Una fuerza ineludible les lleva a luchar entre ellos. Su compañero de acuario es su enemigo, a pesar de que no tienen motivos para batallar, de que es muy semejante a él, de que están en la misma prisión.
Afortunadamente para ambos, una mano amiga les inmovilizó las pinzas con unas gomas elásticas, evitando así que pudieran hacerse un daño serio. O eso creen ellos.
Homarus gammarus |
Algún día no muy lejano, ambos se darán cuenta de quién es en realidad el enemigo. Es el mismo que los mantiene encerrados en ese acuario, a la espera de que un cliente señale con el dedo mientras dice:
- Ese, póngame ese.
Y entonces, esa mano "amiga" que les inmovilizó las pinzas (para proteger "la mercancía"), será la misma que los extraiga del acuario, dejándolos caer en una una olla llena de borboteante agua salada. Allí cocerán durante veintidós minutos. Y allí se darán cuenta de quién era el verdadero enemigo.
Pero... será tarde ya.