¡¡¡Sí, ha aparecido!!!
Resulta que lo había metido debajo de un cojín del sofá y coló por dentro de la funda...
Ahora hay dos, aunque, nunca está de más: conociéndome, seguro que tardo poco en volver a extraviar alguno.
(La historia se remonta al 22 de Enero de 2009. Si Si no sabes de qué va esto, y te quieres enterar, deberás pulsar antes aquí)
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martes, marzo 10
lunes, enero 26
Una mente dispersa
Desesperado estoy desde el jueves pasado. Ese día reponían el Capítulo 13 de la tercera temporada de House, en Fox. Comencé a disfrutar de las peripecias del buen doctor, como siempre, sin problema alguno. Unos instantes antes de que acabara el capítulo, quise saber si habría sesión doble de House y, comencé a buscar el mando a distancia. Nada. No lo encontré.
Desde aquel momento, y hasta hoy, ando como loco tratando de recordar dónde pude dejarlo y mirando en todos los lugares habituales donde lo suelo olvidar: en el balcón, a los -18 °C del congelador, metido en el lavavajillas, en el cuarto de baño, en el cubo de la basura... nada.
Y claro, como no puedo culpar a nadie de su pérdida, porque fui yo el que lo perdió... tengo que desahogar mi impotencia de alguna manera e intentar despistar:
¿Por qué no se inventa un único mando que sirva para todo (televisión, equipo de música, TDT, decodificador, DVD, VHS...)? ¿Qué interés oculto hay para que esto no se haga? ¿Presionan los fabricantes de pilas, principales beneficiario de esta situación, para evitar la fabricación de un único mando en nuestros hogares? ¿Para cuando un estudio serio, por parte del Servicio Andaluz de Salud, que evalúe las consecuencias sobre la salud mental de los andaluces referidas a la existencia de tantos mandos a distancia en nuestros hogares? ¿Cuántos partidos más tendrá que perder el Betis hasta que destituyan a su entrenador? ¿Podemos los tifosi de la Ferrari presionar de algún modo para evitar el fichaje de Fernando Alonso en la Scuderia Ferrari? ¿Se acabará jubilando D. Manuel Chaves como Presidente de la Junta de Andalucía? ¿Convocará un referendo para intentar hacer vitalicio su cargo?... Y por último ¿dónde c*** está el mando del Digital +?
Sí, demasiadas preguntas para un lunes. Lo siento, pero no he podido evitarlo. Si podéis ayudarme a resolver alguna... en especial las referidas al mando... Gracias, en cualquier caso.
Fotografía: Hormigas
Autor: Landahlauts
martes, junio 27
¿Adónde van las maletas perdidas?
De las maletas que circulan por los aeropuertos del mundo, aproximadamente dos millones de maletas diarias, no todas llegan a su destino. No hay una estadística oficial, pero se calcula que una de cada diez mil nunca llegará a su propietario. De estas maletas perdidas, sólo un 20 % serán denunciadas, la mayoría de las veces por la premura del viajero para enlazar con otro vuelo.
Cuando Iberia era pública prestaba el servicio de recuperar maletas perdidas, disponía en el aeropuerto de Barajas de una enorme nave donde se depositaban maletas de cualquier procedencia y, en algunos casos, con 20 años de antigüedad.
Posteriormente, AENA se encargó del servicio, y en una de las últimas "limpiezas" de sus instalaciones llegaron a encontrar piernas ortopédicas, jamones putrefactos, dentaduras postizas, sillas rotas, maletas rotas...
Es en esos almacenes donde distintos operarios proceden a la apertura de los equipajes extraviados con el fin de encontrar algún dato identificativo de su propietario.
En caso negativo, y transcurridos tres meses, la compañía, según establece el artículo 100 de la Ley de Navegación Aérea, tiene la obligación de proceder a pública subasta de su contenido con la obligación de la inserción de distintos anuncios en los principales periódicos de tirada nacional para dar a conocer la fecha y hora de la convocatoria. Algunas compañías, sin embargo, optan -sin reconocerlo-, por otro sistema: pasados seis meses, y si su propietario no ha aparecido, las maletas son donadas a ONGs.
Pero no todos son extravíos o pérdidas involuntarias, cuando AENA era la responsable de los objetos perdidos éstos se almacenaban en una sala habilitada al efecto. Cuando el viajero se percataba de que su bolsa de viaje, su equipaje, su cámara de vídeo o cualquier otro efecto personal habían volado presentaba la reclamación en la oficina correspondiente. Pero, la mayoría de los afectados, «con tal de no perder el avión daba sus pertenencias por perdidas», comentan empleados de AENA. Lo que en realidad había sucedido era que algunos empleados de seguridad del aeropuerto -los menos, eso sí-, haciéndose valer de su uniforme, cogían el equipaje. Si el viajero lo advertía ellos se amparaban en su condición de guardas para justificar su actitud. Si no era así, se llevaban el objeto en cuestión y esperaban la finalización de su turno de trabajo para depositarlo en la oficina de objetos perdidos, donde se le hacía entrega de un resguardo. Como la ley establece que, si pasado un periodo de tres meses, el titular del objeto perdido no aparece pasa a propiedad del que lo encontró los empleados de seguridad pasaban a cobrar su pieza.
Landahlauts se pregunta si habrá un limbo de maletas perdidas.
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