Encontrar un automóvil aparcado, mal aparcado, que ocupe dos plazas de aparcamiento resulta muy irritante. Sobre todo si lo encuentras en lugares céntricos con escasas posibilidades de dejar el coche, como la Calle San Jerónimo de Granada. Resulta tan irritante que no será extraño que algún borde manifieste su disconformidad con la forma de aparcar... y que lo haga con la punta de una llave sobre los costados del coche.
Fijáos en este letrero tan correcto, con un insulto que... casi no lo es, y recordando al dueño del coche que ahí donde está... hay sitio para dos. Reconoced conmigo, este hombre o esta mujer, merece un premio a la urbanidad y a los buenos modos.
Pero, quisiera llamar vuestra atención sobre algo que, personalmente... me resulta inquietante. Esta foto está tomada un lluvioso día del mes de Enero, y la hoja de papel no está puesta sobre la escobilla del limpiaparabrisas sin más. Está metida en una funda de PVC transparente con formato DIN-A4. ¿No os inquieta que una persona, en lugar de reaccionar con ira, o incluso furia, como gran parte de los mortales... lo haga de un modo tan educado, correcto y sobre todo tan, tan metódico?. Estamos, sin duda, ante un hombre tranquilo.
Imaginad su maletero: ¿llevará un paquete de 500 unidades de papel A4 de 90 grs., otro de fundas de PVC A4 y un kit completo de rotuladores de distintos grosores y colores? ¿Y tendrá la infinita paciencia de redactar, enfundar y colocar "la notita" con el ángulo exacto para que la escobilla del limpiaparabrisas no tape las letras?
Qué queréis que os diga: a mi tanta serenidad me pone nervioso.
Aquí podéis ver a otro hombre tranquilo, una de mis películas favoritas.