Día a día
Los niños
Afilan sus dientes
Y sus uñas
Venden chicles
En la calle
Embolan zapatos
En las oficinas
Y por las noches
Ofrecen
Sus minúsculos cuerpos
En las esquinas
Ya no temen
A lobos
Ni a brujas
Pues los han devorado
Entre cartones
Y sueños.
Fotografía: Ángeles caídos
Autor: Landahlauts
11 comentarios:
He visto la foto y le he visto con alas, no es el calor...
Ya no hay niñez en algunos lugares...
A esta hora exactamente hay un niño en la calle......cantaba Mercedes Sosa en una canción tan desgarradora como la poesía que has puesto. Siempre son las primeras víctimas, siempre los más maltratados, siempre los primeros que caen, los más débiles. Y qué fácil es no verlos mirando para otro lado.
Triste Humanidad esta que no sabe cuidar de sus cachorros.
Buena foto, sí señor. Habla por sí sola.
sabes que escuche su sollozo...desde mi acolchada cama...tuve miedo de su alarido...de panico,de dolor pues un dragon robaba su alma....un dragon con largas garras con las que desfiguraba su cara y le arrancaba el corazon.....un dragon que se esnifaba en un pote de pegamento.....que cuando le secuestraba,su realidad olvidaba y se entregaba entre risas desgarradas....a las ilusiones que aquel dragon le brindaba....pero cuando desperto, bajo un puente se encontro....cual gatito abandonado....humillado y despojado de la pureza,de su niñez perdida por un cerdo que aprovechando su pesadilla logro violarle...aun mas de lo que ya le habia violado esta maldita sociedad.....y yo seguia durmiendo en completa impunidad....
ojala un dia despierte en medio de mis sueños y alguno pueda salvar
Qué gran poema...
que dura... besos
Triste, muy triste...
Besines.
A pesar de la Declaración de los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959, todavía siguen más atrasados los derechos infantiles que los derechos humanos en general. Y, sin embargo, nada más cierto que, en cada niño nace la humanidad.
En la gloria no necesitamos más ángeles caídos.
La cosina. Besos.
Foto y poema duros pero necesarios. Gracias, Landah.
Ojú.
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