sábado, abril 25

Adioses presentidos

Mirador de Lindajara
Cuentan que Jorge Luis Borges visitó la Alhambra en 1976, estando ya completamente ciego. Borges jamás pudo ver la Alhambra. Pero tocó las paredes, abrazó sus columnas, escuchó el agua de las fuentes y el canto de los ruiseñores en el bosque. No la vio, pero se impregnó de su espíritu. Poco después escribió este poema:
Grata la voz del agua a quien abrumaron negras arenas, grato a la mano cóncava el mármol circular de la columna, gratos los finos laberintos del agua entre los limoneros, grata la música del zéjel, grato el amor y grata la plegaria dirigida a un Dios que está solo, grato el jazmín. Vano el alfanje ante las largas lanzas de los muchos, vano ser el mejor. Grato sentir o presentir, rey doliente, que tus dulzuras son adioses, que te será negada la llave, que la cruz del infiel borrará la luna, que la tarde que miras es la última.
Poema: Alhambra De: Historia de la Noche, 1976 Autor: Jorge Luis Borges
Fotografía: Ataurique Autor Landahlauts

10 comentarios:

Maritoñi dijo...

Es precioso, pero yo no me latgo por mucho que lo desées.
Besos con azúcar glasé

ana dijo...

Ay, si la hubiera visto...

Besines.

Peritoni dijo...

JO-PÉ.

almutacen dijo...

....que la cruz del infiel borrara la luna....Cuanta verdad hay en ello. ¡¡BORGES BORGES BORGES !!

Edurne dijo...

Y a mí que Borges siempre me ha resultado un tanto barroco... con este maravilloso poema es como si lo acabara de descubrir... voy a bucear un poco en él!
Grazzie!

Anónimo dijo...

Borges es inmenso, simplemente.

Carpe Diem

Caracola Light dijo...

PRECIOSO!!!

Jorge S. King dijo...

Que impresionante.

Food and Drugs dijo...

De fábula

Sintagma in Blue dijo...

Qué tristeza ser ciego en La Alhambra.