Joseph,el muchacho de la foto, nació en Marktl am Inn, en Baviera en 1927. Al cumplir 16 años en 1943, ingresó en las Juventudes Hitlerianas (a las que corresponde el uniforme que viste en la foto). Luego fue llamado a filas a Hungría, donde sirvió estableciendo defensas antitanque durante lo que quedaba de la Segunda Guerra Mundial, hasta abril de 1945 (días o semanas antes de la rendición del III Reich). En 1945 fue capturado por los Aliados y detenido en un campo de prisioneros de guerra. El caso es que aquel muchachito, militante de las Juventudes Hitlerianas y soldado de la Alemania nazi, es hoy el Papa de Roma y Jefe del Estado Vaticano, Benedicto XVI. La misma persona que hace unos días entonó un "mea culpa" en el ex campo de concentración de Auschwitz. Además, se preguntó por qué Dios calló cuando un millón y medio de personas murieron en ese “valle de oscuridad”. (¿Va a ser la culpa de Dios al final?) No trato de hacer el comentario simplista de que, el hoy Papa, fue nazi en otro tiempo. No sé si lo fue, ni en realidad me interesa. Supongo que, en una Alemania en guerra, lo lógico es que todo los hombres fueran movilizados y llevados al frente. Mi intención es hacer ver que la vida te puede llevar a situaciones, en muchos casos, contradictorias. Son situaciones en las que muchas veces te ves arrastrado por las circunstancias, de las que probablemente, no eres del todo responsable. Pero de las que puede resultar imposible escapar.
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martes, mayo 30
jueves, marzo 2
Hitler: El amiguito de los niños
La fotografía que veis puede resultar muy extraña para para algún lector. En especial los que seáis de países con tradición democrática.
Este es su origen: no hace más de 20 años que esa reproducción simpática de Hitler se podía encontrar en cualquier juguetería española.
Recordando los antecedentes históricos quizás resulte más sencillo saber los motivos: cuando acabó la Segunda Guerra Mundial los aliados no liberaron Europa del fascismo, al menos... no completamente.
Hitler y Mussolini cayeron. Pero, los aliados no pasaron de los Pirineos, quizás para pagar al incipiente dictadorzuelo español su deserción del eje Berlín-Roma-Tokio.
Y lo tuvimos hasta que se completó “el ciclo de la vida” que dirían en la película de “El Rey León”: cuarenta añitos.
Durante aquellos años, en el Estado español, las dictaduras de Alemania o Italia no fueron objeto de critica alguna.
Así, y sólo así, se puede comprender que la figura de Adolf Hitler estuviera, junto a la de Mickey, Pluto y la Ruperta, en cualquier tienda de juguetes, como si fuera un personaje más de esos de los dibujos animados.
Para que los niños jugaran con el bueno de Adolf.
Y, como podéis ver, su representación no era desagradable o con cara siniestra, no. Su carita era de una buena persona, regordeta y simpática que te saludaba con su bracito levantando.
Al menos, no le colocaron la esvástica...
Este es su origen: no hace más de 20 años que esa reproducción simpática de Hitler se podía encontrar en cualquier juguetería española.
Recordando los antecedentes históricos quizás resulte más sencillo saber los motivos: cuando acabó la Segunda Guerra Mundial los aliados no liberaron Europa del fascismo, al menos... no completamente.
Hitler y Mussolini cayeron. Pero, los aliados no pasaron de los Pirineos, quizás para pagar al incipiente dictadorzuelo español su deserción del eje Berlín-Roma-Tokio.
Y lo tuvimos hasta que se completó “el ciclo de la vida” que dirían en la película de “El Rey León”: cuarenta añitos.
Durante aquellos años, en el Estado español, las dictaduras de Alemania o Italia no fueron objeto de critica alguna.
Así, y sólo así, se puede comprender que la figura de Adolf Hitler estuviera, junto a la de Mickey, Pluto y la Ruperta, en cualquier tienda de juguetes, como si fuera un personaje más de esos de los dibujos animados.
Para que los niños jugaran con el bueno de Adolf.
Y, como podéis ver, su representación no era desagradable o con cara siniestra, no. Su carita era de una buena persona, regordeta y simpática que te saludaba con su bracito levantando.
Al menos, no le colocaron la esvástica...
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