
De la Semana Santa en Andalucía caben numerosas visiones, porque numerosas son las formas que tenemos los andaluces de vivirla: desde la más estricta ortodoxia cristiana, hasta la meramente cultural.
Mi visión particular estaría más cerca de esta última, la meramente cultural. Para mi la Semana Santa son rincones de mi tierra llenos de magia, de sentimiento, olores, sensaciones... incluso sabores. Es también una semana de ciudades en las que resulta imposible moverse, de autobuses que no cumplen el horario, de ancianas insolentes que no te dejan cruzar la calle, de miles de personas pululando por todos lados... Cuando digo "imposible moverse" me refiero a que es materialmente imposible atravesar la ciudad no sólo con un vehículo particular, sino también andando.
Puede que con esto haya desbaratado el tópico de que todos los andaluces somos miembros de una hermandad y, además, unos beatos remilgados. No es así. En general, ni siquiera muchos de los que son miembros de una hermandad son beatos remilgados (bueno, lo dejaré en algunos).
La religiosidad en mi tierra es... particular... diferente.
En Andalucía, donde una de nuestras primeras industrias es el turismo, la Semana Santa supone un fuerte reclamo para los visitantes. Para que os hagáis una idea aproximada sobre lo que estoy hablando, os daré unos datos referidos exclusivamente a la ciudad de Sevilla, son del año pasado (1):
- La capital de Andalucía ingresó en 2007 más de 20 millones de euros cada día: en total, entre 162 y 164 millones de euros.
- Las personas que asistieron a las procesiones fueron casi un millón de personas.
- Los visitantes pernoctaron en los hoteles de la ciudad y del área metropolitana una media de cuatro noches. Su gasto medio por persona y día fue de 70 euros.
- Se generó, además, un volumen estimado de negocio de más de 5 millones de euros. Este movimiento se refiere a la industria artesanal relacionada con la Semana Santa: imagineros, tallistas, bordadores, orfebres, floristerías...
Estaría, en el capítulo de gastos, los que tuvo el Ayuntamiento de Sevilla en partidas como limpieza, transportes, personal extra.... y que podría rondar los cinco millones de euros.
Hoy os he dado una visión de la Semana Santa distinta: puramente económica. En cualquier caso, como dije al principio, son muchas las visiones que de estas fiestas se pueden hacer en Andalucía.
En cualquier caso os aconsejo que vengáis, la viváis y saquéis vuestras propias conclusiones.
Seréis bienvenidos.