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Secuestrar al jefe se está convirtiendo en una preocupante costumbre de los trabajadores franceses que corren el peligro de perder sus puestos de trabajo por la crisis actual.
El último episodio, el secuestro de cuatro directivos desde el martes por la tarde y aún en curso de una empresa del este del país que cerrará en los próximos meses dejando en la calle a unos 60 empleados...»
Mientras esto ocurre en Francia, aquí, gracias a las Clases Magistrales que en su momento nos dieron los
Tomás de Torquemada o los
Jiménez de Cisneros, no nos andamos con tantos miramientos ni diplomacias. Nuestra forma de proceder es radicalmente distinta. Estudiándola con detenimiento podríamos establecer dos escuelas o tendencias a la hora de resolver conflictos del tipo "mi jefe no me paga" o "mi jefe me despide". A saber:
La Escuela Disyuntiva: Ofrece posibilidades de una salida airosa a la parte empresarial, siempre y cuando se acceda completamente a las reivindicaciones de los trabajadores. Hay quien la considera débil y poco efectiva:
Y una segunda escuela, que sería la Escuela del "Aquí te pillo, aquí te mato". No admite negociaciones, ni da opciones, ni salidas airosas... ni paparruchas de esas. Tiene el inconveniente de que daña el medio ambiente y es favorecedora del cambio climático. Además hay quien asegura que, a largo plazo, podría tener efectos perniciosos sobre el tejido empresarial del país:
Somos así: gente sencilla y directa. Sin dobleces. Incluso para resolver los problemas. Esas bobadas de retener en la oficina al jefe, hasta que acceda a nuestros propósitos, las dejamos para las nenazas del norte.
Fotografía -1-: Disyuntiva
Fotografía -2-: Barbacoa empresarial
Autor: Landahlauts