lunes, mayo 16

El instante...

Carpe Diem.... 
  «Carpe diem quam minimum credula postero» 
(Aprovecha el día y no deposites ni tu confianza ni tu fe en el mañana)

Fotografía: Carpe diem
Autor: Landahauts

Toma la Calle 15.05.11 - Granada

Toma la Calle


¿Qué pretende esa horda de esclavos, 
De traidores, de reyes conjurados? 
¿Para quién son esas innobles trabas;
y esas cadenas
Tiempo ha preparadas?
La Marseillaise


Manifestación Toma la Calle 15.05.11 Granada. Puedes ver más fotos aquí

Fotografía: Toma la Calle 
Autor: Landahlauts

domingo, mayo 15

Testamento

Algún día, hija, todo esto será tuyo.... 

«Algún día, hija mía, cuando yo falte, todo esto será tuyo... »


Música recomendada (momento kitsch): Rascayú - Alaska y Paco Clavel

Fotografía: Algún día... 
Autor: Landahlauts

15.05.11

15.05.11 

Locke y Montesquieu plantearon la separación de poderes como garantía del sistema democrático. Pretendía esa división asegurar la separación entre el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. Sólo así se podría confiar la vigilancia de unos sobre otros, controlando los excesos que puedieran provocar y limitando la capacidad para crecer de un modo desmesurado y acabar predominando sobre los demás. La idea, básicamente, es buena. Otra cuestión que se haya llevado a cabo correctamente o no, como en el caso del denostado Tribunal Constitucional del Estado español, donde los miembros son elegidos en su gran mayoría por el poder legislativo y ejecutivo. Pero bueno, no falla la idea, falla el modo en que algunos la llevan a cabo.

En la actualidad día hay un nuevo poder, irrelevante en cuanto a capacidad de obrar en tiempos de Locke y Montesquieu, que poco a poco ha ido adquiriendo mayor capacidad de influir en nuestras vidas y, lo que es peor, de influir en la capacidad de maniobra de los otros tres poderes. Ese cuarto poder es el poder económico, aquel que ha sido capaz de ir creciendo progresivamente e infiltrándose en el tejido más íntimo de los demás. Nuestra idea de democracia, de separación de poderes, está en peligro. Poder legislativo y poder ejecutivo se someten de modo vergonzoso a los dictados de esa Hidra de Lerna que es el poder econonómico y, como siempre, pagan los más débiles, aquellos cuyas economías no dependen más que de su efuerzo diario y su trabajo (ese bien cada vez más escaso).

Y vemos, avergonzados, como presidentes del gobierno se oponen frontalmente, por ejemplo, a la dación en pago –que la entrega de la vivienda salde la deuda hipotecaria–, porque podría «poner en cuestión la solvencia del sistema financiero». O defienden ardientemente las posturas de compañías telefónicas o electricas frente a los intereses legítimos de los consumidores, de sus votantes, de aquellos que les pagan. Y no te explicas su forma de actuar (en ellos, tan de izquierdas algunos, presuntamente...) hasta que te das cuenta de que su partido vive de la financiación de un banco, de las oscuras contribuiones de esas empresas... o hasta que un día, después de dejar su cargo, lo nombran "asesor especial" de la compañía eléctrica (en un cargo que no sirve para nada pero está muy bien retribuido).

Nuestras democracias apestan. Están infectadas, corrompidas e infiltradas por un poder que ha ido creciendo con la complicidad necesaria (por acción u omisión) del resto de los poderes. Esta democrácia tiene un tumor, y es maligno. Nadie está dispuesto a extirparlo. Nos toca a nosotros.


Y el tratamiento comienza hoy. Mañana puede que sea tarde. 

NO somos mercancía en manos de políticios y banqueros.


Fotografía: 15.05.11
Autor: Landhalauts

sábado, mayo 14

Reutilizable: el concepto

Reutizable....


Recién llegados a casa después de una tarde de compras en "El Corte Inglés". Las bolsas, todavía sin desocupar, se quedan en una esquina del comedor. Mi hijo S., de 6 años, se ha soltado a leer en los últimos meses y lee todo lo que hay a su alrededor. Observa con atención las bolsas y lee "bol-sa gra-tu-i-ta re-u-ti-li-za-ble". Seguidamente me pregunta, preocupado:

- Papi, ¿mañana tenemos que volver a ir al "cortinglés"? 
- No, hijo, bastante ha habido con lo de esta tarde. ¿Por qué dices eso?
- Como pone en las bolsas que son "reutilizables"... habrá que llevarlas para dejarlas y que las usen otras personas... 

Aún estoy pensando en la cara que pondrán el El Corte Inglés cuando les llevemos las bolsas "reutilizables" para que se las puedan dar a otros cientes...

Fotografía: Reutilizable
Autor: Landahlauts

viernes, mayo 13

Casas que se venden solas....

Banco Mare Nostrum

«CajaGranada transferirá todo su negocio financiero al Banco Mare Nostrum. En el mismo figura gran parte de su patrimonio, como la sede central, la red de más de 400 oficinas o el Edificio Colón...»
Fotografía: Banco Mare Nostrum 
Autor: Landahlauts

Granada: Paraíso cerrado para muchos

Carril de la Lona

Granada ama lo diminuto. Y en general toda Andalucía. El lenguaje del pueblo pone los verbos en diminutivo. Nada tan incitante para la confidencia y el amor. Pero los diminutivos de Sevilla y los diminutivos de Málaga son ciudades en las encrucijadas del agua, ciudades con sed de aventura que se escapan al mar. Granada, quieta y fina, ceñida por sus sierras y definitivamente anclada, busca a sí misma sus horizontes, se recrea en sus pequeñas joyas y ofrece en su lenguaje diminutivo soso, su diminutivo sin ritmo y casi sin gracia, si se compara con el baile fonético de Málaga y Sevilla, pero cordial, doméstico, entrañable. Diminutivo asustado como un pájaro, que abre secretas cámaras de sentimiento y revela el más definido matiz de la ciudad. El diminutivo no tiene más misión que la de limitar, ceñir, traer a la habitación y poner en nuestra mano los objetos o ideas de gran perspectiva. Se limita el tiempo, el espacio, el mar, la luna, las distancias, y hasta lo prodigioso: la acción. No queremos que el mundo sea tan grande ni el mar tan hondo. Hay necesidad de limitar, de domesticar los términos inmensos. Granada no puede salir de su casa. No es como las otras ciudades que están a la orilla del mar o de los grandes ríos, que viajan y vuelven enriquecidas con lo que han visto. Granada, solitaria y pura, se achica, ciñe su alma extraordinaria y no tiene más salida que su alto puesto natural de estrellas. Por eso, porque no tiene sed de aventuras, se dobla sobre sí misma y usa del diminutivo para recoger su imaginación, como recoge su cuerpo para evitar el vuelo excesivo y armonizar sobriamente sus arquitecturas interiores con las vivas arquitecturas de la ciudad. Por eso la estética genuinamente granadina es la estética del diminutivo, la estética de las cosas diminutas. Las creaciones justas de Granada son el camarín y el mirador de bellas y reducidas proporciones. Así como el jardín pequeño y la estatua chica. Lo que se llaman escuelas granadinas son núcleos de artistas que trabajan con primor obras de pequeño tamaño. No quiere esto decir que limiten su actividad a esta clase de trabajo; pero, desde luego, es lo más característico de sus personalidades. Se puede afirmar que las escuelas de Granada y sus más genuinas representantes son preciosistas. La tradición del arabesco de la Alhambra, complicado y de pequeño ámbito, pesa en todos los grandes artistas de aquella tierra. El pequeño palacio de la Alhambra, palacio que la fantasía andaluza vio mirando con los gemelos al revés, ha sido siempre el eje estético de la ciudad. Parece que Granada no se ha enterado de que en ella se levantan el palacio de Carlos V y la dibujada catedral. No hay tradición cesárea ni tradición de haz de columnas. Granada todavía se asusta de su gran torre fría y se mete en sus antiguos camarines, con una maceta de arrayán y un chorro de agua helada, para labrar en dura madera pequeñas torres de marfil. La tradición renacentista, con tener en la urbe bellas muestras de su actividad, se despega, se escapa o, burlándose de las proporciones que impone la época, construye la inverosímil torrecilla de Santa Ana: torre diminuta, más para palomas que para campanas, hecha con todo el garbo y la gracia antigua de Granada. En los años en que renace el arco del triunfo, labra Alonso Cano sus virgencitas, preciosos ejemplares de virtud y de intimidad. Cuando el castellano es apto para describir los elementos de la Naturaleza y flexible hasta el punto de estar dispuesto para las más agudas construcciones místicas, tiene Fray Luis de Granada delectaciones descriptivas de cosas y objetos pequeñísimos. Es Fray Luis quien, en la Introducción al símbolo de la fe, habla de cómo resplandece más la sabiduría y providencia de Dios en las cosas pequeñas que en las grandes. Humilde y preciosista, hombre de rincón y maestro de miradas, como todos los buenos granadinos. En la época en que Góngora lanza su proclama de poesía pura y abstracta, recogida con avidez por los espíritus más líricos de su tiempo, no podía Granada permanecer inactiva en la lucha que definía una vez más el mapa literario de España. Soto de Rojas abraza la estrecha y difícil regla gongorina; pero, mientras el sutil cordobés juega con mares, selvas y elementos de la Naturaleza, Soto de Rojas se encierra en su Jardín para descubrir surtidores, dalias, jilgueros y aires suaves. Aires moriscos, medio italianos, que mueven todavía sus ramas, frutos y boscajes de su poema. En suma: su característica es el preciosismo granadino. Ordena su naturaleza con un instinto de interior doméstico. Huye de los grandes elementos de la Naturaleza, y prefiere las guirnaldas y los cestos de frutas que hace con sus propias manos. Así pasó siempre en Granada. Por debajo de la impresión renacentista, la sangre indígena daba sus frutos virginales. La estética de las cosas pequeñas ha sido nuestro fruto más castizo, la nota distinta y el más delicado juego de nuestros artistas. Y no es obra de paciencia, sino obra de tiempo; no obra de trabajo, sino obra de pura virtud y amor. Esto no podía suceder en otra ciudad. Pero sí en Granada. Granada es una ciudad de ocio, una ciudad para la contemplación y la fantasía, una ciudad donde el enamorado escribe mejor que en ninguna otra parte el nombre de su amor en el suelo. Las horas son allí más largas y sabrosas que en ninguna otra ciudad de España. Tiene crepúsculos complicados de luces constantemente inéditas que parece no terminarán nunca. Sostenemos con los amigos largas conversaciones en medio de sus calles. Vive con la fantasía. Está llena de iniciativas, pero falta de acción. Sólo en la ciudad de ocios y tranquilidades puede haber exquisitos catadores de aguas, de temperaturas y de crepúsculos, como los hay en Granada. El granadino está rodeado de la naturaleza más espléndida, pero no va a ella. Los paisajes son extraordinarios; pero el granadino prefiere mirarlos desde su ventana. Le asustan los elementos y desprecia el vulgo voceador, que no es de ninguna parte. Como es hombre de fantasía, no es, naturalmente, hombre de valor. Prefiere el aire suave y frío de su nieve al viento terrible y áspero que se oye en Ronda, por ejemplo, y está dispuesto a poner su alma en diminutivo y traer al mundo dentro de su cuarto. Sabiamente se da cuenta de que así puede comprender mejor. Renuncia a la aventura, a los viajes, a las curiosidades exteriores; las más veces renuncia al lujo, a los vestidos, a la urbe. Desprecia todo esto y engalana su jardín. Se retira consigo mismo. Es hombre de pocos amigos. (¿No es proverbial en Andalucía la reserva de Granada?) De esta manera mira y se fija amorosamente en los objetos que lo rodean. Además, no tiene prisa. Quizá por esta mecánica los artistas de Granada se hayan deleitado en labrar cosas pequeñas o describir mundos de pequeño ámbito. Se me puede decir que éstas son las condiciones más aptas para producir una filosofía. Pero una filosofía necesita una constancia y un equilibrio matemático, bastante difícil en Granada. Granada es apta para el sueño y el ensueño. Por todas partes limita con lo inefable. Y hay mucha diferencia entre soñar y pensar, aunque las actitudes sean gemelas. Granada será siempre más plástica que filosófica. Más lírica que dramática. La sustancia entrañable de su personalidad se esconde en los interiores de sus casas y de su paisaje. Su voz es una voz que baja de un miradorcillo o sube de una ventana oscura. Voz impersonal, aguda, llena de una inefable melancolía aristocrática. Pero ¿quién la canta? ¿De dónde ha salido esa voz delgada, noche y día al mismo tiempo? Para oírla hay necesidad de entrar en los pequeños camarines, rincones y esquinas de la ciudad. Hay que vivir su interior sin gente y su soledad ceñida. Y lo más admirable: hay que hurgar y explorar nuestra propia intimidad y secreto, es decir, hay que adoptar una actitud definidamente lírica. Hay necesidad de empobrecerse un poquito, de olvidar nuestro nombre, de renunciar a eso que han llamado las gentes personalidad. Todo lo contrario que Sevilla. Sevilla es el hombre y su complejo sensual y sentimental. Es la intriga política y el arco de triunfo. Don Pedro y Don Juan. Está llena de elemento humano, y su voz arranca lágrimas, porque todos la entienden. Granada es como la narración de lo que ya pasó en Sevilla. Hay un vacío de cosa definitivamente acabada. Comprendiendo el alma íntima y recatada de la ciudad, alma de interior y jardín pequeño, se explica también la estética de muchos de nuestros artistas más representativos y sus característicos procedimientos. Todo tiene por fuerza un dulce aire doméstico; pero, verdaderamente, ¿quién penetra esta intimidad? Por eso, cuando en el siglo XVII un poeta granadino, don Pedro Soto de Rojas, de vuelta de Madrid, lleno de pesadumbre y desengaños, escribe en la portada de un libro suyo estas palabras: "Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos», hace, a mi modo de ver, la más exacta definición de Granada: Paraíso cerrado para muchos.

Granada: Paraíso cerrado para muchos
Federico García Lorca, Poeta
Andaluz, de Granada


Fotografía: Carril de la Lona
Autor: Landahlauts

jueves, mayo 12

Una ciudad llena de poesía...

Para Siempre... Enrique Morente

Esa voz que se juega la vida
esos ojos llenando el vacío
esos dedos hurgando en la herida
esa liturgia del escalofrío

Ese orgullo que pide disculpas
ese sentarse para estar erguido
ese añejo sabor de la pulpa
visceral del limón del olvido

Esa revolución de la amargura
ese inventario de la mala suerte
ese tratado de la desmesura

Ese como, ese que, ese hasta cuando
ese pulso ganado a la muerte
ese Enrique Morente cantando

 Poema: A Enrique Morente
 Año: 1999 (Séptimo de Caballería, TVE)
Autor: Joaquín Sabina


El Festival Internacional de Poesía Ciudad de Granada sigue llenando de poesía nuestra ciudad...

El ayudante del kiosquero

El guardián de las revistas 

Ahí está él, parece el guardaespaldas de chicas sonrientes de las portadas. ¿O quizás está pendiente de que nadie se lleve las revistas del kiosco sin pagar? En cualquier caso tiene muy asumido su papel, no hay duda de que se lo toma muy en serio... 

Fotografía: El guardián de las revistas 
Autor: Landahlauts