Querida hija:
Mira a esa gente, muchos de ellos son sólo unos cuantos años mayores que tú. ¿Sabes? hasta hace poco mucha gente mayor los despreciaba. Decían que sólo servían para perder el tiempo, para jugar a videojuegos, chatear por el ordenador, emborracharse y fumar porros. Decían que eran jóvenes comodones, indolentes y resignados.
Y míralos, hija, hoy están en la calle luchando por mostrar que están muy cabreados, luchando por un mañana mejor, luchando por su futuro...
No saben si lo conseguiran, no saben si servirá para algo, no saben si su movimiento acabará politizado, sirviendo para que algún trepa se habra camino... pero ¿sabes, hija? tampoco les importa. Luchan con unos ideales, sí puede que utópicos, luchan por mejorar el futuro: el suyo... y el tuyo. Puede que no tengan trabajo, ni futuro, ni casa, saben que no importan a nadie... pero tienen ideales y un motivo por el que luchar.
Si también les faltara eso, hija, entonces serían menos que nada. No dejes que eso te pase a ti. No dejes que nada ni nadie pueda contigo.
Adelante, hija.
Tú puedes. Y ellos... también.
Autor: Landahlauts