
Ya comenté, en alguna ocasión anterior, los problemas que tenía el constructor aeronáutico europeo Airbus (E.A.D.S.) con el super jumbo Airbus A380: dificultades, no sólo en su desarrollo, también para servir los pedidos que se le había realizado. Aquello provocó una serie de reacciones inmediatas: se hundieron las acciones, los trabajadores temían por sus empleos, los clientes cancelaban pedidos (cancelaciones que, por contrato, había que indemnizar)...
Todo esto ha tenido, lógicamente, su reflejo en la cuenta de resultados. Así el consorcio ha advertido de un más que seguro resultado de explotación negativo para el pasado ejercicio 2006. La compañía ha precisado que gastos no recurrentes ligados a indemnizaciones a ciertos clientes, depreciaciones de activos o impactos financieros del plan de ajuste "Power 8", que se preveían para el 2007 y más allá, podrían haberse adelantado al 2006, y que también podrían reconocerse gastos suplementarios no planificados por el avión gigante A380.
Esperemos que esta situación mejore, no sólo por el tema de los empleos (importante por si sola), sino además por daño que a la credibilidad de la industria europea.
Todo esto ha tenido, lógicamente, su reflejo en la cuenta de resultados. Así el consorcio ha advertido de un más que seguro resultado de explotación negativo para el pasado ejercicio 2006. La compañía ha precisado que gastos no recurrentes ligados a indemnizaciones a ciertos clientes, depreciaciones de activos o impactos financieros del plan de ajuste "Power 8", que se preveían para el 2007 y más allá, podrían haberse adelantado al 2006, y que también podrían reconocerse gastos suplementarios no planificados por el avión gigante A380.
Esperemos que esta situación mejore, no sólo por el tema de los empleos (importante por si sola), sino además por daño que a la credibilidad de la industria europea.








