En el Estado español, con los bancos y las cajas de ahorros, los ciudadanos llevamos muchos años soportado un trato lleno de altivez y prepotencia.
Mucho tiempo de pagar comisiones y gastos, hasta por el franqueo de la carta recibidas.
Demasiado tiempo firmando sin leer todo lo que nos ponían por delante: ¿quién no ha firmado contratos de seis hojas escritos en Times New Roman de 8 puntos (
la parte contratante de la primera parte)?
Eso nos ha hecho ser de naturaleza desconfiada: si veíamos una publicidad de un banco con las letras al revés... pensábamos que había un incomprensible interés en ocultarnos algo.
¿Qué pasa ahora? Que, aunque sus pérdidas las acabemos pagando entre todos con nuestros impuestos, nos regocijamos al contemplar como el "sólido" árbol de la banca española aparenta tener un montón de manzana podridas. Y, a una distancia prudencial, contemplamos expectantes... haciendo apuestas sobre cuál será la próxima manzana en caer.
Hay quien fija sus ojos, desde hace semanas, en
CAJASUR: la Caja de Ahorros de la Conferencia Episcopal Española. A esa... parece que tampoco la salva nadie, ni siquiera
el Espíritu Santo que (en forma de paloma) forma parte de su logotipo.
Rien ne va plus!!!
Fotografía: Publicidad Subliminal
Autor: Landahlauts