jueves, septiembre 28

El poder de las palabras

Ranita de San Antonio (Hyla Arborea) Fotografía de Mario Fernández Ramos

Un grupo de ranas viajaba por un bosque. De repente, dos de ellas cayeron a un profundo hoyo. El resto de las ranas se asomaron. Cuando vieron lo profundo que era, le dijeron a las ranas que habían caído que, a efectos prácticos, se podían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios. Siguieron intentando salir fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo desde arriba en lo inútil de sus esfuerzos. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió: se desplomó exhausta y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como podía. Una vez más, las compañeras le gritaban que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó y saltó. Cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: "¿No escuchaste lo que te decíamos?" La rana les explicó que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más para salir del hoyo. Las palabras pueden ayudar a levantarte o destruirte. Ten cuidado con lo que dices pero, sobretodo, ten cuidado con lo que escuchas. Hsien-Sheng Liang

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Estás hoy de "pequeño saltamontes"?

Landahlauts dijo...

En todo caso de "maestro". Pero no. La leí, me gustó...

LOLA GRACIA dijo...

Me gusta. Y es cierto. Según mis profesores yo no valía para estudiar. Según mi madre era una patita gorda sin remedio y algunos de mis ex-jefes iban a cavar mi tumba profesional. Menos mal que soy sorda.

Marisabel dijo...

Pues a mí me gustaría serlo, aunque fuera sólo un poquito. Las palabras, sobre todo las malintencionadas, minan el alma.

Landahlauts dijo...

Pues, hay que ser sordo o...llevar unos tapones de cera en el bolsillo, para usarlos en el momento adecuado.

Er Hovensito Frankenstein dijo...

Esto sirve también para jefes cabrones???
Más de uno tenemos un jefe cabronzuelo, y no quiero señalar a nadie.

Landahlauts dijo...

A mi desde luego no, mi jefe es una bellísima persona que, algunas veces, me lee.

Anónimo dijo...

me ah encantado la fábula...y la foto de la rana!

Landahlauts dijo...

A Bahtian:
En realidad... no hay pregunta. :)

A Ana:
Muchas gracias!!!!
(en nombre de Hsien-Sheng Liang, que es su autor... dicho sea de paso).
De pequeño, leía muchas fábulas. No me acordé precisamente hasta que leí esta.

Anónimo dijo...

Que se me están apeteciendo unas ancas de rana después de leer esto...

Anónimo dijo...

jajajajaja, no lo había leído, es que estoy un poco atrasada con tu blog :P

imaginate que después pasa un tipo y le mete una piedra encima, pobre rana tonta!!

Landahlauts dijo...

Entonces es que... definitivamente no era su día.