El PSOE se hizo fuerte en Andalucía mediante un aprovechamiento muy inteligente de la fuerza del pueblo andaluz. No creía en Andalucía, pero optó, como lo ha hecho siempre en su historia, por ponerse al frente de la manifestación cuando ésta es imparable.
Lo hizo el 28 de Febrero, cuando tembló ante el 4 de Diciembre, cuando uno de los suyos se puso en huelga de hambre (el presidente socialista Rafael Escuredo)por defender la dignidad andaluza, cuando hasta desde la derecha (el ex ministro de UCD Manuel Clavero Arévalo) hubo quien prefirió dimitir antes que asumir la afrenta a Andalucía.
El nuevo Estatuto andaluz es otro ejemplo de esa política de aprovechamiento, de rapiña, de utilización bastarda del sentimiento y los intereses andaluces.
Los más viejos aún recuerdan que los socialistas que conocían la figura de Blas Infante le llamaban "la momia", y a la bandera andaluza "el trapo", y hasta en algún congreso en los inicios democráticos Guerra pidió que la quitaran.
Siguiendo la tradición, cuanto más poder tienen los andaluces en Madrid, menos poder tiene Andalucía. Felipe González y Alfonso Guerra son andaluces, y ninguno ha hecho nada por Andalucía en el proceso de elaboración de su nuevo Estatuto. Es especialmente doloroso el caso de Guerra que tragando kina apoyó el Estatuto que reconocía indirectamente a Cataluña como "nación", pero que no le ha costado nada dejar a Andalucía por debajo de Cataluña. Gracias.
Un ejemplo de la visión que tienen los socialistas de nuestra tierra es lo que ha pasado con el reconocimiento de Andalucía como nación. Primero dijeron que de eso nada de nada, pero ante la indignación de ciudadana de un lado (no por el término, que aquí el nacionalismo es mínimo, pero sí por la clara idea de que otra palabra nos colocaría en desigualdad respecto a Cataluña) y ante el miedo de quedarse solos (PA e IU pedían el término "nación" y el PP se quedaba fuera de esta historia), vuelve a optar por ponerse al frente de la manifestación, como aquel 28-F.
Piensan en la expresión ya mencionada de "realidad nacional", que atribuyen a Clavero Arévalo (que lo había recabado del Manifiesto de la Nacionalidad) que en la Constitución se refleja como "nacionalidad", pero luego les da igual cambiarla por otra redacción que desvirtúa totalmente el contenido de la negociada con IU. Da igual. No importa.
No creen en Andalucía cuando sus diputados son capaces de votar en el Congreso para Cataluña cosas que no votan para Andalucía. ¿Que Cataluña es una nación? ¿Y porqué Andalucía no? Quizá porque tras un cuarto de siglo gobernando, los niños andaluces no tienen ni idea de quién era Blas Infante, de que la bandera de Andalucía es la más antigua de Europa y fue descrita por vez primera por un almeriense, que la lucha por el autogobierno tiene más de un siglo de historia...
Y en cuanto a la financiación, basta decir una cosa para que cualquier andaluz lo entienda, y es un máxima que se puede repetir en todo: Si CiU y ERC han votado en el Congreso a favor del Estatuto andaluz es porque el sistema de financiación que plante para nuestra tierra, les parece bien, y si a ellos les parece bien... no me cabe la menor duda de que no nos beneficia. Otra traición más. Suma y sigue.
Insisto, no trato de argumentar si Andalucía es o no una nación, sólo dejar en evidencia que el PSOE no cree esta tierra, en este país, que nos usa, y eso es muy triste, muy triste.
La traición del PSOE a Andalucía
Rafael M. Martos
Blog del Director del Diario de Almería.
1 comentario:
Es lo que hay... y anda que "la alternativa"...
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