Entre otros muchos, el olor corporal es uno de los "efectos colaterales" del verano y de las elevadas temperaturas. Muchas personas de nuestro entorno ignoran lo indispensable que es un uso frecuente del jabón durante estos días de verano y, bastantes de ellos, desconocen el universo de ventajas que se encierran en un bote de desodorante.
Así, no es raro que a las ocho de la mañana, al coger un autobús, haya a tu alrededor alguien que huele a una repugnante mezcla de sudor añejo y colonia cara. No tiene excusa alguna quien, recién levantado, sale a la calle sin una buena ducha y su ropa limpia.
Los europeos tenemos fama de guarros y de malolientes en muchos lugares del mundo. Sí, es así. Preguntad, con confianza, a cualquier amigo o conocido latinoamericano y os lo reconocerá. En Latinoamérica hay hasta algún chascarrillo sobre el tema: "En España nadie se baña".
Gabriel García Márquez, en uno de sus Doce Cuentos Peregrinos (El verano feliz de la señora Forbes) dice:
Fotografía: Sutilezas
«Olía a orines de mico. Así huelen todos los europeos, sobre todo en verano […] Es el olor de la civilización.»
Hace unos meses, en ADN.es, aparecían los datos de una esclarecedora encuesta:
"Una encuesta sobre consumo de agua revela los hábitos higiénicos de los españoles: un 8% de los madrileños, por ejemplo, no pasa por el cuarto de baño ni una vez a la semana"
¡Una vez por semana! Para llorar, si te lo permiten las arcadas. Y más, sabiendo que hablan del país de Europa con más gasto de gel y champú por habitante y año... mejor no meter la nariz más al norte.
Así que, mucho "Primer Mundo", mucha "Europa culta, llena de historia" y mucha pamplina pero fallamos en lo básico: la higiene. Y Europa huele a sudor, a orín y a colonia cara.
Alguien tenía que decirlo. Aunque duela. Antes de que, como el vecino de la jipi, acabe escribiéndolo en las paredes de un modo, digamos... ¿inapropiado?.Fotografía: Sutilezas
Autor: Landahlauts