Este año la opción para vacaciones fue la de "apartamento de alquiler", con sus pros y sus contras. El pescadero (sí, ¡aún hay venta ambulante de pescando!) venía todas las mañanas a la urbanización playera. ¿Que cómo avisaba de su llegada? En la furgoneta llevaba un megáfono y hacía sonar una insufrible versión midi de la canción de Celine Dion "My Heart Will Go On".
Por culpa de ese pescadero y de Iván Pávlov, a partir de ahora, el resto de mi vida, cada vez que escuche el tema de amor de Titanic, en lugar de emocionarme por un amor perdido en el fondo del océano, pensaré en las quisquillas y cigalas de Motril. Y sentiré un hambre atroz...
Fotografía: El Chiringuito
Autor: Landahlauts
3 comentarios:
Para mí esa canción siempre ha sido un poco empalagosa, si hubiese vivido tu experiencia seguro que ahora me resultaba más "resalá" :-)
Saludos
Una canción demasiado azucarada. No sé yo si es la más apropiada para la mercancía en cuestión.
Claro que igual uno baja con la cesta de la compra abierta de par en par y le sueltan aquello tan terrible de que todo el pescado está vendido.
;-)
No sabía que Pávlov también comía cigalas ...
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