martes, febrero 28

Duquesa de Alba, ¿Hija Predilecta de Andalucía?

Cayetana Fitz-James Stuart (Duquesa de Alba), la mayor poseedora del mundo en títulos aristocráticos y nobiliarios, veinte veces Grande de España, con un patrimonio multimillonario en palacios, empresas, negocios y cortijos, propietaria de 34.000 hectáreas de tierra, por las que recibe anualmente una fortuna en subvenciones de 1.885.000 euros (unos 314 millones de ptas.) procedente de los fondos agrícolas comunitarios, será nombrada "Hija Predilecta de Andalucía" el día 28 de Febrero por el Sr. Chaves y su gobierno. Según dicen en la Junta: "esta señora es merecedora de tal distinción por su labor como activa embajadora de las tradiciones y costumbres de Andalucía". Debe referirse el gobierno "socialista" a que la Duquesa representa más que nadie "la tradición y costumbre" de ser todavía Andalucía un santuario intocable de grandes señoritos, aristócratas y terratenientes, principal causa de su atraso histórico. Cayetana, agradecida, ha declarado: "Andalucía es lo mas grande que tengo y lo único que me importa", y lo dice con razón; sus enormes posesiones le dan el privilegio de ser la mayor terrateniente de nuestra tierra, sólo en la provincia de Córdoba tiene 17 fincas. ¿Que tienen que ver las condiciones y la vida diaria de la inmensa mayoría del pueblo andaluz con los intereses de la aristocracia terrateniente?. Los datos publicados por Intermón sobre las fortunas que se llevan éstos a costa de las ayudas comunitarias son escalofriantes. Sólo siete grandes propietarios en Andalucía se embolsan más de 14,5 millones de euros (unos 2.400 millones de ptas.), lo que representa el 25% de las ayudas totales: Hermanos Mora Figueroa-Domeq, Hermanos Barrera, Nicolás Osuna (Conde de Osuna), La Duquesa de Alba, Iñigo Arteaga Martín (Duque del Infantado), Hermanos Lopez de la Puerta y Samuel Flores. Por el contrario miles de pequeñas fincas familiares han ido a la ruina. Los andaluces somos un pueblo trabajador, que ha sufrido como nadie el paro, la emigración y la explotación, en unas tierras que, a pesar de ser las más ricas de Europa, la mitad de su extensión, ha permanecido a lo largo de los siglos en manos del dos por ciento de los propietarios.
Fuente: S.O.C.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y qué tiene que ver "la maja" de Goya con la Duquesa de Alba??????

Landahlauts dijo...

Goya pintó a una Duquesa de Alba, antepasada de la actual. El encaste viene de lejos.

Anónimo dijo...

La Casa de Alba representa todo lo que Andalucía no es, no debe ser,
ni quiso ser el 28 de febrero de 1980. Veintiséis años más tarde la
Junta de Andalucía, nuestro máximo órgano político, el que debiera
representar la voluntad de todos los andaluces, en uno de los actos
más vergonzantes y bochornosos protagonizados por la izquierda, en uno
de los atentados más burdos cometidos contra nuestra identidad
cultural como pueblo, nombra a la duquesa de Alba hija predilecta de
Andalucía. En palabras del consejero de la Presidencia, Gaspar
Zarrías, la Junta ha valorado en la duquesa "su naturalidad, llaneza
y alejamiento de la pompa, su personalidad íntimamente ligada a la
forma de ser andaluza y muy especialmente a Sevilla, ciudad en la que
reside habitualmente en el Palacio de las Dueñas y de cuyas
tradiciones y costumbres es una activa embajadora". Para quien aún
no lo sepa, la Junta ha tenido en cuenta el andalucismo que irradia la
duquesa, por ejemplo, cuando exhibe su porte de mariquita Pérez
disecada al pasearse en su calesa vestida de faralaes por la Feria, al
sentarse en la barrera de la Maestranza, en el palco del Ruiz de
Lopera, o cuando se le derraman las palabras de la boca con ese acento
que unos llaman andaluz, y que yo creo que obedece científicamente a
la misma razón que el silbido de una flauta.

Andalucía es el pueblo más damnificado por España desde que España
existe. Hasta la mal llamada "reconquista", la tierra andaluza se
fragmentaba en pequeñas y medianas propiedades en manos de campesinos
andalusíes. Quizá musulmanes, quizá cristianos, quizá judíos,
seguro que padres de familia, apolíticos y no practicantes de más fe
que mirar las nubes y doblar la espalda. Aunque la mayoría de esos
campesinos protagonizaron el éxodo más numeroso y censurado de la
historia de la humanidad, los que pudieron quedarse vieron expropiadas
sus tierras por la nobleza y las órdenes militares del norte de la
península. La invasión militar los convirtió en jornaleros, en
desposeídos, en "felah mengú", en "campesinos sin tierra", la
raíz terminológica y doliente del flamenco. La Casa de Alba encarna
la máxima expresión de ese latifundismo estéril, subvencionado y
parasitario, consecuencia del modelo territorial impuesto por los
vencedores. Contra ese paradigma injusto e inmoral del reparto de la
riqueza se levantó el pueblo andaluz, la mano negra, Fermín
Salvochea, en la revolución septembrina que desembocó en la
proclamación de la primera República. Contra ese cáncer histórico
que simboliza la Casa de los Alba se alzaron los puños de los
movimientos campesinos de principio de siglo XX y los revolucionarios
de la segunda república. Blas Infante lo condenó en su proyecto de
reforma agraria, en nuestro propio himno: ¡Andaluces levantaos!
¡Pedid tierra y libertad! Incluso Rafael Escuredo mantuvo una huelga
de hambre y llegó a dimitir como presidente de la Junta de Andalucía
por negarse el gobierno central a admitir la reforma agraria en nuestra
tierra. Esa que pedimos a gritos otro cuatro de diciembre. Esa que
votamos con el corazón un 28 de febrero. Esa que nunca tuvimos. Esa
que nunca tendremos.

Cuanto me duele que Andalucía haya dejado de ser un pueblo de
jornaleros pero no de señoritos.

El insurrecto
Antonio Manuel

Anónimo dijo...

Pues está más buena la de Goya que la que hay ahora, no???