El 18 de Mayo pasado el Barça, un club de fútbol de Catalunya, ganó la Copa de la Liga de Campeones (una copa de fútbol muy importante a nivel continental). En Catalunya hubo numerosas celebraciones, sólo en la de Barcelona hubo algún tipo de problemas de orden público. Curiosamente en mi ciudad, en Granada (Andalucía) también hubo celebraciones y, altercados. Siete personas fueron detenidas y ocho atendidas por los servicios de 112, dos de ellas requirieron hospitalización. Fuentes de la Policía Local de Granada explicaron que los incidentes comenzaron cuando "varios aficionados intentaron acceder al interior de la Fuente de Batallas", en cuyos alrededores se concentraron cientos de personas. En una ciudad como esta, con múltiples carencias, incluso estructurales; con una de las rentas per cápita más bajas de toda la Unión Europea; con problemas de vivienda; con problemas de desempleo; de seguridad ciudadana... En una ciudad así, cada vez que un equipo de Madrid o de Catalunya gana algún título, una cuadrilla de desocupados se lanza a la calle a mostrarnos su alegría haciéndo sonar el claxon y causando destrozos en el mobiliario urbano de la ciudad. La próxima vez que gane la Premier League el Celtic de Glasgow o cuando suba el Napoli a la serie A, iré a bañarme en la fuente de las Batallas, pero yo solo.
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