Hace pocas semanas pretendí demostrar que este es un país de gente bondadosa, ¿
lo recordáis?
Hoy afirmo, con rotundidad, que además somos gente culta y educada. Para demostrarlo traigo tres fotografías. Dos de ellas han aparecido anteriormente en La Arbonaida, la otra es una 'primicia' tomada ayer por la tarde en la cochera de un centro comercial.
Aquí va la primera:
En esta fotografía vemos una amenaza, eso está claro. Y va dirigida a un animal inocente, un perro. Pero podemos apreciar varias cosas más: una construcción impecable de la frase (escueta y directa) y, también, una ortografía excelente. Quizás alguno/a podría criticar el uso de un neologismo proveniente de un anglicismo (
Tunear de "tunning").
Y, además ¿qué podemos apreciar?: el uso del 'usted'. Se amenaza, es indudable, pero desde el respeto y la educación que da el uso de esta forma de tratamiento llena de cortesía. Muy lejano del extendido tuteo gratuito que soportamos hoy en día y que, personalmente, me parece más propio de una jerga entre "camaradas falangistas".
Veamos una segunda fotografía:
Un difunto que, harto de que le sustraigan las flores, ha redactado y colocado sobre su lápida este cartel donde, lejos de mostrar ira o enfando, muestra una corrección exquisita. Lo mismo podemos decir de la redacción y de la ortografía. Particularmente pondría la pega del tuteo...
La última foto. Tomada, como dije anteriormente, en el aparcamiento subterráneo de un centro comercial. Un usuario había decidido aparcar pero "dejando correr el aire" alredededor de su automóvil. Para ello, ha aparcado ocupando dos plazas de aparcamiento.
«Cuando aparques debes hacerlo pensando en no molestar a los demás. Evitarás así que las llaves de los coches de los demás te tuneen las puertas»
Nos damos cuenta de que la palabra "tunear" se va asentando en nuestro lenguaje corriente. Observamos alguna deficiencia en la redacción, una repetición ("de los demás"), incluso alguna falta de concordancia entre un artículo en singular y el nombre en plural ("la puertas")... y de nuevo el tuteo. Pero, a grandes rasgos, el cartel rebosa de buenos modos y de educación, a pesar de una sutil amenaza hacia la integridad de las puertas.
Queda demostrado pues: los andaluces y las andaluzas somos cultos y educados.