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jueves, agosto 2

Treinta y un días...

Amanecer en Calahonda
Amanecer en Calahonda

Acabó Julio. Llegó la luna llena y, parecería, que yo regreso con ella. Ya estoy de vuelta, intentando volver a la normalidad. Han sido treinta y un días viviendo a menos de doscientos metros del mar, sin conexión a Internet, sin prensa escrita, radio o televisión (esto último por decisión propia). Treinta y un días en los que inauguraba la playa a las siete y media de la mañana y la cerraba a las nueve de la noche (chispa más o menos y no de modo ininterrumpido, obviamente). Treinta y un días en que mis únicas preocupaciones eran si el viento soplaba de Levante o de Poniente, o si había medusas en la playa. Treinta y un días del mes de Julio en una tranquila playa de la Costa Tropical granadina en los que he acabado conociendo de vista a la mayoría de los que ocupaban las sombrillas cercanas en la playa o en la piscina (las "Abuelas Gritonas", el "Corrillo de las Chismosas", la "Pareja de los Libros", el "Niño Tirano" y sus papás los "Dóciles-Imbéciles", el camarero del chiringuito que era el doble de Mario Vaquerizo...).

Y vuelvo a Graná, me conecto a Intenet y encuentro las noticias tal y como las dejé:
- El temita cansino de la Prima de Riesgo aún mantiene en vilo a la audiencia (esa crónica de una muerte anunciada que se está haciendo de rogar hasta llegar al previsible final)...
- Españistán rompiendo récords, no en las olimpiadas, sino en el número de desempleados...
- Recortes a los de siempre mientras en el Estado hay quien sigue viviendo por encima de nuestras posibilidades...
- Subidas de impuestos, de precios... el modo más sencillo de rematar a una economía moribunda.
- Las "cabezas pensantes" de la Unión Europea exigiéndole al sumiso Estado español "más madera"...
- La torpe canciller Merkel cada vez más molesta de pensar que las facturas y las letras devueltas de de las Cigarras del Sur la van a pagar sus Hormiguitas del Norte (Angela, bonita, los PIGS han resultado ser un caramelo envenenado, no todo iba a ser hacer negocio para la próspera Alemania)...
- Altezas reales que se van de rositas sin pisar un juzgado mientras que tonadilleras casi analfabetas la van a enchironar por los similares "negocios de familia" de sus parejas...
- Griñán, nuestro Presidente, que ha pasando de ser el ayuda de cámara de Zapatero a ser el ariete que el PSOE lanza contra el torpe Mariano...

En fin, un aburrimiento. Pero ¿os cuento un secreto? Si hacéis como yo, si pasáis treinta y un día junto al mar sin "recibir información" de los "medios de comunicación" os daréis cuenta de que vuestro regreso todo continúa tal y como lo dejasteis. Y también, todo aquello que haya cambiado, lo ha habrá de un modo previsible. Eso sí: estaréis más morenos, menos estresados, más felices y no habréis desperdiciado tiempo en tonterías leer prensa, escuchar la radio o ver la televisión.

Yo, sinceramente, estoy tentado de rehacer la maleta y marcharme de nuevo...

Y ustedes, queridos y queridas, ¿siguen ahí? ¿se fueron? ¿volvieron? ¿no marcharán?

Saludos a todas y a todos...

martes, septiembre 6

Perros

Ven, bonito  
«Jacques preguntó a su amo si no había advertido que, por grande que fuera la miseria de la gente pobre, sin tener pan para ellos, todos tenían perro… De donde concluyó que todo hombre quería mandar a otro; y que al hallarse el animal en la sociedad inmediatamente debajo de la clase de los últimos ciudadanos mandado por todas las demás clases, aquéllos tomaban a un animal para poder mandar también a alguien… Cada cual tiene su perro. El ministro es el perro del rey, el primer funcionario es el perro del ministro…»

DIDEROT, Denis, Jacques el fatalista y su maestro

miércoles, agosto 3

Are you ready, kids?

Vértigo


«La prima española bate un nuevo récord y llega a los 408 puntos básicos. El diferencial con el bono alemán, que cerró ayer en 387 puntos básicos después de una jornada aciaga en la que superó por primera vez los 400, vuelve a subir a la espera de la subasta de deuda de mañana y de la reunión del BCE.»

vértigo de la altura:
1. m. Psicol. Sensación de inseguridad y miedo a precipitarse desde una altura o a que pueda precipitarse otra persona.
Fuente: DRAE


A estas alturas, tan cerca del precipicio, aún hay quien sigue buscando culpables fuera de España, algunos de ellos resulta muy llamativos: los mercados, las agencias de calificación, China, Merkel, Sarkozy.... una mano negra desconocida...

Lo cierto es que en el Estado español hemos sido durante años los más mediocres de los ricos y pronto seremos los más brillates de los pobres. Nuestros representantes nos incluyeron en ese selecto club de países solventes e industrializados llamado Unión Europea, y cambió nuestra moneda. No subió nuestro nivel de vida, pero sí hubo subidas generalizadas de precios: un café pasó, en pocas semanas, de costar 90 pesetas (54 céntimos) a costar 90 céntimos (150 pesetas).

Durante los años siguientes nuestras Cajas de Ahorros y bancos concedían prestamos hipotecarios de 300.000 euros a personas con contratos precarios a tiempo parcial (insolventes en potencia). ¿Garantías para el cobro? la de la propiedad hipotecada y, generalmente, también avalistas (a veces, ni eso). Consumimos, compramos, viajamos.... Podías escuchar hablar castellano prácticamente en cualquier ciudad del mundo, tal era nuestro afán viajero. En Nueva York fuimos conocidos como los "give me two" porque nuestra ansia consumista y nuestra facilidad para abrir la cartera nos distinguía en los comercios neoyorkinos de los visitantes de otras nacionalidades. Nuestros alcaldes luchaban entre ellos porque inaugurar en su ciudad la obra pública más cara y espectacular, proyectada por el arquitecto más cool. Vivíamos en el país del mundo donde Porsche vendía más unidades de su carísimo modelo Cayene. Eramos un referente mundial en el uso de las carísimas energías alternativas (todas ellas con tecnología extranjera), esas que aún pagamos con subidas desorbitadas en el recibo de la luz. La península se vió cubierta de vías de trenes de alta velocidad que, en muchos casos, paraban en estaciones vacías. Cada provincia tenía, al menos, una universidad pública y un aeropuerto...

¿Y cuál era el origen de tanta riqueza? ¿de dónde obteníamos dinero para tanto despilfarro? De la especulación con el ladrillo. Al menos aparentemente, porque también conseguimos parte de esa abundancia de vivir por encima de nuestras posibilidades, a costa del endeudamiento de las arcas públicas y de que muchos conciudadanos hipotecaran sus vidas a treinta años.

Ese club de ricos al que nos permitieron acceder se motró en realidad como un timo, una verdadera estafa: aquellos a los que tratamos de tú a tú, a los que llamabamos socios, sólo buscaban en nosotros áreas de expansión, un nuevo mercado. A día de hoy no hay nada que nos una a ellos sino la dependencia económica, la empresarial y un montón de deudas (entre otras cosas porque esa Unión Europea está muerta, pero ese es otro cantar).

A pesar de del despilfarro de estos años, habrá quien paranoicamente siga buscando un responsable en el exterior, un "conspirador oculto contra los intereses de Ejpaña", un responsable de encontrarnos en la situación actual. Lo cierto es que no hace falta irse tan lejos para encontrar unas causas que no están fuera, están dentro. Ese 'ataque' sólo responde a la debilidad de una economía carente de tejido productivo y endeudada hasta las cejas. Somos el antílope que, en los documentales de National Geographic, se queda rezagado por débil o cojo... y es el primero en ser alcanzado y devorado por los leones que persiguen a la manada.

Las agencias de calificación no son sino empresas que asesoran a sus clientes sobre qué país es o no solvente para atender a sus deudas, no es nada personal: no hay mano negra detrás. ¿Aún hay a quien le parece extraño que bajen la credibilidad de un país como Grecia, que ha reconocido que no podrá atender los préstamos a su vencimiento?

Esto se llama capitalismo, y estábamos encantados con él mientras nos creímos ricos.

Lo único cierto es que la fiesta acabó y que hay que saldar la cuenta que no pagamos al contado. Y los recibos comienzan a venir ahora. Ahora, que tantos quedaron sin trabajo. Y somos fichas de dominó: si no trabajo, no cobro, si no cobro, no pago... Agárrense, que vienen curvas.

La crísis, la nuestra, la de verdad... está a punto de comenzar. Ahora sí.

(Por cierto, ¿quedaría muy pedante recordar que algunos hace más de un año que lo veíamos venir?)

Fotografía: Vértigo
Autor: Landahlauts

martes, febrero 22

Prestamistas, Beethoven, la Señorita Marta y la Ética de Empresa

Teléfono

Circula una leyenda urbana... asegura que los número de DNI se reasignan cuando una persona fallece, pero esto no es cierto. Cada persona tiene un número que, aunque sea bajo, sólo a esa persona pertenece y pertenecerá.

No ocurre lo mismo con los números de teléfono: cuando un abonado obtiene la  baja  en la línea (por el motivo que sea) su número de teléfono pasa a ser reasignado a un cliente nuevo. Esa práctica puede ocasionar algún que otro problema: el nuevo abonado recibirá, durante algún tiempo, llamadas cuyo destinatario es el anterior  abonado.
Desde que en casa nos dimos de alta en el teléfono fijo (hace años, ya) hemos recibido llamadas preguntando por la persona a quien perteneció este número anteriormente. De la naturaleza de esas llamadas hemos deducido que esta pareja dejó más de una deuda pendiente: de la tarjeta de compras de El Corte Inglés, un videoclub que reclamaba películas sin devolver, un bufete de abogados especializado en impagados, una tintorería...

Aquello fue cesando, con el tiempo, hasta desaparecer. En el caso de El Corte Inglés, por ejemplo, la persona que llamó se disculpó y dijo que no volverían a llamar jamás y... así ha sido. Con todas las llamadas... excepto con una...

Suena el teléfono, a cualquier hora. Al descolgar, se oye una locución grabada. Ya sabemos quienes son, nos  llaman de Accordfin España E.F.C. S.A. una voz impersonal nos indica en tono seco y desagradable algo  parecido a que  "estamos en una situación muy grave por un impagado, y que debemos de ponernos en contacto con ellos de modo urgente". Accordfin es una empresa de préstamos personales perteneciente al Grupo Auchan que gestiona tarjetas de compra de empresas como Alcampo, Leroy Merlin, Decathlon, Simply, Aki, Norauto y Bricomart.

La deuda reclamada está vinculada con una tarjeta de compra de Alcampo. Y ustedes dirán, queridos y queridas, "pues.. paga... y dejarán de llamar". Pero, lo cierto es que no tengo nada que pagar... porque jamás he sido titular de una tarjeta de esas empresas, ni tampoco nunca "he sido benficiario de uno de  esos préstamos personales tan favorables", con un  TAE de 24% anual.  Quien sí fue "beneficiario" de los servicios de esta empresa fue el anterior titular de mi teléfono, y a él van dirigidas realmente estas llamadas intimidatorias de reclamación de cantidad.

Llamé, para aclarar el malentendido. Fue a un teléfono 902 de esos en los que esperas y esperas (y pagas) mientras suena la "Para Elisa" de Beethoven en una repugnante versión de organillo eléctrico. La operadora me aseguró que había tomado nota para rectificar el error, eso dijo.

Semanas después... sonó el teléfono de nuevo, la misma llamada, la misma locución.  Vuelta a llamar al 902 , "Para Elisa" de Beethoven y, esta vez más enfadado, comenté  lo sucedido con "la Señorita Marta". Lo cierto es que me costó entender a la Señorita Marta: el acento de Majadahonda nunca fue mi fuerte, no vocalizaba excesivamente bien y, además, su voz tenía ese punto altanero de la persona acostumbrada a tratar con impagados (ya se sabe... la casta más despreciable de la sociedad de consumo). Eso sí, la Señorita Marta fue sincera: "no creo que se produzcan más llamadas, pero no se lo puedo asegurar".

Los temores de la Señorita Marta, y los míos, se cumplieron. Accordfind me sigue llamando: quiere que su cliente, que fue titular de ese teléfono, pague. Y le da igual que el titular de ese teléfono, ni sea su cliente, ni tenga nada que ver con la deuda. Ellos insisten... amenazantes... "....una situación muy grave...".

Y no diré que me sienta angustiado por las llamadas amenazantes de unos prestamistas. No. Supongo que todo se solucionaría con un Burofax, o con una denuncia en la Oficina del Consumidor. Pero, me molesta profundamente que la falta de profesionalidad de una empresa, su inutilidad manifiesta, me acabe costando tiempo y dinero.

Y pienso, por otro lado, ¿y si estas llamadas se produjeran a un teléfono cuyo titular fuera una persona mayor? ¿Resistiría igual ese acoso telefónico un anciano de 80 años? Supongo que esta práctica de reclamar una deuda es legal, no lo cuestiono, Pero ¿es ética? ¿sabe Accordfin E.F.C , filial española de BANQUE ACCORD (Grupo Auchan) lo que es la ética de empresa? ¿el respeto a las personas? ¿debo de temer por mi integridad física si no satisfago la deuda pendiente de la persona anteriormente abonada a mi número de teléfono? ¿Hasta cuándo me seguirán llamando?

Os podría recomendar que, para evitar un problema similar a este, no tengáis jamás tratos comerciales con Accordfin: que, por ejemplo,  no solicitéis la tarjeta de compras de Alcampo, Leroy Merlin, Decathlon, Simply, Aki, Norauto y Bricomart. Pero, no serviría de nada, yo tampoco la tengo. Pero tengo un número de teléfono de alguien que dejó una deuda con ellos.Y eso me convierte en su deudor, en su objetivo, en el objeto de sus prácticas empresariales.
Así que, lo único que os puedo desear es suerte: que vuestro camino jamás se cruce con el departamento de cobro a morosos de la filial española de Banque Accord.

Mucha suerte, de verdad.