Melgar.
Federico había sido detenido por Ramón Ruiz Alonso (1), un tipógrafo lleno de odio, ex-diputado de la CEDA. Este Ruiz Alonso (al que Primo de Rivera llamaba cariñosamente "El Obrero Amaestrado") ejercía de matón de la ultraderecha en Granada. Había trabajado como linotipista en el periódico “Ideal” de Granada de la empresa Editorial Católica (EDICA). Se afilió a Falange, y luego al partido conservador católico Acción Católica. Él fue el instigador y la persona que redactó la denuncia contra Federico, en la que detallaba como "cargos" la homosexualidad del poeta y la amistad con Fernando de los Ríos.
Lorca encontró refugio en casa del poeta Luis Rosales: aquella buhardilla de la calle Angulo le sirvió de refugio en sus últimos días. La familia Rosales estaba muy bien relacionada con la ultraderecha: los hermanos de Luis eran destacados militantes falangistas. Se cree que alguien de aquella casa informó sobre su paradero, probablemente Gerardo Rosales ("el Albino"), un primo de Luis. Lorca fue detenido por Ruiz Alonso. El poeta le preguntó cuando abandonaban la Calle Angulo "¿Cree usted que me pasará algo?".La familia Rosales hizo gestiones para liberarlo y obtuvo la promesa (por parte de los golpistas en Granada) de que Lorca sería puesto en libertad "si no existía denuncia en su contra".
Fue recluido en lo que entonces era el Gobierno Civil y hoy es Facultad de Derecho. En su habitación no había más mobiliario que una silla y una mesa; y sobre ella una pluma, un tintero y hojas de papel... para que Lorca delatara a sus "cómplices". A través de la ventana Federico podía ver el Jardín Botánico, uno de los jardines más tristes y apagados de Granada.
La orden de ejecución fue dada por el autoproclamado gobernador civil de Granada, José Valdés Guzmán (2). Valdés, y su brazo armado José María Nestares Cuéllar, contaron en todo momento con el visto bueno del general golpista Queipo de Llano (el gobernador militar de Andalucía) a quien se consultó sobre qué hacer con Lorca. La respuesta del General Queipo de Llano fue: "que le den café, mucho café".
Fue trasladado a Víznar, el feudo del trístemente famoso José María Nestares Cuéllar (el Capitán Nestares). Primero al Palacio del Arzobispo Moscoso (sede de la "Bandera Nestares") y de allí a Las Colonias (una prisión improvisada, un corredor de la muerte a las afueras del pueblo).
Y, una fresca mañana de verano, a Lorca le entregaron un pico y una pala (con la que cavaría su tumba) y lo subieron a un camión. Fue fusilado en el Barranco de Víznar, en un lugar donde se cree que puede haber unas cuatro mil personas que corrieron la misma suerte (*). Cerca, muy cerca, transcurre la Fuente de Aynadamar (la Fuente de las Lágrimas).En su Certificado de Defunción figura, como causa de la muerte, que había "fallecido a consecuencia de heridas producidas por hecho de guerra".
Cuentan las crónicas que días después, un tal José Luis Trescastros, narraba bravucón por las tabernas de Granada como él mismo había metido a Lorca "dos tiros en el culo por maricón y rojo”. Como prueba de su hazaña, mostraba un paquete de Lucky Strike que había robado de los bolsillos del cadáver de Lorca. Este "machote" era, curiosamente, marido de una prima de Federico.
Mataron a un poeta, a un andaluz de bien, pero jamás callarán su voz. Ni morirá su recuerdo.
Nota: La foto corresponde al Parque que, en recuerdo de Federico, hay muy cerca de donde fue asesinado Federico, en Viznar.
(2) José Valdés Guzmán (el gobernador civil faccioso) tiene, en compensación por aquella y otras hazañas parecidas una calle en su ciudad natal, Churriana de la Vega.