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jueves, diciembre 24

Deshaciendo una leyenda urbana

Allanamiento de morada

Una de esas leyendas urbanas, muy extendida por Europa y América, es la de Papá Noel. Asegura que, tal día como hoy, un simpático vejete vestido de rojo y blanco entra a nuestras casas para "dejar regalos". El citado individuo se hace llamar de distintas maneras, según el lugar del mundo en el que opere: Papá Noel, Santa Claus, Viejito Pascuero, Colacho o San Nicolás, son algunos de los nombres más conocidos.

Es falso. Este individuo comenzó trabajando para Coca-Cola: durante los años treinta protagonizó alguna campaña publicitaria con ese mismo disfraz. Parece ser que, por su afición a la bebida, fue despedido sin contemplaciones por el daño que hacía a la marca. Se convirtió en un marginado, en un paria , y comenzó su faceta como delincuente. Desde entonces se dedica a desvalijar domicilios de honrados ciudadanos. Aprovecha para ello el disfraz que utilizaba en los spots televisivos y se introduce, normalmente, por las ventanas, balcones o chimeneas. También es falso que vaya, como asegura la leyenda urbana, en un trineo con renos... ¡¡¡por favor!!! ¿de verdad pensáis que un viejo alcohólico y maloliente, con un disfraz ridículo, va a entrar a vuestra casa a "dejar regalos"? ¿alguien ha visto alguna vez en las calles de Tíjola, por ejemplo, un trineo tirado por renos y conducido por un tipo con un traje ridículo? ¿O en las calles de Almonte???.

Pongamos los pies en el suelo y seamos sensatos: este tipo es un maleante y lo que hace es un delito, se llama allanamiento de morada. Si os encontráis cara a cara con él puede tener un comportamiento peligroso. Así que, hacedme caso, si lo véis trepando por vuestra fachada... disparad. Disparad sin avisar, sin preguntar, sin miramientos... Con un buen abogado podréis alegar defensa propia, quedaréis en libertad y habréis hecho un favor al resto de los ciudadanos. Ya es hora de dar una lección a este indeseable.


Autor: Landahlauts

jueves, junio 26

La Tragantía

Castillo de Santa Catalina 

 
Cuenta la leyenda: En los sótanos del Castillo de la Yedra, en Cazorla (Andalucía), bajo la Torre del Homenaje, vive una mujer con cuerpo de serpiente. Dicen que se aparece cada noche de San Juan, para comerse a los niños de la localidad. Los descendientes de aquellos que la relegaron a su estado de monstruo.
Nació esta leyenda cuando las tropas cristianas invadían Andalucía para anexionarla a los reinos del norte. Durante el asedio de Cazorla, el rey musulmán de Cazorla, preocupado por la suerte de su hija, decidió esconderla secretamente en los sótanos del castillo hasta que el ataque fuera repelido. Sabía lo que había ocurrido años antes en la invasión de Quesada, cuando muchos ciudadanos fueron masacrados, los campos devastados, las norias y las acequias destruidas, los bosques quemados... A pesar de la feroz defensa, la ciudad cayó, y el mismo rey fue muerto por una flecha enemiga que atravesó su garganta. La joven quedó sola, recluida en un lugar tan secreto que era desconocido para los nuevos señores de la fortaleza. Cuando sus provisiones acabaron, comenzó a alimentarse de los pequeños animales y de los insectos que encontraba en su celda. Un día, su cuerpo se comenzó a transformar entre terribles dolores. En toda Cazorla se escuchaban sus gritos de dolor, durante la madrugada. Parecía provenir de las entrañas del castillo. Poco a poco, sus piernas se fueron transformando, recubriéndose de escamas y , de cintura para abajo, quedó convertida en serpiente. Cada noche de San Juan, regresa la Tragantía. Vuelve para consumar su venganza en los más jóvenes descendientes de aquellos que ocuparon su tierra, masacraron a los suyos y asesinaron a su padre. Y lo hace comiéndoselos, igual que devoraba aquellos pequeños insectos en su celda. Por eso, esa noche, la noche de San Juan, los niños de Cazorla van pronto a la cama. Saben que, si dan las doce y escuchan la canción de La Tragantía, estarán perdidos... ella aparecerá y se los comerá. De un solo bocado
.
Yo soy la Tragantía, hija del rey moro; el que me oiga cantar, no verá la luz del día
Conocí esta leyenda en la página: Cultura de Andalucía (un lugar muy interesante) También podéis ver la versión de la leyenda que hizo el grupo grupo de video-danza Pali Eléceri, de Jaén, aquí.

Fotografía: Castillo de Santa Catalina (Jaén) 
Autor: Landahlauts