Hace algunas semanas comenté la existencia de un santuario de flora y fauna en el área de exclusión del entorno de la Central Nuclear de Chernóbil (Ucrania). El desastre ecológico que había supuesto la explosión del reactor nuclear había tenido la contrapartida de otra explosión (esta de vida salvaje) en un espacio clausurado para el ser humano. Aparecía así el hombre como un factor determinante en la riqueza de un ecosistema. Sucede algo parecido en nuestro país, hay lugares en que la existencia de zonas de prácticas militares, vetadas para el paso de civiles, ha creado una zona donde flora y fauna se desarrolla a sus anchas. Cerca de ensenada de Bolonia, creo recordar haber visto algo así.
Pues bien, he leído estos días en la prensa, como hay otro lugar con estas características. Es una "tierra de nadie" existente entre las dos Coreas (Corea del Norte y Corea del Sur), una de las fronteras más cerradas del planeta que separa a dos millones de soldados de uno y otro lado. Surgió esta zona a raíz del final de la guerra que mantuvieron, hace más de cincuenta años. La zona mide 241 kiómetros de largo y 4 de ancho y es el hogar feliz de muchos animales, aunque tiene el pelígro oculto de las minas, que hieren o matan a algunos animales.
La zona está rodeada de altas montañas, tierras bajas y pantanos y posee la biología más rica de toda la península coreana. Cientos de especies de aves pasan el invierno aquí, algunas de ellas en peligro de extinción. Además, se pueden contar más de cincuenta tipos de mamíferos, incluyendo el raro oso asiático negro, el leopardo de Amur e incluso el tigre siberiano. Complementan el ecosistema más de 1.000 especies de plantas diferentes.
Esperemos, por el bien de este lugar, que los gobiernos coreanos sigan a la gresca durante muchos más años, el medio ambiente lo agradecerá.
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miércoles, mayo 24
viernes, abril 21
Chernóbil y el Line Ibérico Andaluz
He leído en la edición digital de "El Pais" algo muy curioso sobre la explosión de la central nuclear de Chernóbil (Ucrania) de hace 20 años. Aquella explosión tuvo como consecuencia, entre otras mucho peores, la de que 350.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares, dejando todo tal y como estaba y sin llevar pertenencia alguna, en un área de 155.000 kilómetros cuadrados. En esta zona de exclusión se hace imposible la vida humana, pero no así la vida de otros seres que han encontrado un verdadero edén para su existencia: se ha multiplicado el número de los que había (jabalí, lobo) y además han aparecido especies inexistentes desde hace años (lince, búho real, arce e incluso el oso). El enorme sarcófago que cubre el reactor reventado se ha convertido en hogar de estorninos, golondrinas y de las inevitables palomas. En todo este área no hay actividad humana: no viven personas, no hay tráfico, ni industria alguna, ni ningún tipo de pesticida o herbicida contamina la tierra o el aire.
En los instantes posteriores a la explosión, los animales en el área murieron o dejaron de reproducirse, pero las siguientes generaciones han nacido sin consecuencias aparentes (en especial los animales que presentan mayor movilidad dentro del área delimititada).
Se me ocurre una conclusión y una propuesta para terminar:
Conclusión: Uno de los factores más importantes que incide negativamente en la mayor o menor riqueza de un ecosistema es la presencia del ser humano. Lo demuestra, no solo lo visto anteriormente, también el hecho de que en zonas acotadas, por ejemplo, por ser zonas de prácticas militares, la vida animal se desarrolla de un modo extraordinario. La peor plaga que sufre la vida en el Planeta es, sin duda, el ser humano.
Propuesta: Como los andaluces nos estamos mostrando como totalmente incapaces de ayudar a nuestro lince ibérico... ¿qué tal si llevaramos las pocas parejas que quedan a la "reserva natural de Chernóbil"?
Conclusión: Uno de los factores más importantes que incide negativamente en la mayor o menor riqueza de un ecosistema es la presencia del ser humano. Lo demuestra, no solo lo visto anteriormente, también el hecho de que en zonas acotadas, por ejemplo, por ser zonas de prácticas militares, la vida animal se desarrolla de un modo extraordinario. La peor plaga que sufre la vida en el Planeta es, sin duda, el ser humano.
Propuesta: Como los andaluces nos estamos mostrando como totalmente incapaces de ayudar a nuestro lince ibérico... ¿qué tal si llevaramos las pocas parejas que quedan a la "reserva natural de Chernóbil"?
Enlaces recomendados sobre el tema:
Chernóbil: El camión sin frenos Sobre las causas y los efectos del accidente
Ghost Town (Ciudad fantasma): Estremecedor reportaje de una motera en Chernóbil, el texto es en inglés, las fotografías hablan por si solas.
Fotografía: Programa de Conservación del Línce Ibérico Ex-situ.
Fotografía: Programa de Conservación del Línce Ibérico Ex-situ.
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