4.500 cámaras nos vigilan en la nueva terminal T-4 de Barajas.
3.447 cámaras nos vigilan en la red de Metro de Madrid.
Las imágenes que captan estas cámaras y otras muchas permitirían seguir los movimientos de una persona durante todo un día.
En cualquier esquina, en cualquier ciudad, hay un cámara. En un cajero, en las tiendas, en los supermercados, en la oficina... aquí, cualquiera coloca una cámara donde le parece.
Dicen que es para protegernos.
Consentimos de modo tácito.
Libertad a cambio de seguridad.
El Gran Hermano avanza, la Policía del Pensamiento nos vigila.
El terrorismo nos gana la partida: sembrar un miedo irracional es su principal función, y parece que lo consigue.
Me niego a vivir con miedo.
Me niego a que me vigilen.
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