Granada, el césped artificial y el libro Guinness de los Récords

En 2007 la Junta de Andalucía comenzó las obras del Metropolitano de Granada. A día de hoy (septiembre de 2015), no hay una fecha concreta para su finalización. Mientras tanto, podríamos haber creado la Denominación de Origen Tomate del Metro de Granada... 

Para contentar a la parroquia y ocultar su incompetencia, a nuestro gobierno se le ocurren estupideces tan absurdas como establecer unas jornadas de puertas abiertas en una estación de metro vacía o... invitar a los ciudadanos a visitar el interior de uno de los trenes del metro... parado, claro.

Mientras tanto, Granada podría entrar en el libro Guinness de los Récords por los metros cuadrados de césped artificial que luce en sus calles, entre los raíles. 

No tenemos metro, pero somos un referente mundial en césped artificial.

El último recurso

En Granada, en estos días, se dan los últimos retoques a las obras de la céntrica Calle Ángel Ganivet. Una obra con una duración superior a tres meses que nos ha costado 1.168.491.88 euros y que algunos consideramos  innecesaria porque hace pocos años que se reformó en profundidad dicha vía. Es menos necesaria aún si tenemos en cuenta la situación económica actual o el estado en que se encuentran determinadas infraestructuras en algunos barrios de la capital. Pero nuestro Consistorio no lo consideró así y, con la excusa de una "Renovación de las Redes de Abastecimiento y Saneamiento" se han remodelado hasta los techos de escayola de los soportales.

Pero la malafollá granaína no conoce límites y, para compensar, ya le han sacado punta estas obras. Hay propuestas para modificar el nombre de la calle: en lugar de Calle Ángel Ganivet, se comience a denominar "Semanasantódromo Vicente Aguilera".

Nos ignoran, malgastan nuestro dinero pero, al menos, nos queda la ironía y el sentido del humor.

Fotografía: Obras Calle Ángel Ganivet

Autor: Landahlauts

Señales incomprensibles

El barrio estaba en obras, todas las calles levantadas. Cuando llegó al final de aquella calle, vio que una valla la cortaba. Una señal indicaba el sentido obligatorio de la circulación. Pero dudó, no sabía con certeza su significado "si desciendes del cielo, el giro es obligatorio a tu izquierda" o "si vienes de espaldas a esta señal, debes de girar a tu izquierda, aunque esté del revés y no la veas". Miró arriba, no descendía nadie. Miró al frente, nada, menos aún... allí había un muro. Pero... no lo acababa de comprender. Había dormido mal, estaba cansado, ¿sería por eso?. Pensó: "si baja un vehículo del cielo, ¿quién tendría preferencia?". Notó que le comenzaba a doler la cabeza. Bajó del coche, lo dejó allí mismo, sin cerrar y se fue andando a casa. Sabía que allí no estorbaba al tráfico de los vehículos que descendían del cielo y la grúa municipal no tenía modo de llevárselo... Y, si aún así podían llevárselo... le harían un favor.

Y es que, el Ayuntamiento es como Dios: a veces nos manda señales que no hay forma de entenderlas.

Fotografía: Señales Incomprensibles Autor: Landahlauts