¿Cuál es el motivo que nos obliga a ser tan dependientes del petróleo?. Sobre todo en unos tiempos en que, como estos, el petróleo y sus derivados suben de modo imparable.
Los expertos relacionan estas continuas subidas, además de con la inestabilidad política que sufren muchos de los países productores, con la irrupción de las economías emergentes (India y China, principalmente) que han desequilibrado enormemente el mercado mundial. Este desequilibrio entre oferta y la demanda no ha afectado sólo a los precios de los combustibles, ocurre igual con muchas materias primas.
En realidad, no sabremos nunca que hay de cierto en esto, si esos son los motivos o si todo se debe a meros movimientos especulativos de las grandes compañías. Al consumidor, en realidad, le da igual el motivo: lo único que sabe, a ciencia cierta, es que el precio del combustible sube sin retorno.
Pero, ¿cuál es el motivo que obliga a Europa a ser tan dependiente del petróleo?, ¿qué ocultos intereses nos obligan a ello?, ¿tan difícil es cambiar esta situación?.
En países como Brasil, por ejemplo, el año pasado se vendieron más automóviles adaptados para funcionar con alcohol que vehículos convencionales de gasolina. Este programa de fomento de vehículos impulsados por etanol se comenzó en Brasil en los años ochenta. Consigue eliminar la dependencia energética del exterior y fomenta el cultivo de caña de azúcar, creando empleo en el sector primario brasileño. Hay un beneficio, incluso, para el medio ambiente ya que el etanol produce menos sustancias nocivas en su combustión de las que libera la gasolina es, digamos, más ecológico.
En Europa podríamos, además de esos objetivos conseguidos en Brasil, fomentar un cultivo que elevaría el nivel de vida de muchos agricultores y les evitaría tener que depender del subsidio comunitario, consiguiendo así un ahorro notable en las arcas europeas. Lógicamente en Europa el cultivo no sería caña de azúcar, que solo es viable en algunas zonas del sur de Andalucía, sería más bien el de remolacha y algunos cereales.
Parece ser que el proceso no está todavía en Europa muy optimizado, por lo que el producto sale un poco más caro que la gasolina. De todos modos, si la cosa sigue así, seguro que logran abaratar la producción. Eso, unido a la ascensión del petróleo, lo situará sin duda en una precio competitivo.
Landahlauts harto del precio de la gasolina.