Las comparaciones son odiosas, está claro. Pero, ¡puñetas!, a veces son inevitables. Comparemos a dos países cercanos, en algo tan concreto como el vino: Italia y España.
En Italia es hoy por hoy, el mayor productor de vino del mundo (superando a Francia) y tiene caldos de muy buena calidad (los de Barbaresco, Brunello di Montalcino o Barolo, por ejemplo). Y son comercializados en el mercado exterior bastante bien. Además de ello, los italianos han sido capaces de producir, comercializar y hacer popular en todo el mundo un vino como el Lambrusco. Hay Lambruscos de buena calidad, no diré que no, pero son pocos e imposibles y difíciles de encontrar. En cambio, en cualquier supermercado de barrio de nuestras ciudades podemos encontrar marcas diversas de lambruscos tintos, dulces, rosados... Todos ellos infumables, inferiores en sabor y calidad que muchos vinos con gaseosa de esos que sirven en los chiringuitos de la costa, durante el verano. El Lambrusco, queridos y queridas, es el vino con casera de los esnobs y de los "quieroynopuedo". Alguien tenía que decirlo... y he sido yo.
En el Estado español se concentra la extensión más grande de viñedos (el 15% del total mundial) pero, a pesar de ello, es el tercer productor mundial (por debajo de Italia y Francia). En la península hay sembradas más 600 variedades nativas de vides y cuenta con zonas vinícolas conocidas internacionalmente: el Marco de Jerez, Ribera del Duero, Rioja, Rías Baixas, Penedés...
A pesar de todo ello... ¿cuál creéis que es el vino español más consumido en el mundo?
El práctico, económico y funcional tetrabrick de Don Simón, en sus tres variedades: Tinto, Blanco y Rosado. Y su precio inmejorable: noventa céntimos el litro.
Don Simón se ha vuelto tan popular (dentro y fuera del Estado) que está en camino de batir el récord de SAVIN: aquel legendario vino que tantos hígados destrozó entre los borrachines de economía modesta.
Aclaración: reconozco que en esta entrada hay más de animadversión al infumable Lambrusco que de patrioterismo hacia el vino español. Y es que, debo aclarar que, a niveles enológicos, soy más de Burdeos que de Ribera del Duero...
Autor: Landahlauts