En el interior de una ascensor, en algún edificio de viviendas de Granada...
Reconoced conmigo que hace falta tener mala sangre, además de ser incívico, para escribir algo así en un ascensor. Sembrar una duda tan general, tan poco concreta, tan indiscriminada... Seguro que más de un vecino (o vecina) se ha sentido perturbado al leerla.
Hace unos días Carlos, el hijo de 6 años de Ana y Emilio llegó del cole un poco inquieto. Ana quiso saber el motivo y preguntó, el niño rompió a llorar. Estaba muy preocupado por papá y quería saber si hoy también vendría a comer en casa. Ana asintió. Cuando Emilio llegó, mamá le contó su preocupación por el comportamiento del pequeño y ambos fueron a verlo al cuarto.
- ¿Qué te pasa, hijo, cuéntaselo a los papis?
- Hoy, en el cole, la Seño nos habló sobre los animales de granja. Nos dijo que algunos tienen cuernos. Adrián, mi amigo, dijo que su papá tenía cuernos.... que todos los papás los tenían. Y yo le dije que el mío no... que él no los tenías
Mientras decía esto, Carlos se encaramó a la cabeza de papá y la comenzó a palpar.
- ¿Verdad que tú no tienes cuernos, Papá?
- No, hijo, claro que no.
Afortunadamente, Emilio no vive en el bloque de pisos en cuyo ascensor se encuentra esta pintada...
Nota: la anécdota es totalmente verídica, le sucedió hace poco a unos amigos con su hijo. Lo único que no es real son los nombres, que están cambiados. La pintada, evidentemente, es real.
Fotografía: Sembrando dudas
Autor: Landahlauts