Desde fuera, la vida de un superhéroe parece apasionante: luchas contra los malos, defiendes a los débiles de la injusticia, colaboras para que siempre brille la verdad y la bondad. Y además eres el héroe de la sociedad, y un referente para los niños que te aplauden entusiasmados cada vez que te ven....
La realidad es tan distinta: ando siempre por malolientes callejones, dándome de hostias con unos tipos contra los que no tengo nada. Los indefensos no tienen interés en que los defienda. La justicia y la bondad parecen no existir. Soy el supuesto héroe de unos gilipollas que están el día entero amodorrados en el sillón frente a la tele y a los que, lo único que interesa de mi, son los supuestos escándalos de mi vida sentimental . Mientras tanto, sus hijos me gritan maricón y lanzan piedras cuando me descubren saltando de azotea en azotea... Claro que ayuda a esto último esa estúpida malla roja que, por contrato, estoy obligado a vestir en el desempeño de mis funciones y con la que yo mismo me siento ridículo.
Y para colmo está la cuestión económica: antes recibía, periódicamente, una suculenta gratificación procedente de los fondos reservados de la Policía Local. Ahora... tengo pendiente de cobrar la gratificación de los últimos catorce meses ("no hay dinero, si quiere, vuelva usted el jueves"). Sumen a esto el tema de la reducción de jornada: ya sólo ejerzo de superhéroe desde las 23:30 hasta las 04:00 hrs. En el culmen de los despropósitos, también me han suprimido los complementos de nocturnidad y peligrosidad ("si tiene interés, se los podemos abonar en compensación horaria").
"Si tiene interés".... la madre que los parió...
"Si tiene interés".... la madre que los parió...
Y ahí estoy yo, en mitad de la calle Larios dejando que los niños me den unas monedas por hacernos unas fotos juntos y por entregarles un globito con forma de espada o de flor. Algunos de esos pequeños diablos, incluso, dudan que yo sea el que parezco ser: "Mi papá dice que tú eres Spiderman, pero yo sé que en realidad eres un borracho fracasado con disfraz.." (suelen acompañar esta frase de una dolorosísima patada en las espinillas, si son pequeños, o en los genitales si son más grandecitos).
Desde fuera parece apasionante la vida de un superhéroe pero, créanme.... esto, ni es vida... ni es ná...