El miedo a lo que pueda suceder, a un peligro (conocido o no), es lo que consigue en numerosas ocasiones que seamos incapaces de reaccionar ante un estímulo, ante aquello que puede satisfacer una necesidad...
Claro que también inteviene la cuestión de cantidad: cuando esa necesidad aumenta hasta un límite relevante, o la recompensa es muy importante, puede que dejemos de considerar el miedo al peligro.
Y, entonces, la patata será nuestra....por muy cerca de ella que se encuentre un tipo con una cámara.
Fotografía: Expectante
Autor: Landahlauts