Había una colmena en una de las paredes de la girola del Monasterio de San Jerónimo de Granada. Ha desaparecido y, donde estaba, ahora se ven unos cascotes y un pegote de cemento cubriendo el hueco.
No sabemos si la colmena fue retirada por un profesional... o algún "apañao" condenó a las abejas al Voto de Tinieblas (tan popular en otro tiempo en los conventos granadinos).
Lo cierto es que el panal y la miel sí están cumpliendo el Voto de Tinieblas, a juzgar por los chorreones de miel que resbalan por la pared.