Hace tiempo, desde aquí mismo, quise hacer un reconocimiento público a Spencer Silver y a Arthur Fry dos investigadores a los que personas como yo debemos mucho. Ellos fueron los inventores del pósit (o post-it, en inglés), un invento fundamental gracias al cual los desmemoriados podemos desenvolvernos con cierta soltura en nuestra sociedad al acordarnos, al menos, de lo básico. Aquella idílica relación mía con los pósit, que empezó muy bien, tengo que reconocer que, finalmente, ha fracasado. El motivo de ese fracaso es el nivel de dependencia que he llegado a tener de las puñeteras notitas adhesivas de colores chillones al usarlas para recordarlo todo, hasta el más mínimo aspecto de mi vida.
Esta dependencia ha tenido como consecuencia que me ahogue en un mar de notitas de colores que ya, desgraciadamente, no me ayudan en nada porque... simplemente, me veo sobrepasado, incapaz de leerlas todas en cada momento para ver qué puñetas era lo que tenía que recordar.
Tengo que buscar otra solución. ¿Alguna sugerencia?
Fotografía: Un mar de notas de color
Autor: Landahlauts
8 comentarios:
No me lo puedo creer.La loli.
¿Tatuajes en chino?
Tony:
Cotilla! no me leas los pósit!!!
jejejejeje
Loli:
Creételo!!
El cordelillo alrededor del dedo como que no, ¿no?
;-)
la memoria suele ser un recurso económico...
una vez que la empezás a usar ya no vas a querer desprenderte de ella. Fijate que no da adicción...
a veeeces, pero tenés que estar muy nostálgico.
:)
Ná, ná, joé, que estamos en el siglo XXI... Agenda electrónica con altavoces para que te dé "berríos" cuando tengas algo importante entre manos...
:)
rabos de pasas para la memoria
¿para qué cambiar de sistema? A mí me gustan; aunque creo que, en el fondo, es por darle un toque chillón y colorista a mi trabajo.
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