Nuestra soprano, la andaluza de Granada Mariola Cantarero, sigue cosechando éxitos. A sus 28 años está dejando de ser una promesa para convertirse en una soprano de primera línea. Su palmarés es apabullante: ganadora de los premios Francisco Viñas (1998), Pedro Lavirgen (1998) y Operalia'99 de Plácido Domingo, debutó en el 2000 en Génova interpretando, con tan sólo 22 años, el papel de Adéle de la ópera Le Comte Ory, de Rossini. Desde su debut, ha cantado Don Pascuale, I Puritani, Doña Francisquita, Tancredi, La Sonnambula, Lucia di Lammermoor, Elisabetta, regina d'Inghilterra. En estos días triunfa en el Teatro Real de Madrid encarnando a Adina con una producción de L'elisir d'amore, de Gaetano Donizetti.
Nació en el seno de una familia sin antecedentes en la música, y con unos padres que se esforzaron por su formación artística después de que una profesora detectara sus cualidades para el canto. Su manera de ver la vida, "por cantar ópera no tienes que ser un bicho raro", hace que la soprano granadina procure pasar las vacaciones de Navidad y Semana Santa en casa, a pesar de que su agenda tiene compromisos hasta el 2010, con "huecos", entre los que figura un Mozart este año (El Rapto del Serrallo, que interpretará en Donostia este verano).
Nació en el seno de una familia sin antecedentes en la música, y con unos padres que se esforzaron por su formación artística después de que una profesora detectara sus cualidades para el canto. Su manera de ver la vida, "por cantar ópera no tienes que ser un bicho raro", hace que la soprano granadina procure pasar las vacaciones de Navidad y Semana Santa en casa, a pesar de que su agenda tiene compromisos hasta el 2010, con "huecos", entre los que figura un Mozart este año (El Rapto del Serrallo, que interpretará en Donostia este verano).
2 comentarios:
Paese bonika la paya, y si ensima canta bien... pos menúo cromo.
Curiosa visión de una soprano, Hovensito.
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