Hace unas semanas Ecologistas en Acción de Andalucía se hizo eco de la preocupación existente en la Comarca del Andévalo ante el desinterés con que las distintas administraciones están abordando el tema del ferrocarril minero de Tharsis. Este desinterés puede provocar un desmantelamiento total de esta histórica línea cuyos vagones y locomotoras se oxidan abandonados.
Conviene recordar que este ferrocarril es un patrimonio cultural e industrial de Andalucía y que, como tal, habría que preservar. Pero es que, además, su funcionamiento supondría una puesta en valor de unos recursos con los que cuenta la Comarca y que no pueden ser abandonados. Todo estos recursos se podrían hacer girar en torno a una actividad como el turismo rural que no es tan agresiva con el medio ambiente como las actividades industriales que actualmente soporta esta zona.
Este ferrocarril, que entró en servicio en 1871, con un ancho de vía de 4 pies ingleses (1220 m/m). Y al igual que se importaron desde Inglaterra locomotoras a vapor y otros ingenios mineros, que representaban la tecnología más avanzada del siglo XIX, hoy constituyen un legado del Patrimonio Histórico que estamos obligados a proteger. Evitar que este importante legado histórico desaparezca, es tarea que nos compromete a todos, en especial a las instituciones que nos representan: Junta de Andalucía y Diputación de Huelva. Y si el 22 de diciembre de 1999 circuló por esta vía el último tren minero, tiempo ha habido para la búsqueda de soluciones; para la elaboración de un proyecto donde se recojan todas la infraestructuras a conservar, y esto, no lo olvidemos, es competencia de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Huelva, que de forma negligente se ha desentendido de este asunto.
El laboreo de las minas de Tharsis y de la Zarza se remonta a tiempos tartésicos y romanos. Pero los primeros trabajos en época contemporánea se deben al ingeniero francés Ernesto Deligny, que, ya en marzo de 1.853, en su segunda visita a Huelva, solicitó las concesiones de estos dos grandes grupos mineros entre otros muchos registros y denuncios repartidos por el Andévalo onubense.
En Junio de 1.855 Deligny formó una compañía de capital francés y con sede en París, descubriendo piritas en la mayoría de las concesiones denunciadas, iniciando el arranque de los minerales y su transporte en carros hasta la ría de Huelva. En el puerto onubense era frecuente ver anclados hasta cincuenta buques de gran porte. Pronto surgió la necesidad de un camino de hierro, <viernes, diciembre 8
El Ferrocarril de Tharsis.
Hace unas semanas Ecologistas en Acción de Andalucía se hizo eco de la preocupación existente en la Comarca del Andévalo ante el desinterés con que las distintas administraciones están abordando el tema del ferrocarril minero de Tharsis. Este desinterés puede provocar un desmantelamiento total de esta histórica línea cuyos vagones y locomotoras se oxidan abandonados.
Conviene recordar que este ferrocarril es un patrimonio cultural e industrial de Andalucía y que, como tal, habría que preservar. Pero es que, además, su funcionamiento supondría una puesta en valor de unos recursos con los que cuenta la Comarca y que no pueden ser abandonados. Todo estos recursos se podrían hacer girar en torno a una actividad como el turismo rural que no es tan agresiva con el medio ambiente como las actividades industriales que actualmente soporta esta zona.
Este ferrocarril, que entró en servicio en 1871, con un ancho de vía de 4 pies ingleses (1220 m/m). Y al igual que se importaron desde Inglaterra locomotoras a vapor y otros ingenios mineros, que representaban la tecnología más avanzada del siglo XIX, hoy constituyen un legado del Patrimonio Histórico que estamos obligados a proteger. Evitar que este importante legado histórico desaparezca, es tarea que nos compromete a todos, en especial a las instituciones que nos representan: Junta de Andalucía y Diputación de Huelva. Y si el 22 de diciembre de 1999 circuló por esta vía el último tren minero, tiempo ha habido para la búsqueda de soluciones; para la elaboración de un proyecto donde se recojan todas la infraestructuras a conservar, y esto, no lo olvidemos, es competencia de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Huelva, que de forma negligente se ha desentendido de este asunto.
El laboreo de las minas de Tharsis y de la Zarza se remonta a tiempos tartésicos y romanos. Pero los primeros trabajos en época contemporánea se deben al ingeniero francés Ernesto Deligny, que, ya en marzo de 1.853, en su segunda visita a Huelva, solicitó las concesiones de estos dos grandes grupos mineros entre otros muchos registros y denuncios repartidos por el Andévalo onubense.
En Junio de 1.855 Deligny formó una compañía de capital francés y con sede en París, descubriendo piritas en la mayoría de las concesiones denunciadas, iniciando el arranque de los minerales y su transporte en carros hasta la ría de Huelva. En el puerto onubense era frecuente ver anclados hasta cincuenta buques de gran porte. Pronto surgió la necesidad de un camino de hierro, <
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