Tanto almibar, tanta felicidad, tanta dulzura y tanto peloteo me empachan:
«La Princesa de Asturias sí ha cambiado en estos cinco años. Ahora ya tiene tan interiorizada su condición que cumple con sus responsabilidades de forma impecable. Pero Doña Letizia, la persona, sigue siendo la misma. Más madura, más serena, algo más contenida, pero la misma. Al Heredero de la Corona, sin embargo, le ha ocurrido al revés: el Príncipe es el de siempre, pero Don Felipe ha cambiado. No sólo ha dado a conocer aspectos de su personalidad, como su sentido del humor, que antes únicamente conocían los muy próximos, sino que ahora es más abierto, más cercano y más afectuoso. Desde que hace cinco años y medio entró en su vida la normalidad y la frescura de la Princesa, al Heredero de la Corona se le ve feliz.
Como Príncipe sigue siendo el de siempre: un hombre con gran capacidad de trabajo, alto sentido del deber y entregado al servicio de los españoles. Un hombre transparente, sereno, reflexivo y prudente, alejado de cualquier dogmatismo o radicalidad. De su boca será difícil escuchar un juicio precipitado y sus decisiones son fruto de una profunda meditación...»
Música recomendada: O.S.T. An Officer and a Gentleman (Up where we belong)
Nota interna, muy importante: ¡¡tengo que dejar de leer la edición digital del ABC!!