Es la calle Colegio, en Archidona, Comarca de Antequera.
Aquí se abría la Puerta de la Guiropa, un portón por el que los escolapios repartían la guiropa, un guisote guiso hecho de carne y patatas. Desde la ventana de su dormitorio de internado, el niño Blas Infante veía como cada día cientos de jornaleros necesitados se acercaban hasta aquel portón para callar su hambre con el rancho. Entre ellos había padres, abuelos, tías y hermanos de muchos de sus compañeros de clase.
Aquellas imágenes impactaron tanto en él que, años después, reflejaría la escena y los sentimientos que le provocaron en su libro El Ideal Andaluz:
«Yo tengo clavada en la conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales; he presenciado cómo son repartidos entre los vecinos acomodados, para que éstos le otorguen una limosna de trabajo, tan sólo por fueros de caridad ; los he contemplado en los cortijos, desarrollando una vida que se confunde con la de las bestias; les he visto dormir hacinados en sus sucias gañanías, comer el negro pan de los esclavos, esponjado en el gazpacho maloliente y servido, como a manadas de ciervos en el dornillo común, trabajar de sol a sol, empapados por la lluvia del invierno, caldeados en la siega por los horrores de la canícula; y he sentido con indignación al ver que sus mujeres se deforman consumidas por la miseria de las rudas faenas del campo; al contemplar cómo sus hijos perecen faltos de higiene y de pan, cómo sus inteligencias se pierden atrofiadas por la virtud de una bárbara pedagogía, que tiene un templo digno en las escuelas como cuadras; o permaneciendo totalmente incultas requerida toda la actividad, desde la más tierna niñez, por el cuidado de la propia subsistencia, al conocer todas, absolutamente todas, las estrecheces y miserias de sus hogares desolados. Y, después he sentido indignación al leer en escritores extranjeros que el escándalo de su existencia miserable ha traspasado las fronteras, para vergüenza de España y de Andalucía.»
El Ideal Andaluz, 1915
Blas Infante Pérez de Vargas
Palabras que, aún pudiendo parecer de otro tiempo están llenas de vigencia en un país con 1.300.000 personas en desempleo, con una tasa de paro del 31,23% y una tasa de pobreza del 30%. Y no son números, son vidas, son personas.
Mientras tanto, contemplamos impontentes e indignados como aquellos que, supuestamente, nos tendrían que representar, en el mejor de los casos, no hacen nada. Y, en el peor, se dedican al saqueo y al expolio de Andalucía.
Este 28 de Febrero de 2012, Andalucía tampoco tiene demasiados motivos de celebración. Sin embargo, este 28 de Febrero es un día tan especial como los demás para unirnos en una sola voz y gritar:
¡Viva Andalucía!
¡Libre!
Fotografía -1-: Calle Colegio
Fotografía -2-: La Puerta de la Guiropa
Autor: Landahlauts