Cuando eramos niños, mi hermano y yo sonreíamos con cierto aire de repelente suficiencia cuando el primo del pueblo explicaba que había venido a Granada para que lo viera la médica.
Y es que, hasta no hace mucho, médica era una palabra inexistente: a las mujeres que ejercían la medicina se las llamaban "médicos" porque se usaba el llamado género neutro (que coincidía en grafía con el masculino "médico"). A pesar de todo, tenían suerte las médicos de cuando yo era niño, unos siglos antes a las médicos las llamaba simplemente brujas y eran quemaban en la hoguera sin contemplaciones.
Quiso el paso del tiempo, y el Ministerio de Igualdad, que la palabra "médica" fuera admitida por el Diccionario de la RAE y usada de modo habitual. Todo ello para vergüenza mía y, supongo, que de mi hermano.
Con el tiempo tuve que admitir que había más riqueza de vocabulario en el castellano de mi primo el del pueblo que en el mío. Por eso, cuando el otro día vino a casa y lo escuché decir que había comido "almóndigas con tomate"... un escalofrío recorrió mi cuerpo, recordé a la médica de mi niñez y no dije nada. En cuanto pude fui al Diccionario de la RAE y busqué. Allí estaba:
Almóndiga.
1. f. desus. albóndiga. U. c. vulg.
Fuente: DRAE
En desuso, sí. Pero... repetid conmigo "mi primo comió almóndigas con tomate". ¿O no?
Fotografía: Vendo Perros
Autor: Landahlauts