Náusea. Una gigantesca náusea me sacude estos días, a raíz del accidente del avión de Spanair en Barajas, cuando contemplo el tratamiento que los medios de comunicación, que se dicen "serios", vienen dando a este suceso.
Náusea. De verlos violar la intimidad de los muertos, de los heridos y de sus familiares. De oírlos quejarse porque un juez no les permite emitir las imágenes más crueles del suceso. De oír invocar la sacrosanta libertad de expresión y el derecho a la información para emitir cualquier imagen.
Náusea. De escuchar preguntar a una periodista "¿qué siente de estar aquí? ¿tiene miedo?" a usuarios de Barajas que hacían cola, veinticuatro horas después, con el mismo destino y en el mismo mostrador del Aeropuerto de Barajas.
Y he recordado el 11 de Marzo de 2004 en el que la mayoría de los medios se revolcaron en la sangre y en el dolor, sin respetar la intimidad de familiares, heridos, moribundos o fallecidos. Y he recordado como repetían, sin piedad, una y otra vez aquellas duras imágenes de un modo inmisericorde, por vender unos periódicos más, por tener unos cientos de espectadores más...
Y me vino a la cabeza como en el atentado de Londres de 7 de Julio de 2005, reinó la cordura y no necesitamos ver muertos, ni sangre, ni vísceras para sentirnos solidarios con su pena.
No necesitamos ese "periodismo gore", ni esas orgías de dolor. Y no sólo por los afectados o por su familiares: también por nosotros. No queremos acostumbrarnos al dolor y a la muerte en directo, en "prime time". No queremos que se encallezcan nuestros corazones y se vuelvan insensibles.
Comprendemos la necesidad de llenar páginas y minutos de contenidos en medio de la sequía informativa de un mes de agosto pero... ¿por qué no recurren a las Caras de Bélmez, a Nessie (el monstruo del lago Ness) o al socorrido y veraniego "fenómeno ovni"? Al menos no harán daño a nadie ni causaran repugnancia.
Fotografía: Dolor
Autor: Landahlauts