¿Es el enemigo?
Sobre lo de este fin de semana.... aquello de que íbamos a salir a desfilar... que al final no va a poder ser... que no nos dejan salir del cuartel... porque estamos resfriados...
Que sí... que ya llamaremos cuando estemos mejor...
Sí, eso nos han dicho: camita, caldos calientes y mucho zumo...
Yo se lo diré a todos, de vuestra parte, gracias... hasta luego.
Dedicado a Gila... aquel visionario.
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domingo, mayo 31
lunes, abril 27
Banda Sonora
Por cierto... la Gripe Porcina ya tiene música:
¡Qué nos pille bailando!
Es la noticia del dia
La influenza ya llegó
Compren todos medicina pa’ enfrentar al batallón.
Ya mejor que te de un sida
Un cancer o comezón
Hoy mas vale ser suicida con taquitos de pastor.
Porque dicen que es la gripa perfecta
Porque dicen que es la gripa perfecta
No te vayas a perder cuñado todo se acabó
Porque dicen que es la gripa perfecta
Porque dicen que es la gripa perfecta
Y no saben quel chilango vive abajo del esmog.
Vete de la capital
Pronto todo va a estallar
Quedaremos como zombis bien quemados por el sol
Y ahora quien nos va a ayudar
Todos le llaman a superman
Todos estaremos muertos cuando llegue Indiana Jones
Porque dicen que es la gripa perfecta
Porque dicen que es la gripa perfecta
No te vayas a perder cuñado todo se acabó
Porque dicen que es la gripa perfecta
Porque dicen que es la gripa perfecta
Y no saben quel chilango vive abajo del esmog.
domingo, abril 26
Vivir en un sinvivir
Esto que os cuento es una impresión totalmente personal. Y además está contada con prisa (tengo que hacerle la cena a los niños que mañana es lunes). Se me ha ocurrido a raíz de leer hoy sobre la llamada "gripe porcina". Contemplo con asombro la aparición de un terror colectivo que nos ha llevado, en doce horas, a la "casi locura". Anoche fuimos a la cama tranquilos e ignorantes de la amenaza que se cernía sobre nosotros, hoy a muchos les costará conciliar el sueño. Seguramente mañana más de uno mirará con recelo al vecino que tose en el ascensor.
Estoy convencido de que la mayoría de la gente necesita vivir con miedo. Siempre hay de actualidad algún "motivo estrella" que aterroriza al personal: el SIDA, Al-Qaeda, la crisis, el dengue, el desempleo, el cáncer, la peste bovina, el futuro de las pensiones, los terremotos, la amenaza etarra, la monarquía, el cambio climático, la peste aviar, el nacionalismo, la unidad de Ejpaña, la subida del Euribor, los inmigrantes, la seguridad ciudadana, la energía atómica, la amenaza china, la amenaza comunista, la amenaza islámica... Y no es que afirme que esos temas no tienen importancia (al menos algunos). Sólo digo que muchas veces los miramos con un terror totalmente irracional que no lleva a ningún lado.
Quizás no sea culpa de los ciudadanos. Quizás sólo sea una estratagema de los medios de comunicación para vender periódicos o un oscuro ardid del poder para despistarnos de los temas que son realmente graves. No lo sé.
Hace unos días cumplí 43 años. Si me leéis regularmente lo sabéis.
¿Sabéis? Ni uno solo de los años que he vivido, ni de los que me quedan por vivir, los amargará ningún miedo colectivo: ni de los presentes, ni de los futuros. Aunque mis días acaben por cualquiera de esas terribles y negras amenazas.
Si alguien quiere vivir en un sinvivir durante su corta existencia, allá él. Yo no viviré así, me niego.
Cuando me encuentre la muerte, me encontrará mirándola a la cara.
Audición Recomendada: La Cumbia de la Influenza (dedicada a la gripe porcina)
martes, noviembre 7
Influenza: La Dama Española
¡¡Que alguien llame al Lindo Gatito!!
"...I had a little bird
And its name was Enza
I opened the window
And in-flew-Enza..."
La influenza, o más exactamente la Gripe Española de 1918, dio la vuelta al mundo en cuatro meses, y acabó con más de 50 millones de vidas. En la India, el país más afectado, hubo 15 millones de muertos. En Estados Unidos murieron 675.000 personas por causa de la gripe española —más víctimas que en la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, la guerra de Corea y la guerra de Vietnam juntas. Las compañías farmacéuticas trabajaban día y noche para producir una vacuna, pero el virus desapareció antes de que se pudiera siquiera aislarlo.
A pesar de su nombre, los investigadores creen que lo más probable es que la gripe española se originara en Estados Unidos. Uno de los primeros casos conocidos ocurrió el 11 de marzo de 1918, en la base militar Fort Riley, Kansas. Las condiciones de hacinamiento y falta de higiene crearon un caldo de cultivo fértil para el virus. En una semana habían ingresado al hospital del campo 522 hombres aquejados de la misma influenza grave. Poco después, el Ejército informó de otros brotes similares en Virginia, Carolina del Sur, Georgia, Florida, Alabama y California. Los buques de la Marina, anclados en los puertos de la costa este, también notificaron brotes de influenza y neumonía graves entre sus hombres.
En mayo de 1918, la gripe empezó a ceder en Estados Unidos. Pero el sufrimiento no acababa allí. Los soldados de Fort Riley, ya listos para la batalla, incubaron el virus durante su largo e incómodo viaje a Francia. Al pisar las playas francesas, el virus explotó y atacó con igual fuerza a las tropas aliadas y a las del Comando Central. Los estadounidenses caían enfermos con "fiebre de tres días" o "la muerte púrpura". Los franceses contraían "bronquitis purulenta". Los italianos sufrían la "fiebre de las moscas de arena". Los hospitales alemanes se llenaban de víctimas del Blitzkatarrh o "fiebre de Flandes".
Sea cual fuere el nombre que se le daba, el virus atacaba a todos por igual. Las autopsias mostraban pulmones endurecidos, rojos y llenos de líquido. Al observarlo al microscopio, el tejido de un pulmón enfermo revelaba que los alvéolos, las células de los pulmones que usualmente están llenas de aire, se hallaban tan saturadas de líquido que las víctimas morían ahogadas. La asfixia lenta empezaba cuando los pacientes presentaban un síntoma singular: manchas de color caoba en los pómulos. Luego de algunas horas, tenían un color negro azulado, que indicaba cianosis, o falta de oxígeno. Cuando se hacía el triaje de cientos de pacientes, las enfermeras solían verles los pies antes que nada. Los que ya tenían los pies negros se consideraban desahuciados y eran apartados para dejarlos morir.
Lo más desconcertante fue que este virus atacaba principalmente a adultos sanos y fuertes. La gripe española cambió todos los patrones.
La gripe española, llamada algunas veces la "dama española", recibió este nombre equivocado debido, en parte, a la censura de guerra. Tanto las fuerzas aliadas como las del Comando Central habían sufrido grandes pérdidas por causa de la gripe española, pero las partes en guerra restringían la información para que no llegara al enemigo, ya que podría utilizarla con provecho. Sin embargo, los periódicos españoles, que no estaban censurados, hablaban abiertamente de los millones de españoles que habían muerto durante los meses de mayo y junio de 1918 a causa de la gripe, y esta información llegó a todos los periódicos del mundo. España, ofendida por el poco halagador epíteto, acusó a Francia, diciendo que la enfermedad había venido de sus campos de batalla y había volado sobre los Pirineos, llevada por el viento. El nombre erróneo perduró hasta nuestros días.
Desde los campos de batalla de Europa, la epidemia evolucionó rápidamente hasta convertirse en pandemia; la enfermedad se propagó por el norte hasta Noruega, por el este hacia China, por el sudeste hasta la India y, por el sur, hasta Nueva Zelanda. Ni siquiera los habitantes de las islas permanecían inmunes. De polizón en buques y en portaaviones de la Marina, en navíos de la marina mercante y en trenes, el virus viajó hasta los rincones más alejados. En el verano de 1918, ya había asolado al Caribe, Filipinas y Hawai. La epidemia hizo estragos en Puerto Rico pero, asombrosamente, apenas tocó la zona del Canal de Panamá, la encrucijada del mundo en esa época. Se culpa al vapor "Harold Walker" de haber llevado la gripe a Tampico, México. En apenas cuatro meses, el virus había dado la vuelta al mundo y regresado a las playas de Estados Unidos.
La segunda y la tercera olas de la gripe española arremetieron contra Estados Unidos en los meses de invierno de 1918. En esta oportunidad, los civiles no permanecieron a salvo. Los pueblos indígenas del país, especialmente las tribus de Alaska, sufrieron enormemente. La gripe acabó con los habitantes de algunos pueblos de Alaska, mientras que otros perdieron la mayor parte de su población adulta. A los habitantes de las grandes ciudades también les fue mal. La ciudad de Nueva York enterró a 33.000 víctimas. Filadelfia perdió casi 13.000 personas en cuestión de semanas. En muchas ciudades, abrumadas por el número de cadáveres, se agotaron los ataúdes y algunos tuvieron que convertir los tranvías en coches fúnebres para satisfacer la demanda.
En algunos casos, los muertos se dejaban en la casa durante varios días. Las funerarias privadas estaban abrumadas, y algunas se aprovechaban de la situación subiendo los precios hasta un 600%. Se presentaron quejas de que los empleados de los cementerios cobraban 15 dólares por los entierros y hacían que los familiares mismos cavaran las tumbas para sus muertos.
La vida quedó en suspenso. En Boston, el gobierno cerró las escuelas públicas, los bares y otros espacios públicos. Los policías de Chicago tenían órdenes de detener a todo aquél que estornudara o tosiera en público.
Las enfermeras a domicilio a veces se encontraban con escenas parecidas a las de los años de la peste, del siglo XIV.... Una enfermera encontró al esposo muerto en la misma habitación donde yacía su esposa con mellizos recién nacidos. Habían transcurrido 24 horas desde la muerte y los nacimientos, y la esposa no había comido nada, excepto una manzana que por casualidad estaba al alcance de su mano.
En 1918, los investigadores médicos carecían de recursos para identificar el origen de la gripe, con lo cual era imposible el hallazgo de vacunas. Además, debido a que la penicilina no se descubrió hasta 1928, los pacientes que superaban la gripe perecían más tarde debido a las infecciones secundarias, con neumonía bacteriana.
El brote se extinguió antes de que se pudiera aislar y estudiar.
Vía: Perspectivas de Salud
La revista de la Organización
Panamericana de la Salud
Volumen 8, Número 3, 2003
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