Cada 2 de Enero, el Ayuntamiento de Granada conmemora la derrota del Reino de Granada y su incorporación a la Corona de Castilla, es lo que se conoce como la "Fiesta de la Toma". El 2 de Enero del año 1492 el rey Mu
ḥammad XI
Abu 'Abd Allāh Muhammad (llamado Boabdil) entregó las llaves de la ciudad y de la fortaleza-palacio de la Alhambra a los reyes
Fernando II de Aragón e
Isabel I de Castilla. Se ponía fin así a la Guerra de Granada, iniciada en 1.482.
Los actos de celebración del "Día de la Toma" consisten, simplificando, en una misa oficiada por el Arzobispo en la Catedral de Granada, una tremolación ritual del Pendón de Castilla en la Capilla Real (donde se encuentran los restos de los Reyes Católicos) y una tremolación posterior del Pendón en el balcón de la Casa Consistorial (todo ello acicalado con una parada militar, interpretaciones varias de himnos, numerosos "vivas" y demás zarandajas). Forman parte activa de esos actos una comitiva oficial compuesta por el alcalde, los concejales, las autoridades civiles y religiosas, así como representantes del Ejército Español y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Hay para quien la "Fiesta de la Toma" celebra el fin de la "Reconquista" cristiana de las garras del "infiel mahometano". Hay quien ve en el 2 de enero "una efeméride gloriosa para el pueblo español" y opina que modificarla un ápice supondría claudicar ante los enemigos de España y del Cristianismo. Otros aseguran que esas celebraciones forman parte de una tradición que no debe de perderse porque forman, parte en sí mismas y en lo que representan, de nuestra historia. Hay quien acude a la conmemoración de la Toma.... porque no tiene nada mejor que hacer y le parece una forma divertida de pasar la mañana de un día festivo.
Por otro lado, hay quienes creemos que un Ayuntamiento democrático y las instituciones de un Estado perteneciente a la Europa del Siglo XXI no deberían de erigirse en herederos y continuadores de una celebración anacrónica, por excluyente y sectaria. Hay quienes creemos que no merecen homenaje esos reyes castellanos que incumplieron las capitulaciones firmadas con el rey Boabdil y, por ende, con el pueblo de Granada. Que merecen un respeto todos aquellos andaluces que, a raíz de aquella conquista (que no reconquista), fueron deportados, extorsionados, obligados a la conversión, torturados, quemados, empalados...
Años atrás, la "Fiesta de la Toma" llegó a ser un acto minoritario que se celebraba los días 1 y 2 de Enero. De hecho, hace una decena de años, los fastos se redujeron a un sólo día. Y es que la asistencia menguaba peligrosamentea: un par de centenares de granadinos, una decena de "guiris despistaos" y nuestros políticos, que aprovechaban el día para declarar inaugurada la nueva temporada de ingesta de canapés a costa del erario público. Ahora se ha transformado en una romería de la ultraderecha españolista más cavernaria. Aquí, en Granada, tiene lugar todos los años un cónclave que congrega lo más selecto del fascismo español, de todos sus rincones, año tras año. Este año, sin ir más lejos, la "invitada de honor" ha sido la madre del Josué Estébanez, el asesino de Carlos Palomino.
Este que escribe no había asistido jamás a dicho acto (quizás en mi infancia, pero no estoy seguro). El caso es que este año (por motivos que serían largos de explicar) , me vi obligado a asistir. Las fotos que ilustran esta entrada son algunas de las imágenes que vi desde el lugar en que me encontraba.
Y yo me pregunto, y preguntaría a los que nos gobiernan, a esos representantes de instituciones democráticas en un estado europeo, a esos componentes de un ejército que se muestra como moderno e integrado en "tareas de paz" a nivel internacional: ¿es esta la imagen de tolerancia y respeto a los demás que quieren mostrar de Granada?, ¿de España?, ¿es esta la imagen que quieren difundir de las instituciones que dirigen? ¿de sus estamentos? ¿de su Ejército? ¿por qué permiten que se exhiban símbolos xenófobos, fascistas y anti-constitucionales en el transcurso de un "acto oficial"? ¿por qué gozan de impunidad aquellos que los exhiben?
En realidad, lo que más me molesta no es el turismo cavernario que invade Granada cada 2 de Enero, ni sus gritos, ni sus banderas añejas con olor a naftalina. Me molesta la hipocresía de nuestro políticos, esos que reinterpretan la parafernalia de celebración de una victoria militar. Esos que, año tras año, organizan ese desfile de la Victoria (2010 es el 518º Año Triunfal). Y, además, nos quieren disfrazar este acto de tradición, de historia y de modernidad. Es, sencillamente, incomprensible.